El ocaso de las entidades que el ¡®proc¨¦s¡¯ impuls¨®
Solo un 9% de afiliados vota en las elecciones del Consell de la Rep¨²blica, creada por Puigdemont, mientras que la ANC pierde una cuarta parte de asociados desde 2019


Dec¨ªa el escritor ruso Aleksandr Herzen que la revoluci¨®n devora a sus hijos sin piedad. La que intentaron poner en marcha formaciones pol¨ªticas y entidades independentistas en Catalu?a, durante la d¨¦cada pasada, est¨¢ haciendo lo propio. En la pesada digesti¨®n del post proc¨¦s, han sido los partidos secesionistas los primeros en experimentar la p¨¦rdida de apoyo popular. Las elecciones internas celebradas la semana pasada del Consell de la Rep¨²blica, la Generalitat paralela creada por Carles Puigdemont, muestran c¨®mo el desgaste alcanza tambi¨¦n al tejido asociativo que bascul¨®, junto al monopolio pol¨ªtico de las instituciones, el ¨®rdago independentista. Solo el 9% de los 89.474 afiliados al Consell particip¨® en la elecci¨®n de la nueva c¨²pula.
Assemblea Nacional Catalana (ANC), Associaci¨® de Municipis per la Independencia (AMI), Consell per la Rep¨²blica, Caixa de Solidaritat, Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica (CDR), ?mnium Cultural, Societat Civil Catalana (SCC)¡ la lista de entidades que crecieron o nacieron al calor del proc¨¦s no es menor. Tampoco lo fue su influencia. La ANC, la AMI y ?mnium son las responsables de la organizaci¨®n de las multitudinarias manifestaciones por la Diada, y que sirven de term¨®metro de la reivindicaci¨®n independentista m¨¢s all¨¢ del inmenso baile de cifras sobre la asistencia. En la protesta de 2014, la entonces presidenta de la Assemblea, Carme Forcadell, lanz¨® el mensaje que empuj¨® a los partidos independentistas a la celebraci¨®n del refer¨¦ndum: ¡°President, ponga las urnas¡±. El a?o pasado, seg¨²n la Guardia Urbana de Barcelona, solo unas 60.000 salieron a la calle frente al 1,8 millones de 2014.
As¨ª como el secesionismo pol¨ªtico perdi¨® la mayor¨ªa que ostentaba desde 2010 en el Parlament (en los comicios de 2017 marc¨® el r¨¦cord, con 2.079.340 votos y 70 esca?os frente a las 61 sillas y los 1.360.867 sufragios cosechados el a?o pasado), el independentismo asociativo tambi¨¦n experimenta un ciclo menguante. El rechazo a la ruptura, seg¨²n el ¨²ltimo bar¨®metro del Centre d¡¯Estudis d¡¯Opini¨® (CEO), se ubic¨® en noviembre pasado en el 54% de los encuestados, el porcentaje m¨¢s alto desde 2015.
El principal s¨ªntoma del desgaste se puede observar en t¨¦rminos de afiliaci¨®n y actividad interna. El ¨²ltimo ejemplo lleg¨®, el pasado mi¨¦rcoles, con las elecciones de la Generalitat paralela de Puigdemont. La pugna de las cuatro candidaturas que aspiraban a suceder al expresident no interpel¨® ni a uno de cada diez afiliados. ¡°Ha sido una participaci¨®n extraordinaria, teniendo en cuenta los par¨¢metros que en los ¨²ltimos a?os se han producido en el movimiento independentista¡±, asegura el ganador Jordi Domingo. Su diagn¨®stico optimista surge de comparar el resultado del mi¨¦rcoles con el de las elecciones de hace un a?o, en las que Puigdemont fue reelegido. Entonces solo hubo 500 votos m¨¢s.
Domingo explica que ve en el resultado un ¡°punto de inflexi¨®n¡± para la entidad fundada en 2018 en Bruselas, donde Puigdemont buscaba burlar la acci¨®n de la justicia espa?ola. ¡°Es un momento para recuperar la unidad del independentismo. No la de los partidos, sino la del 1-O [el refer¨¦ndum declarado ilegal por la justicia]¡±, dice. El Consell, que lleg¨® a repartir material sanitario durante la pandemia y estaba en pleno despliegue territorial, vivi¨® sus elecciones internas en medio del desprestigio derivado de los esc¨¢ndalos de posible malversaci¨®n de las donaciones, con Toni Com¨ªn en el ojo del hurac¨¢n, y cierto conflicto por el hecho de que el propio expresident dejara el cargo tras asumir la presidencia de Junts per Catalunya y se sumase a intentar la v¨ªa del di¨¢logo y la negociaci¨®n con el Gobierno.

