Financiaci¨®n: hartos no, lo siguiente
El nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica es una quimera, un enga?o, una frustraci¨®n. Y su inexistencia supone un descr¨¦dito para los partidos firmantes del pacto de Bot¨¢nico
En el a?o 2015 el entonces candidato socialista a la presidencia de la Generalitat -hoy, su presidente-, Ximo Puig, dio a conocer su programa de gobierno mediante la edici¨®n de un op¨²sculo titulado El problema valenciano tiene soluci¨®n. Exhaustos de ofrendar nuevas glorias. En poco menos de doscientas p¨¢ginas, impregnadas y trufadas de citas y referencias a algunos de sus referentes pol¨ªticos e intelectuales -Olof Palme, Daren Acemoglu, Adela Cortina, Joan Romero, Vicent Andr¨¦s Estell¨¦s-, el aspirante presidencial invitaba a los valencianos a reflexionar sobre lo que pudimos ser, lo que hab¨ªamos acabado siendo, y lo que pod¨ªamos aspirar a ser. Y ofrec¨ªa sus recetas para, con el concurso de todos, situar a la Comunidad Valenciana ¡°entre las regiones m¨¢s avanzadas socialmente de Europa¡±.
Destaco, por su rotundidad, uno de los p¨¢rrafos recogido en la contraportada del libro, ubicaci¨®n que delata la importancia del contenido: ¡°Un elemento esencial, y determinante, ser¨¢ conseguir una financiaci¨®n auton¨®mica justa. Sin ello, desarrollar un verdadero autogobierno ser¨¢ una quimera y un enga?o para los ciudadanos, que solo incrementar¨¢ la frustraci¨®n de sus expectativas y el descr¨¦dito de la pol¨ªtica democr¨¢tica¡±.
En aquel ya lejano 2015 nadie pod¨ªa imaginar que un lustro despu¨¦s el mundo se parar¨ªa por una pandemia global. Bastante ten¨ªamos entonces con tratar de asimilar y deglutir otra pandemia, la de la corrupci¨®n, que ofrec¨ªa titulares gloriosos de ra¨ªces valencianas cada amanecer.
Ximo Puig empez¨® su reinado al frente del Consell en junio de 2015, presidiendo un gobierno de coalici¨®n integrado por socialistas y Comprom¨ªs, con el apoyo parlamentario externo de Podemos. Bautizado como Gobierno del Bot¨¢nico, cumplir¨¢ en breve el ecuador de su segunda edici¨®n.
Han pasado cerca de seis a?os, una legislatura y media, y el nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica s¨ª que es una quimera, un enga?o, una frustraci¨®n. Y su inexistencia supone un descr¨¦dito para los partidos firmantes del pacto de Bot¨¢nico. Los m¨²sculos de sus dirigentes se resienten a¨²n de las agujetas de agitar la bandera de una financiaci¨®n auton¨®mica justa para la Comunidad Valenciana como elemento vertebrador de sus relatos pol¨ªtico/electorales.
Arranc¨® el Bot¨¢nico su andadura con Mariano Rajoy, del PP, en la Presidencia del Gobierno de Espa?a, y contin¨²a su singladura con Pedro S¨¢nchez (PSOE) posicionado en el Palacio de la Moncloa, auxiliado en las bandas por Unidas Podemos. Da igual. Ni con un gobierno liderado por el PP ni con uno encabezado por el PSOE se ha resuelto la cr¨®nica, que no coyuntural, infrafinanciaci¨®n valenciana. Los informes elaborados ad hoc por el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (IVIE), la Universidad de Valencia y el propio Ministerio de Hacienda, han devenido en silenciosos notarios que levantan acta sobre la condici¨®n de la autonom¨ªa valenciana como el territorio peor financiado de todo el Estado. Exquisitos cad¨¢veres de papel, registros inform¨¢ticos, perdidos en un caj¨®n o en la llamada nube.
Siempre hay una excusa, una coartada para no abordar el problema con la urgencia que exige: el conflicto catal¨¢n, la inestabilidad pol¨ªtica, el adelanto electoral, la repetici¨®n electoral. Y la pandemia, esa especie de b¨¢lsamo de Fierabr¨¢s que todo lo justifica ahora.
