De la placidez pol¨ªtica a la inquietud electoral

Hace un a?o en la sede de la Presidencia de la Generalitat se analizaba el futuro con placidez. Con euforia contenida, es cierto, pero convencidos, tanto su principal inquilino, el presidente Ximo Puig, como su elenco de colaboradores de que al final del angustioso t¨²nel de la pandemia se empezaba a vislumbrar la luz. No les faltaba raz¨®n.

Hechos: la campa?a de vacunaci¨®n contra la covid-19 se desarrollaba a velocidad de crucero, una vez superados los incipientes problemas de suministro de dosis y dispensaci¨®n; las expectativas derivadas de los fondos europeos Next Generation te?¨ªan de confianza los discursos pol¨ªticos, y la temporada tur¨ªstica se anunciaba con augurios optimistas conforme crec¨ªa el n¨²mero de reservas hoteleras. A pesar de algunas restricciones que la pandemia a¨²n exig¨ªa, muchos municipios valencianos recuperaban sus tradicionales festejos estivales, y hasta las Fallas encontraban hueco en el calendario y se colaban, extempor¨¢neamente, en el mes de septiembre.

Exist¨ªa el consenso generalizado de que la crisis pand¨¦mica se hab¨ªa abordado en la Comunidad Valenciana con rigor y eficacia. Se asum¨ªa que los errores cometidos ¡ªque los hubo¡ª eran m¨¢s achacables al desconcierto frente a una crisis in¨¦dita que a la inoperancia o la torpeza de los gestores. Llegamos a escribir sobre el ¡°oasis valenciano¡± para significar la unidad pol¨ªtica alcanzada entre Consell y oposici¨®n en contraposici¨®n a la bronca tabernaria que caracterizaba al escenario nacional en medio del desasosiego pand¨¦mico.

La demoscopia reflejaba ese estado de cosas. La figura del presidente Puig sal¨ªa reforzada de la crisis y nada parec¨ªa amenazar la continuidad del Gobierno del Bot¨¢nico ante futuras contiendas electorales. El PSPV-PSOE sent¨ªa fortalecido el apego de los ciudadanos en las urnas, el desgaste de Comprom¨ªs estaba acotado ¡ªal contrario que el de Unidas Podemos¡ª, el PP valenciano no mejoraba sus expectativas pese al recambio de Isabel Bonig por Carlos Maz¨®n, Ciudadanos agudizaba su declive, y Vox proyectaba una sombra que desde la izquierda valenciana se optaba por ignorar.

Un a?o despu¨¦s la placidez deja paso a la inquietud. Dicho en t¨¦rminos futbol¨ªsticos: ¡°hay partido¡± electoral y nada garantiza que el bloque de la izquierda valenciana supere en n¨²mero de esca?os auton¨®micos al de la derecha. La invasi¨®n rusa de Ucrania, con todas sus derivadas y efectos colaterales, ha puesto en jaque la recuperaci¨®n econ¨®mica a ra¨ªz del freno de las importaciones y exportaciones, la subida del precio de los carburantes, de las materias primas y, en general, de todos los suministros, incluidos los m¨¢s b¨¢sicos de la cesta de la compra. La pobreza y las desigualdades se acrecientan. Tambi¨¦n lo hace el malestar social. Ah¨ª est¨¢ para record¨¢rnoslo el S¨ªndic de Greuges, ?ngel Luna, nuestro valenciano defensor del pueblo. Su informe referido a 2021, donde se recogen las quejas ciudadanas por el colapso sanitario y los retrasos en las grandes ayudas sociales, es algo m¨¢s que un toque de atenci¨®n. Es una radiograf¨ªa de ese mapa del malestar al que alud¨ªamos.

El efecto Feij¨®o empieza a hacerse notar. El PP recupera posiciones tras su crisis de febrero y recorta distancia respecto al PSOE, mientras Vox se mantiene como tercera fuerza pol¨ªtica. Palabra del CIS. El sondeo de GESOP es m¨¢s contundente: si en este momento se celebrasen elecciones generales las ganar¨ªa el PP y podr¨ªa gobernar, previo pacto con los de Abascal.

En la Comunidad Valenciana el ¨²nico factor que siempre exige matices en el an¨¢lisis se llama Comprom¨ªs, por su singularidad respecto a otros territorios de Espa?a. Ximo Puig y sus compa?eros en la direcci¨®n del PSPV-PSOE mantienen la respiraci¨®n a la espera de ver c¨®mo se desarrollan los acontecimientos judiciales que afectan al propio presidente por la v¨ªa fraternal ¡ªhermano investigado ¡ª y a la l¨ªder de la coalici¨®n nacionalista y vicepresidenta del Consell, M¨®nica Oltra. Tambi¨¦n en Comprom¨ªs est¨¢n atentos. Unos y otros saben que si la vicepresidenta arroja la toalla ¡ªopci¨®n que no parece valorar la afectada¡ª el escenario electoral se tornar¨¢, todav¨ªa, un poco m¨¢s turbador para sus intereses.