Los maestros se plantan contra los desahucios que afectan a sus alumnos: ¡°Un ni?o sin nido no puede aprender a volar¡±
Docentes de Salt (Girona) y Barcelona alertan de la emergencia habitacional y exigen respeto al derecho de los ni?os a tener una casa y una escuela
Hace unas semanas fueron los maestros de escuelas e institutos de Salt, al lado de Girona, y ahora la iniciativa ha saltado a Barcelona. Agrupados en las plataformas Docents17190 y Docents 080 (las cifras corresponden a los c¨®digos postales de las dos ciudades), los docentes han dicho basta y se han plantado contra los desahucios y el impacto que tienen sobre sus alumnos y el d¨ªa a d¨ªa en las escuelas. Los profesores hablan de ¡°vulneraci¨®n de los derechos b¨¢sicos¡± que no tienen respuesta por parte de las administraciones: familias viviendo tras los desahucios en habitaciones de pensiones y sin cocina, sin lugar para estudiar o aislarse, angustia por el riesgo de perder la vivienda, con impacto en la salud mental tanto de los menores como sus familias... situaciones que se cuelan en la escuela. En Barcelona, en solo una ma?ana y sin haber presentado el manifiesto p¨²blicamente, de profe a profe, este lunes recogieron m¨¢s de 400 firmas de maestros a t¨ªtulo individual, de claustros de escuelas y entidades, relata uno de sus impulsores, Joan Artigal, ex director y ahora maestro del Instituto Escuela Trinitat Nova de Nou Barris.
¡°Lo que queremos es dejar de invisibilizar los desahucios en las escuelas, porque actuamos pensando que no podemos hacer nada m¨¢s que acoger el malestar en la vida del aula y del alumno, porque el sistema ya deriva. Y los profesionales que s¨ª hacen algo, como acudir a parar un desahucio, hasta ahora lo han hecho en silencio¡±, explica Artigal que considera que un desahucio, con fecha y hora, ¡°es un maltrato institucional programado hacia los ni?os¡±. ¡°Tenemos protocolos para todo, pero la administraci¨®n tiene programado que un ni?o se puede quedar sin casa y sin escuela porque se ir¨¢ a otro lado, y no hacemos nada, nadie ampara sus derechos y tenemos una responsabilidad como docentes. La vivienda y la educaci¨®n son un derecho¡±, a?ade.
Con m¨¢s de 20 a?os como maestra en el barrio de Ciutat Meridiana, donde hay desahucios semana s¨ª y semana tambi¨¦n, Noem¨ª Rocabert, ya jubilada, no se lo pens¨® a la hora de firmar. ¡°Un ni?o sin un nido no puede aprender a volar. La vulnerabilidad residencial les afecta much¨ªsimo: tienen mucha dificultad para trabajar en casa y digerir lo que han aprendido, o viven en una habitaci¨®n, o est¨¢n rodeados de angustia. Se nota en todo, en c¨®mo se alimentan, visten, imag¨ªnate las neveras de un piso compartido con otras familias, los ni?os est¨¢n cansados, irritables¡±, lamenta. Y asegura que en sus casi dos d¨¦cadas de directora de la escuela Mestre Morera hab¨ªa clases donde los ni?os con estabilidad afectiva, residencial y econ¨®mica eran apenas cuatro alumnos. ¡°Un ni?o triste, angustiado o asustado no puede aprender, est¨¢ en otras cosas, y las clases se ven muy afectadas, es un fuego que se cuece lento y estalla en forma de poca formaci¨®n y pobreza¡±, alerta. En Ciutat Meridiana, a veces los menores van a la escuela el d¨ªa que desahucian a su familia, pero otras est¨¢n en casa con sus padres. Muchos de los lanzamientos son en viviendas ocupadas, con lo que ya llevan mochila de haber perdido otra casa.
