La tensi¨®n interna obliga a ERC a posponer la votaci¨®n sobre su ingreso en el Gobierno socialista de Barcelona
El congreso de este jueves se ha tenido que suspender ante la gran movilizaci¨®n de los contrarios al acuerdo y en plenas negociaciones para apoyar la investidura de Illa o Puigdemont
Las bases de Esquerra Republicana de Barcelona no votar¨¢n finalmente este jueves sobre su incorporaci¨®n al Gobierno municipal de la capital catalana, que comanda en solitario el socialista Jaume Collboni. La Comisi¨®n de Garant¨ªas del Congreso convocado para esta tarde ha decidido postergar el c¨®nclave ante la evidente falta de aforo del local elegido, el Orfe¨® Martinenc del barrio del Clot, derivada de la gran movilizaci¨®n de la militancia. En las colas que se han formado en los accesos destacaba una gran presencia de afiliados contrarios no solo al fondo de la decisi¨®n -entrar en el gobierno- sino a las formas c¨®mo la direcci¨®n de la federaci¨®n y del grupo municipal, en manos de Eva Bar¨® y Elisenda Alamany, han pilotado el proceso. La precipitaci¨®n en la convocatoria del Congreso -anunciado apenas tres d¨ªas antes de su celebraci¨®n- y las dudas sobre tejer pactos con los socialistas han llevado la tensi¨®n al l¨ªmite en el seno del partido.
Esta tensi¨®n a nivel local se extiende tambi¨¦n a toda la estructura del partido, que est¨¢ inmerso en las negociaciones para una posible investidura de Salvador Illa (PSC) como presidente de la Generalitat u optar por volver a celebrar elecciones auton¨®micas. Fuentes del Grupo Municipal reconocen que el calendario municipal y la posibilidad de celebrar el congreso extraordinario se complica porque el protagonismo a partir de la pr¨®xima semana estar¨¢ en el Parlament: ¡°La semana para tomar decisiones a nivel municipal era esta. Ahora se abre una nueva carpeta nacional¡±, aseguran estas fuentes que asumen que el proceso en el Ayuntamiento puede ser largo.
Poco antes de las 20 horas reinaba el desborde, el caos y el desconcierto en los alrededores del Orfe¨® Martinenc. Ese era el sitio elegido para el Congreso Extraordinario donde la militancia votar¨ªa sobre la posibilidad de entrar o no en el gobierno del alcalde Jaume Collboni, del PSC, en Barcelona. El aforo es de 270 personas, insuficiente para las m¨¢s de 500 que aguardaban en la calle. En las aceras de la avenida de la Meridiana, entre las decenas de militantes hab¨ªa tambi¨¦n muchas caras conocidas. Como las de los dos consejeros en funciones, Joan Ignasi Elena y Ester Capella, o el exl¨ªder del partido en el Ayuntamiento, Ernest Maragall, y otros cargos del ejecutivo en funciones como Oriol Amor¨®s o Francesc Sutrias. De ah¨ª que la Comisi¨®n de Garant¨ªas decidiera postergar la votaci¨®n.
Se trata de una movilizaci¨®n extraordinaria para este tipo de reuniones, algo que demuestra lo cr¨ªtico de la situaci¨®n de las filas republicanas no solo a nivel catal¨¢n sino tambi¨¦n en Barcelona. El congreso extraordinario, convocado con prisas el lunes por Bar¨® y Alamany, fue mal recibido por una parte importante de los contrarios al pacto, que han acudido en masa al c¨®nclave y ten¨ªan intenci¨®n de forzar que se votara en urna (lo que se consigue si lo pide un 25% de los asistentes) y no a mano alzada como estaba previsto.
Tras la suspension, los militantes que apostaban por el no al acuerdo coincid¨ªan en los corrillos en calificar de ¡°rid¨ªcula¡± la situaci¨®n. ¡°Despu¨¦s de la debacle electoral toca recoger cable, fijar mensaje y refundar la organizaci¨®n con nuevos liderazgos¡±, apuntaba Agust¨ª, militante. A su lado, Xavier apostaba por ¡°hacer catarsis y repensar el mensaje¡±. Y Elvira, cuestionaba gobernar en Barcelona con un PSC que ve ¡°escorado a la derecha¡± y con el que los cinco concejales republicanos hubieran tenido ¡°pocas posibilidades de virar las pol¨ªticas de Collboni a la izquierda¡±. ¡°Las cosas no se hacen as¨ª, se han dado cuenta de que iban a perder, as¨ª no se hacen las cosas¡±, conven¨ªan. Oficialmente, el secretario de organizaci¨®n, Jos¨¦ Rodr¨ªguez, aplaud¨ªa que el partido ¡°tiene una militancia viva que merece ser escuchada¡± y hac¨ªa autocr¨ªtica: ¡°Hab¨ªamos previsto un aforo de unas 300 personas, que es la cifra que ha participado en los congresos extraordinarios habitualmente¡±.
