La guanter¨ªa centenaria de Valencia que resiste los embates de la ¡®turistificaci¨®n¡¯ y las franquicias
Piqueras, comercio fundado en 1886, se mantiene pese a la subida de los alquileres en el c¨¦ntrica plaza de la Reina, cuya reforma ha disparado la demanda de locales
Que todos los centros hist¨®ricos de las grandes ciudades se parecen es un t¨®pico, una letan¨ªa que se repite desde el advenimiento de la globalizaci¨®n. Las mismas tiendas, las mismas pizzas, las mismas hamburguesas, los mismos perfumes, los mismo cachivaches.... Por eso el comercio tradicional y local se ha convertido hoy casi en una especie en extinci¨®n, digna de proteger. A esta estirpe pertenece Guantes Piqueras, que se mantiene abierta en Valencia desde 1886. Guantes, abanicos artesanales y sombreros conforman su oferta en la reformada plaza de la Reina, ahora destino y lugar de paso de turistas y vecinos y uno de los espacios con mayor potencial comercial en la actualidad, lo que ha disparado los precios de los alquileres.
¡°Ha sido muy duro aguantar los 15 meses de obras, pero ahora da gusto la plaza y viene mucha gente. Se oye hablar en espa?ol, lo que antes no era muy habitual, y veo que los j¨®venes quedan aqu¨ª¡±, comenta Margarita Piqueras desde su mostrador, que conserva los antiguos cajones madera. ¡°Creo que la gente se est¨¢ cansando de encontrar siempre lo mismo y agradece tiendas diferentes, con historia¡±, apunta esta propietaria, que hered¨® el negocio de su madre que, a su vez, se qued¨® con la tienda en la que entr¨® de aprendiz cuando se jubilaron los due?os de la entonces Guantes Camps. La antigua y enorme mano de madera enguantada colgada en la fachada, que serv¨ªa como popular reclamo publicitario, gustaba tanto que la robaron y hubo que hacer una copia de fibra de vidrio. ¡°Cuando se hizo la primera mano en el siglo XIX hab¨ªa mucha gente que no sab¨ªa leer y resultaba ¨²til¡±, apunta. Ahora la escultura pervive en las fotograf¨ªas colgadas de las paredes del comercio, en el que una pareja joven de italianos se lleva varios abanicos artesanos el pasado lunes.
¡°Vienen bastantes italianos. Les gustan mucho los abanicos y los guantes, de producci¨®n espa?ola. Tienen tir¨®n entre los extranjeros, Tambi¨¦n vendemos bastante guantes de clavariesa y para asistir a bodas¡±, a?ade. Lo que ya no tiene, porque cerr¨® la f¨¢brica que la abastec¨ªa, son pa?uelos de calidad de tela, como el que acaba de pedir una se?ora mayor.
El mayor problema para este comercio centenario son los alquileres que siguen disparados. Esos elevados precios han acabado por asfixiar a varios comercios de entorno. Hay bajos cerrados desde hace unos a?os. Margarita conoce el problema, si bien admite que su arrendador fue sensible con ella en los meses fat¨ªdicos de la pandemia del coronavirus.
Buena parte de los comercios cerrados de la plaza de la Reina y su entorno llevan el cartel de Se alquila de la compa?¨ªa inmobiliaria Alain. Pedro Garc¨ªa, director general de la firma, sostiene que muy pronto se abrir¨¢n esas tiendas. ¡°La mayor¨ªa de ellos ya est¨¢n alquilados y con marcas potentes que van a dar un tir¨®n a la plaza. Estamos desbordados por la demanda. Creemos que hay dos razones: la apertura al turismo de Valencia, en agosto ha habido datos de r¨¦cord; y la apertura de la c¨¦ntrica plaza tras casi dos a?os de obra¡±, explica. En los nueve primeros meses del a?o, la empresa ha incrementado sus operaciones en el centro hist¨®rico un 61%, que se ha visto beneficiado tambi¨¦n por la peatonalizaci¨®n del cercano entorno del Mercat Central y la Lonja.
Garc¨ªa admite el problema de la subida de los alquileres pese a las facilidades para la implantaci¨®n de los negocios, y que son empresas con un fuerte m¨²sculo financiero las que puede afrontarlos. ¡°Se debe proteger al comercio tradicional, aunque mantiene rentas antiguas, pero tambi¨¦n salvaguardar los intereses de los propietario en busca del equilibrio¡±, sostiene.
