Las viviendas de Tutankamon

Seis de las preguntas parlamentarias de este mi¨¦rcoles al Govern y al presidente de la Generalitat iban sobre el problema de la vivienda. Un 20% del total de intervenciones, un porcentaje revelador; piensen que los diputados pueden preguntar por cualquiera de las competencias del Govern o, si creen que ello les conviene, por asuntos que a veces s¨®lo rozan de costado el campo de actuaci¨®n de la Generalitat. El abanico es extremadamente amplio. Tengan en cuenta, tambi¨¦n, que deben descontar una, dos o tres intervenciones de las extremas derechas que ser¨¢n fil¨ªpicas desaforadas contra la inmigraci¨®n sin esperar respuesta.

En consecuencia, que el 20% de esta sesi¨®n la haya ocupado la vivienda revela hasta qu¨¦ punto es hoy por hoy el asunto social m¨¢s candente y que ha penetrado con fuerza en el debate pol¨ªtico. A la vez, es un asunto en el que resulta bastante claro el posicionamiento a derecha o izquierda. Que la vivienda es un problem¨®n de narices que angustia cada vez a m¨¢s personas no lo puede negar nadie; es en el momento de proponer soluciones cuando los partidos dejan traslucir su ideolog¨ªa. Algo, por otra parte, l¨®gico y, me atrever¨ªa a decir, conveniente. Por eso, cuando Gl¨°ria Freixa (Junts per Cat) pon¨ªa el acento en la ocupaci¨®n ilegal y clamaba contra ¡°el relato falso de derechas contra izquierdas¡±, quedaba claro a qu¨¦ lado del arco se situaba. En su respuesta, la consellera del ramo, S¨ªlvia Paneque, matizaba que, aparte de la ¡°tolerancia cero¡± con la delincuencia, tambi¨¦n hab¨ªa que dar respuesta a las familias vulnerables con problemas de habitaci¨®n. Ubicaci¨®n ideol¨®gica.

En el extremo opuesto a Freixa, los Comuns andan con m¨¢s orgullo y satisfacci¨®n que un discurso de Juan Carlos. Han forzado al Govern a aceptar un programa duro de sanciones a los propietarios de pisos de alquiler que cobren m¨¢s de lo debido. Aunque su l¨ªder Jessica Albiach ya ha detectado que sin inspectores, eso no ir¨¢ muy lejos, y este mismo mi¨¦rcoles se los exig¨ªa a Salvador Illa. Y el president ha hecho un Salvador Illa, es decir, asegurar que se har¨¢ lo que se pueda pero sin concretar m¨¢s. El presidente de la Generalitat tiene cierta costumbre, en sus intervenciones parlamentarias, de despachar a la oposici¨®n asegurando que ¨¦l hace todo lo posible, que cumplir¨¢ lo prometido, pero sin entrar en muchos m¨¢s detalles. Tanto es as¨ª que muy a menudo le sobra buena parte de los dos minutos y medio de que dispone para responder cada pregunta oral.

Tambi¨¦n Alejandro Fern¨¢ndez ha abordado el problema del momento. El l¨ªder del PP lleva tiempo ironizando con la promesa de Illa de construir 50.000 pisos p¨²blicos. ¡°No se ha puesto ni un ladrillo en seis meses¡±, ha asegurado, rematando con una de las frases m¨¢s ocurrentes de la sesi¨®n: ¡°en 42 meses ni el jefe de obras de Tutankamon¡± podr¨ªa hacer esa cantidad de viviendas. Curiosamente, el fara¨®n m¨¢s medi¨¢tico no pudo terminar muchos de sus proyectos constructivos.