El acuerdo alcanzado con el PSC implicaba que ERC tuviera dos tenencias de alcald¨ªa (una del ¨¢rea econ¨®mica y otra de pol¨ªticas sociales) y la regidur¨ªa de tres distritos. Entre las responsabilidades que tendr¨¢n figura la cartera de turismo (una cuesti¨®n sobre la que ERC ya ha pactado medidas con el PSC) o la promoci¨®n del catal¨¢n. Se trata de una jugada que llega justo cuando Esquerra vive los efectos de haber perdido mucho peso institucional a todos los niveles y desat¨® un intenso debate en los diferentes casales del partido en la capital catalana.
Los cr¨ªticos con la decisi¨®n hab¨ªan expresado su malestar por ir de la mano del PSC de Illa (a quienes muchos consideran de derechas y espa?olista), pero tambi¨¦n por las formas. Entre los partidarios de entrar, uno de los argumentos de defensa es el hartazgo de la Federaci¨®n de Barcelona por el hecho de que el marco de actuaci¨®n en Catalu?a lo condiciona todo en el Ayuntamiento desde el mandato que comenz¨® en 2015, en v¨ªsperas al apogeo del proc¨¦s. Algunos creen que no se pueden dejar libres espacios de poder. Otros, en cambio, no entienden estrategias separadas en cada nivel institucional, cuando consideran que la mirada republicana deber¨ªa ser el paraguas para todo. Y subrayan que siempre est¨¢ todo relacionado. Tanto que aseguran que el veto de los comunes a los presupuestos que Pere Aragon¨¨s pact¨® con Salvador Illa que provoc¨® el adelanto electoral, se explica por el veto de Alamany a que los de Colau entraran a gobernar en Barcelona con Jaume Collboni y ella.
El proceso tensiona la ya de por s¨ª complicada situaci¨®n del partido a nivel catal¨¢n. La sangr¨ªa de votos que comenz¨® en las elecciones municipales del a?o pasado no ha parado de repetirse en todo el ciclo electoral. En las europeas de hace menos de una semana, el partido perdi¨® m¨¢s de la mitad de apoyos (372.875 sufragios menos que en 2019). Hay quien en la formaci¨®n considera que esos malos resultados son culpa directa de los pactos con los socialistas y de ah¨ª las resistencias a lo que pueda pasar en el Ayuntamiento de la capital catalana.
Esa p¨¦rdida de voto sostenida, y que ha llevado a que ERC perdiera su estatus de fuerza hegem¨®nica en Catalu?a, forz¨® el debate interno sobre su liderazgo y los fallos a la hora de hacer llegar el mensaje de apuesta por el di¨¢logo sin renunciar la independencia al electorado. La decisi¨®n del president en funciones, Pere Aragon¨¨s, de asumir la derrota del 12-M dejando la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica gener¨® un tsunami de consecuencias a¨²n imposibles de delimitar. La secretaria general, Marta Rovira se aline¨® con Aragon¨¨s en su apuesta por un cambio en las caras de la direcci¨®n, mientras que Oriol Junqueras se atrincher¨® en su continuidad y acept¨® dejar el cargo solo para intentar revalidarlo en un congreso extraordinario de noviembre.
En medio de la digesti¨®n de los malos resultados y de la crisis interna, la reflexi¨®n pausada de los resultados del 12-M mostr¨® que los 20 diputados obtenidos -se perdieron 13- son claves a la hora de formar un gobierno socialista o de forzar elecciones. Aunque Junts les invita a que apoyen la investidura de Carles Puigdemont, pero esa f¨®rmula es improbable pues implica una abstenci¨®n del PSC. La direcci¨®n de ERC, que comanda ahora Rovira, opt¨® por separar las negociaciones de la Mesa del Parlament de la investidura del president. La primera se sald¨® con una mesa de signo independentista, dejando as¨ª de lado un pacto con Illa y los comunes. El fiasco en la votaci¨®n de Barcelona sobrevolar¨¢ seguramente el Consell Nacional de este s¨¢bado, donde se aprobar¨¢ el reglamento de la consulta interna que validar¨¢ el sentido del voto para la investidura.
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