El congreso de ERC: un c¨®nclave de 8.030 militantes que condiciona toda la vida pol¨ªtica

El gran c¨®nclave socialismo espa?ol tiene lugar este fin de semana en Sevilla, pero los ojos y los o¨ªdos de los l¨ªderes socialistas tambi¨¦n estar¨¢n pendientes de lo que ocurra a 820 kil¨®metros de distancia. A las ocho de la tarde del s¨¢bado, en una comparecencia en Barcelona, se sabr¨¢ si Esquerra Republicana tiene nueva direcci¨®n o ha de esperar 15 d¨ªas m¨¢s para una segunda vuelta de una carrera que tiene a Oriol Junqueras como favorito para presidir el partido. La espera del desenlace, con una larga y agria campa?a, ha ralentizado decisiones clave para el PSOE y el PSC, como la negociaci¨®n de los Presupuestos Generales y de los de la Generalitat, donde los votos de ERC son indispensables, o tambi¨¦n el de la posible entrada de los republicanos al gobierno socialista en minor¨ªa de Barcelona.

La continuidad o no del liderazgo de Junqueras es seguramente el punto m¨¢s vistoso de un debate interno originado por la decisi¨®n del exvicepresident de la Generalitat, el pasado mayo, de abandonar la presidencia del partido en junio ante la presi¨®n de su exn¨²mero dos, Marta Rovira, y sus afines. El pulso entre la idea de la exsecretaria general y del expresident Pere Aragon¨¨s por cambiar de caras tras los malos resultados electorales frente a la insistencia de Junqueras de continuar da a la votaci¨®n de hoy un tinte plebiscitario. Un total de 8.030 afiliados podr¨¢n votar y si ninguna lista supera el 50% de los votos habr¨¢ una segunda vuelta dentro de 15 d¨ªas. El congreso se cierra en febrero, con la votaci¨®n de la nueva hoja de ruta. Los roviristas se han agrupado en Nova Esquerra Nacional, con Xavier God¨¤s como candidato. En Foc Nou, la tercera candidatura, Helena Sol¨¤ pone cara a una propuesta que se presenta como la verdadera renovaci¨®n y apuesta por subir el volumen a la reivindicaci¨®n independentista.

M¨¢s all¨¢ de la idoneidad del exvicepresident, condenado a prisi¨®n en el juicio al proc¨¦s y a la espera de que la amnist¨ªa le levante la inhabilitaci¨®n que pesa sobre ¨¦l, encima de la mesa est¨¢ la conveniencia de los pactos con los socialistas. Una parte de la formaci¨®n culpa a ese acercamiento de la p¨¦rdida de votos. ERC pas¨® de primera a tercera fuerza en las elecciones catalanas de mayo pasado y en las ¨²ltimas generales cay¨® de 13 a 7 esca?os, perdiendo 11 puntos porcentuales de voto.

Con matices, las tres candidaturas comparten la necesidad remarcar la exigencia en el cumplimiento de los acuerdos en vigor. Junqueras y God¨¤s, que recibieron 2.577 y 1.500 avales respectivamente, han verbalizado en repetidas ocasiones que dejar¨¢n caer Ejecutivos si no hay avances. Ambos, sin embargo, tambi¨¦n ponen en el centro de sus apuestas la consecuci¨®n de la financiaci¨®n singular ¨Dacordada a cambio de la investidura de Salvador Illa¨D o el traspaso de las Cercan¨ªas catalanas ¨Dcondici¨®n para el s¨ª a Pedro S¨¢nchez¨D. Ambas iniciativas son complejas y por tanto se entiende que de entrada implican dar m¨¢s tiempo a S¨¢nchez. Sol¨¤, que logr¨® 412 avales, ha alzado la voz sobre los pactos en Madrid, aunque a manera de advertencia. ¡°No habr¨¢ m¨¢s investidura en el Congreso a menos que haya una votaci¨®n sobre el refer¨¦ndum¡±, dijo en el debate del pasado martes.

En lo que se refiere al grupo de ERC en el Congreso, el triunfo de Junqueras en primera vuelta otorgar¨ªa de nuevo la primac¨ªa al portavoz Gabriel Rufi¨¢n. En las ¨²ltimas negociaciones la batuta la han llevado las diputadas Teresa Jord¨¤ y Pilar Vallugera, que forman parte de la lista de God¨¤s. Una segunda vuelta alargar¨ªa el vac¨ªo de autoridad y retrasar¨ªa todav¨ªa m¨¢s unas negociaciones ya muy tensionadas sobre los Presupuestos Generales. Tambi¨¦n est¨¢ por verse si, ante un eventual triunfo de Junqueras, el jefe de filas en el Parlament, Josep Maria Jov¨¦, mantendr¨ªa su papel de enlace con el ministro de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os.

En Catalu?a, no solo el cargo de Jov¨¦ podr¨ªa estar en juego. Tambi¨¦n lo est¨¢n los primeros presupuestos de Salvador Illa. ¡°Lleva 100 d¨ªas de Govern y no he notado demasiados cambios en nuestro pa¨ªs¡±, asegur¨® ayer Junqueras en una entrevista a TV3 sobre el Ejecutivo socialista. All¨ª, como en el Congreso de los Diputados, los republicanos supeditan el apoyo presupuestario a los avances en los acuerdos previamente adquiridos. El aspirante a repetir en la presidencia de ERC dice no ver a¨²n grandes cumplimientos. Los de God¨¤s defienden un planteamiento similar. Las negociaciones siguen paradas, con un PSC que insiste que si se quieren ver frutos debe haber acuerdos. Illa necesita que republicanos y comunes, que ya apoyaron su investidura, ahora se avengan a votarle las cuentas.

Collboni, a la espera

El tercer espacio pendiente de la nueva direcci¨®n de ERC es el Ayuntamiento de Barcelona. Justamente, este ha sido el escenario de una pol¨¦mica que ha marcado el congreso de los republicanos: la de la campa?a de carteles denigrantes contra los hermanos Maragall durante las pasadas elecciones locales. El socialista Jaume Collboni gobierna con solo 10 de los 41 concejales del pleno y la entrada de cinco regidores de ERC le dar¨ªa aire. La segunda de la lista de Junqueras, Elisenda Alamany, hab¨ªa cerrado ese pacto ¨Da espaldas de buena parte de sus compa?eros de bancada municipal¨D antes de las elecciones europeas del pasado mes de junio, pero la votaci¨®n para refrendarlo no lleg¨® a realizarse.

De acuerdo con los estatutos del partido, tras la elecci¨®n de una nueva c¨²pula nacional, deber¨ªan convocarse en cascada congresos en las federaciones. Habr¨ªa que ver, pues, si se podr¨ªa llevar a votaci¨®n la eventual coalici¨®n en Barcelona antes de celebrar ese congreso local. Solo la candidatura de Junqueras tiene clara la conveniencia de dar ese paso. Cinco meses despu¨¦s del intento fallido, la situaci¨®n ¡°no est¨¢ tan caliente¡±, coinciden varias fuentes. En el Ayuntamiento ¡°no se ha reactivado el acto de presentaci¨®n¡± del acuerdo previsto entonces, aseguran fuentes municipales, que tambi¨¦n enfr¨ªan la posibilidad de un pacto inminente.