Las monjas de la librer¨ªa Paulinas no pagan alquiler, porque el amplio bajo de la plaza de la Reina es propiedad de su congregaci¨®n Hijas de San Pablo. Rodeadas de hamburgueser¨ªas, helader¨ªas, chocolater¨ªas o pizzer¨ªas, la hermana Julia afirma que ellas dan de comer de manera distinta, ¡°pan del esp¨ªritu, de la palabra, para difundir la palabra de Jesucristo¡±. Especializada en libros religiosos, de filosof¨ªa, de ciencias sociales, la responsable de la librer¨ªa ha detectado que la gente perdi¨® muchos la esperanza en la pandemia y ahora ¡°busca reavivar su fe¡± con las lecturas. La hermana sonr¨ªe y prefiere no hablar del inter¨¦s inmobiliario que suscita el bajo en el que asienta este establecimiento con 75 a?os de historia.
Julia Mart¨ªnez, gerente de la Asociaci¨®n de Comerciantes del Centro Hist¨®rico de Valencia, reconoce que las peatonalizaciones en la ciudad suelen acarrear un aumento de los alquileres de locales comerciales y de viviendas. ¡°Estamos a favor de ganar espacio peatonal, incluso lo hemos pedido en ¨¢reas de la ciudad donde hay concentraci¨®n comercial, pero a veces es un arma de doble filo porque los propietarios suben los alquileres y eso tampoco es justo porque si se ha mejorado esa calle es, en parte, porque el comercio se mantiene abierto¡±.
En Valencia se da un efecto perverso, seg¨²n Mart¨ªnez, y es que cuando se hace una calle peatonal, a los due?os de locales les sale m¨¢s rentable alquilarlo para la hosteler¨ªa que para el comercio minorista. ¡°Porque cobra los metros cuadrados de local y la potencial superficie de terraza¡±.
La experiencia de las peatonalizaciones para el comercio minorista ha tra¨ªdo cosas buenas y otras no tanto. ¡°Nosotros hicimos un estudio en 2005 de calles con mucha concentraci¨®n comercial que propon¨ªamos peatonalizar y se lo entregamos al Ayuntamiento. Se cambiaron muchas calles entre la avenida del Oeste y la plaza del Ayuntamiento: Adressadors, Maestro Clav¨¦, En Sanz... Pero cinco a?os despu¨¦s nos dimos cuenta de que en muchos de esos ejes se hab¨ªa expulsado al comercio. Antes en la calle En Sanz todo eran tiendas de vestidos de novia y ahora ya hay cinco o seis establecimientos de hosteler¨ªa¡±, apunta la gerente. Fue el motivo por el que los comerciantes echaron el freno a los mismos planes para el Ensanche de la capital: ¡°Preferimos apostar por el desdoblamiento de las aceras¡±, recuerda Mart¨ªnez.
En la plaza de la Reina, tras su remodelaci¨®n, los comerciantes del centro hist¨®rico han pedido al Gobierno local que no autorice m¨¢s terrazas. ¡°Tiene que haber una mezcla comercial equilibrada. No puede ser que al final todo sea un bar¡±, defiende Mart¨ªnez, que pide a los propietarios de los locales ¡°m¨¢s coherencia¡± porque los alquileres altos, lo que provocan al final son mucha rotaci¨®n de negocios ¡°y eso no es bueno para nadie¡±. El peque?o comercio convive pac¨ªficamente con los residentes del barrio y es una excelente animaci¨®n para las calles.
La pandemia afect¨® m¨¢s a los establecimientos de hosteler¨ªa que al comercio convencional, que cierran sobre todo por la jubilaci¨®n del titular y la falta de relevo generacional. Se han intentando muchas experiencias para que empleados o emprendedores toman las riendas del negocio y as¨ª no se cierren comercios centenarios o emblem¨¢ticos pero no es f¨¢cil, dice Mart¨ªnez. La concejal¨ªa de Borja Sanju¨¢n bonifica el pago de la pr¨¢ctica totalidad del IVA a las tiendas centenarias o emblem¨¢ticas de Valencia.
La asociaci¨®n ha puesto en marcha, con la ayuda del Ayuntamiento, una experiencia para instalar en 15 comercios un sistema de conteo del flujo de personas, para medir cuanta gente pasa por delante, cuanta entra en la tienda, a qu¨¦ horas... ¡°Es una herramienta muy ¨²til con la que ya cuentan las franquicias porque se analizan patrones de los compradores. Queremos que los comerciantes se tecnifiquen pero con sentido¡±, concluye Mart¨ªnez.
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