Desgaste para los equipos docentes
Rocabert tambi¨¦n alerta del ¡°desgaste para los equipos docentes¡± que suponen estas situaciones y explica que trabajar en barrios tan vulnerables ¡°es como pedalear en una bicicleta est¨¢tica: no paras nunca, pero los profesores y los ni?os cambian por oleadas¡±. Tanto esta veterana como Joan Artigal reclaman que en las escuelas haya profesionales de los servicios sociales o la psicolog¨ªa en los centros: ¡°Porque son manos y porque aportan miradas distintas que ayudan a atender a los alumnos de manera m¨¢s saludable¡±.
Una maestra que pide que no aparezca su nombre pidi¨® traslado desde un barrio de Nou Barris a Ciutat Vella, entre otras razones por la impotencia que sent¨ªa. ¡°En los barrios m¨¢s duros y perif¨¦ricos se llega a normalizar que haya desahucios, que un porcentaje de alumnos viva en hostales, o no ver nunca a sus padres porque de la escuela no van a su casa, sino que son atendidos por entidades sociales o fundaciones¡±, explica esta profesora que describe un ambiente escolar en el que ¡°el malestar y la crispaci¨®n entre los ni?os se intensifica y sube, de manera que acaba tomando la escuela¡±. Tras m¨¢s de diez a?os en primera l¨ªnea de la vulnerabilidad escolar, en su nuevo destino, m¨¢s c¨¦ntrico y estable, recuerda aulas donde ¡°es imposible que los alumnos lean en silencio, trabajen en grupo, escuchen o propongan¡±.
En Salt, poblaci¨®n con altos ¨ªndices de vulnerabilidad, fueron una escuela y un instituto de alta complejidad los que lanzaron la alarma hace unas semanas y presentaron su manifiesto en p¨²blico. Jordi Bosch, de la plataforma local, explica que los desahucios no son algo nuevo en Salt, pero s¨ª la presencia policial, con antidisturbios de los Mossos d¡¯Esquadra. ¡°Cada vez hay m¨¢s polic¨ªa y situaciones m¨¢s violentas, de manera que todo el mundo se entera de qui¨¦n es la familia desahuciada: se pierde el derecho a la intimidad de los ni?os, ya no pueden llevarlo en silencio si quieren¡±, lamenta y se extra?a de que en Barcelona la comunidad educativa haya tardado tanto en levantar la voz. ¡°Si nosotros pedimos a las familias que se impliquen con la escuela, c¨®mo no vamos a ayudarles a ellos el d¨ªa que llegan con la carta y la fecha del desahucio¡±, argumenta.
Los manifiestos subrayan datos como que Barcelona es la provincia donde m¨¢s desahucios hubo en 2023, seg¨²n datos del Consejo General del Poder Judicial, que muchos desahucios los afrontan madres solas con desahucios, que otras familias no pueden pedir pisos de emergencia porque son migrantes en situaci¨®n irregular, o que las entidades sociales alertan del aumento de familias que viven realquiladas o en infraviviendas. En Salt, el 63% no puede pagar un alquiler medio, 1.800 viviendas pertenecen a fondos de inversi¨®n y hay mil familias registradas como solicitantes de vivienda social, mientras centenares ocupan pisos vac¨ªos muchas veces sin suministros b¨¢sicos. Los docentes exigen a las administraciones que se apliquen los protocolos y leyes de protecci¨®n a la infancia, asegurar suministros b¨¢sicos, finalizar con la presencia de agentes antidisturbios en los lanzamientos, m¨¢s pol¨ªticas de acceso a la vivienda y parque p¨²blico, ¡°luchar contra el racismo inmobiliario¡± y ¡°contra la segregaci¨®n residencial y escolar¡±, y m¨¢s profesionales para los equipos educativos. ¡°No creemos que las administraciones no puedan hacer nada m¨¢s all¨¢ de acatar con fatalismo la situaci¨®n permitiendo que ni?os y adolescentes queden sin techo¡±, advierte el texto de los maestros de Salt. ¡°La vivienda es un derecho y no lo podemos desligar de la educaci¨®n¡±, zanja el de Barcelona.
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