Una financiaci¨®n auton¨®mica ajustada a la realidad social de cada autonom¨ªa, a su peso poblacional, no es un simple enunciado pol¨ªtico. Un colega transmutado en asesor de grandes corporaciones, con afinado olfato pol¨ªtico y fina capacidad de an¨¢lisis, me repite en nuestras conversaciones telef¨®nicas: ¡°Deseng¨¢?ate, el problema de la financiaci¨®n no engancha al ciudadano, no construye relato electoral, no a¨²na voluntades¡±. Puede que tenga raz¨®n. Puede que sea porque somos analfabetos pol¨ªticos y ha fallado la did¨¢ctica de explicar que la financiaci¨®n auton¨®mica se traduce en servicios p¨²blicos; que, a mejor financiaci¨®n, mejores prestaciones sanitarias y educativas, m¨¢s gasto social, m¨¢s y mejores infraestructuras, m¨¢s pol¨ªticas de creaci¨®n de empleo. En resumen: m¨¢s calidad de vida. Vayamos a lo concreto: la pandemia de COVID-19 ha puesto el foco sobre la atenci¨®n sanitaria primaria, cuyos profesionales, sobrepasados, se han desga?itado denunciando la falta de medios antes del virus, durante, y ya veremos despu¨¦s. Seg¨²n datos dados a conocer por el Ministerio de Sanidad y el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, referidos a 2018, el gasto medio sanitario p¨²blico espa?ol en asistencia primaria por habitante es de 183 euros. Muy por encima se sit¨²an autonom¨ªas como Extremadura (246), Castilla-La Mancha (240), Castilla y Le¨®n (233) o Pa¨ªs Vasco (217). La Comunidad Valenciana est¨¢ a la cola con un gasto de 168 euros por habitante. Esa diferencia notable tiene que ver con un modelo de financiaci¨®n auton¨®mica inicuo y se traduce en listas de espera, falta de personal, medios insuficientes, etc¨¦tera. As¨ª con todos los servicios p¨²blicos. Pandemias aparte, cada vez que usted llama a su centro de salud y le dan cita para tres semanas despu¨¦s, ya sabe que hay una causa, y no es debido a que los m¨¦dicos se la pasan toc¨¢ndose la barriga.
El pasado 31 de marzo el Banco de Espa?a nos inform¨® de que la Comunidad Valenciana cerr¨® 2020 con una deuda p¨²blica de 50.807 millones de euros. No se moleste en trasladar la cifra a pesetas porque sufrir¨¢ un amago de infarto. Es la segunda deuda auton¨®mica m¨¢s elevada, por detr¨¢s de Catalu?a, y equivale al 48,6 por cien del PIB auton¨®mico. ?Somos unos manirrotos los valencianos? ?Gestionamos de pena? No. Sucede que esa deuda es el fiel reflejo de una hist¨®rica infrafinanciaci¨®n que exige recurrir de continuo al endeudamiento, mediante diversos y perversos instrumentos, para poder seguir costeando los servicios p¨²blicos transferidos y asumidos por la Generalitat Valenciana.
En respuesta al informe del Banco de Espa?a, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, record¨® la necesidad ¡°inaplazable¡± de un nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica ¡°que incluya mecanismos para compensar la deuda hist¨®rica de la Comunidad Valenciana¡±. Escuchamos estas y parecidas declaraciones, en bucle, desde hace a?os.
De seguir as¨ª, y tiene toda la pinta de que acabamos la legislatura sin ver mejorada nuestra financiaci¨®n, quiz¨¢s, vete a saber, los valencianos empiecen a plantearse a qu¨¦ diantres se dedican los 44 diputados y senadores valencianos, de todos los partidos del arco parlamentario, con esca?o en Madrid; y los 99 diputados auton¨®micos con plaza en las Cortes Valencianas. Y un Gobierno del Bot¨¢nico que tras seis a?os en el poder no ha satisfecho su principal reclamo electoral. Exhaustos de ofrendar nuevas glorias, s¨ª, y de tanta invisibilidad, y de tanta excusa, y de tanto buenismo pol¨ªtico por parte de quienes han firmado un contrato para defender, como principal gallardete, los intereses de los 5.004. 844 ciudadanos que habitamos en este rinc¨®n del Mediterr¨¢neo.
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