Las discusiones internas y el disenso sobre cu¨¢l tiene que ser el papel en el cambio de rasante pol¨ªtico tambi¨¦n est¨¢ detr¨¢s del declive de la ANC. Su presidente, Llu¨ªs Llach, acept¨® en enero en una entrevista a El Nacional que la Assamblea hab¨ªa perdido una cuarta parte de asociados desde 2019. La entidad aprob¨® la nueva hoja de ruta para los pr¨®ximos a?os, descartando por ejemplo la idea de presentar listas c¨ªvicas para futuras contiendas electorales, y tambi¨¦n bas¨¢ndolo todo en la premisa de que a¨²n existe una mayor¨ªa social independentista, pero que ahora est¨¢ desmovilizada y a la espera de que llegue una nueva coyuntura para reactivarse. La ANC no entrega datos del censo de votantes de su ¨²ltima consulta interna, pero, seg¨²n Llach, ahora rondar¨ªa los 30.000.
Una entidad que siempre ha afeado a los partidos pol¨ªticos que se centren en sus l¨ªos internos y personales en lugar de poner el foco la lucha por la rep¨²blica catalana, se enfrenta ahora a la misma situaci¨®n. Aqu¨ª el ¨²ltimo episodio de conflicto lo protagonizaron el propio Llach y uno de los secretarios nacionales de la Assamblea, Josep Costa. El exvicepresidente del Parlament acus¨®, hace una semana, al cantautor, mediante un mensaje en X, de hacer una gesti¨®n ¡°desp¨®tica y antirreglamentaria¡± de la ANC, a la hora de resolver una vacante en la c¨²pula. Llach le ha respondido tambi¨¦n en esa red, acus¨¢ndole de violar los mecanismos internos.
Un camino muy diferente han transitado los llamados CDR, un grupo sin una jerarqu¨ªa clara, que surgi¨® inicialmente para garantizar la ejecuci¨®n del 1-O y despu¨¦s comand¨® la respuesta en la calle a las sentencias del juicio al proc¨¦s, donde algunas de las manifestaciones acabaron con destrozos y enfrentamientos con las fuerzas del orden. El Tribunal Supremo elev¨® el a?o pasado una cuesti¨®n prejudicial a la justicia europea para saber si le ha de aplicar la ley de Amnist¨ªa a una docena de sus miembros encausados por terrorismo. La aplicaci¨®n desigual de esa ley pactada entre el PSOE y los independentistas tambi¨¦n es la que mantiene viva la Caixa de Solidaritat, que recogi¨® donaciones ciudadanas para pagar las fianzas y las multas derivadas de causas judiciales relacionadas con el independentismo. ¡°Tenemos 14 peticiones de ayudas pendientes, de causas abiertas donde a¨²n no es claro si habr¨¢ aplicaci¨®n de la amnist¨ªa¡±, explica su presidente, Pep Cruanyes.
Por su parte, Societat Civil Catalana (SCC), entidad antiindependentista que el a?o pasado cumpli¨® diez a?os de vida, tambi¨¦n mantiene su actividad y su presidenta, Elda Mata, considera que ahora su labor es m¨¢s fundamental que nunca. ¡°El independentismo tiene m¨¢s poder que en 2017¡å, asegura, refiri¨¦ndose a c¨®mo sus votos son necesarios para la gobernabilidad en el Gobierno central y auton¨®mico. Esa ¡°amenaza¡±, acepta, es m¨¢s dif¨ªcil de visualizar y cuesta volver a muestras de fuerza de SCC como la de las 300.000 personas que sac¨® en la calle en octubre de 2017, en la mayor manifestaci¨®n en contra de la independencia de Catalu?a. Mata no detalla el n¨²mero actual de afiliados, pero asegura que son ¡°m¨¢s¡± que en 2017. ¡°Tenemos una base muy consolidada¡±, dice, recordando que han sido el ¡°principal dique social¡± contra la amnist¨ªa.
En su fachada ondean, lado a lado, las banderas senyera -la oficial de Catalunya- y la estelada (con la estrella), que reivindica la independencia. ¡°Hemos sido m¨¢s permeables a los efectos de la p¨¦rdida de la hegemon¨ªa del independentismo porque somos una entidad que acumula 63 a?os de historia haciendo trabajo por la lengua, la cultura y el pa¨ªs¡±, explica su presidente, Xavier Antich. ¡°Entendemos que la construcci¨®n nacional como el proceso de fortalecer el sentimiento de pertenencia a la naci¨®n¡±, agrega. Y esa batalla ahora, explica, pasa por asegurar el uso social del catal¨¢n (solo uno de cada tres ciudadanos lo usa de manera habitual), hacer frente a las desigualdades y al discurso del odio.
Ah¨ª tambi¨¦n hay una diferencia radical discursiva. Mientras ?mnium marca claramente una l¨ªnea de exclusi¨®n de la formaci¨®n ultra Alian?a Catalana, los planteamientos de los l¨ªderes de ANC y el Consell de la Rep¨²blica son m¨¢s l¨ªquidos. ¡°Hasta el 1-O no pregunt¨¢bamos a nadie qu¨¦ pensaba y no pienso que sea productivo pregunt¨¢rselo ahora. Si eres independentista, adelante¡±, asegur¨® Domingo, en una entrevista al Ara, el pasado domingo. Llach opin¨® lo mismo, aunque ambos creen que despu¨¦s todo cambiar¨ªa ante un posible Gobierno. Ni pizca de temor a que sea otra revoluci¨®n, la del discurso ultra, la que se los coma.
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