Los ¡®nanos¡¯ vuelven a conquistar a Gulliver: de padres a hijos
El ic¨®nico parque de Valencia reabre con largas colas para lanzarse por sus toboganes tras su restauraci¨®n
![Algunos ni?os en un brazo de Gulliver el pasado viernes, nada m¨¢s reabrirse.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/O36ZFVU2JRUL6JNNWICV3PMMI4.jpg?auth=7d8132ddfd0596a453c828d34ceaf8d102047d1a4966243ba8ef8b3c73881e78&width=414)
?rase una vez un gigante que dorm¨ªa en el lecho seco de un r¨ªo mientras cientos de enanos trepaban y se deslizaban por sus pliegues sin despertarlo. Son poco m¨¢s de las diez de la ma?ana del s¨¢bado y el primer viaje de Gulliver, el que le lleva a la isla de Liliput, vuelve a ser realidad en antiguo cauce del T¨²ria en Valencia. El ic¨®nico parque de toboganes reabri¨® el viernes 28 de octubre, justo en el aniversario de la publicaci¨®n en 1726 de la novela que Jonathan Swift ide¨® como una sarc¨¢stica critica a las costumbres de la ¨¦poca y que acab¨® tambi¨¦n conquistada por los m¨¢s peque?os.
V¨ªctor tiene 38 a?os y recuerda que de peque?o ven¨ªa todos los domingos. Hoy se estrena con sus dos hijos. ¡°Est¨¢bamos deseando que reabriera. Me lo pasaba genial aunque ahora lo veo todo m¨¢s peligroso¡±, asume entre risas. La pandemia de la covid-19 oblig¨® a cerrar y el Ayuntamiento aprovech¨® para repintar la atracci¨®n pero a las pocas horas hubo que cerrar ante la denuncia de intensos picores por el material usado.
Se aceler¨® entonces la reforma integral ya prevista y que estos d¨ªas aprueban grandes y peque?os. ¡°Pero ?mira Juanma! Tu cu?ado est¨¢ haciendo cola ¨¦l solo para tirarse¡±, descubre asombrada una mujer. No es el ¨²nico. Con la excusa de vigilar a los menores, o sin necesidad de ella, muchos adultos se dejan ir por los toboganes.
Luisa ha venido con su madre y sus dos hijos. ¡°Les encanta. Que sea gratis est¨¢ muy bien, ahora ya no hay apenas cosas as¨ª en las que no tengas que pagar. As¨ª no se se excluye a nadie, porque hay familias que no se lo podr¨ªan permitir¡±, recuerda. Con ocho a?os, Pau lo tiene claro: ¡°?Es flipante!¡±. Marco coincide con ¨¦l mientras espera a sus padres en el punto convenido. Esa precauci¨®n y unos pantalones duros son los mejores consejos para disfrutar en una instalaci¨®n que tiene un hueco estrella en las gu¨ªas de la ciudad. La variedad de idiomas que se oyen lo confirma.
¡°Un ¨¦xito total¡±, resume Eduardo, uno de los encargados. Cuenta que muchos llegan sabedores de la reinaguraci¨®n pero que la nueva valla, que deja ver mucho mejor las aventuras del interior, hace el resto. ¡°El aforo es de 450 y cuando se completa vamos dejando entrar seg¨²n salen¡±, apunta mientras echa mano del silbato para recordar a un par de intr¨¦pidos escaladores que por ah¨ª no pueden subir.
En el sombrero que se le cay¨® a Gulliver en esa playa, Sergio comprueba en una maqueta a tama?o casi humano que los toboganes por los que acaba de volar son en realidad las ondas del brillante pelo negro del gigante, sus largas piernas o los pliegues de su casaca. Esa imagen fue la que el entonces arquitecto municipal Rafa Rivera imagin¨® en los ochenta para el parque de un humilde barrio pero el alto presupuesto fren¨® un proyecto al que se hab¨ªan sumado el artista fallero Manolo Mar¨ªn y el ilustrador y dibujante de c¨®mics Sento Llobell.
Sus impulsores se pusieron en contacto con el Ayuntamiento de Barcelona, pero cuando el entonces consejero de la Generalitat Andr¨¦s Garc¨ªa Reche vio la maqueta en el taller del artesano, fren¨® el que hubiera significado el quinto viaje de Gulliver (tras los descritos en la novela) y pact¨® que la consejer¨ªa de turismo pondr¨ªa los 1,3 millones de euros y que se construir¨ªa en suelo municipal.
El Ayuntamiento de Valencia estaba entonces gobernado por el PSPV al igual que la Generalitat. Luego, el consistorio presidio por el PP mantuvo la apuesta por el parque. Y ahora, dirigido por Comprom¨ªs en coalici¨®n con los socialistas ha invertido un mill¨®n de euros para acometer una importante reforma. El parque permanecer¨¢ abierto al p¨²blico de 10 a 19 horas hasta este lunes; a partir de noviembre, y hasta que vuelva a alargar el d¨ªa en febrero, la apertura ser¨¢ de 10 a 17.30 horas.
Cuando se inaugur¨® el Gulliver no falt¨® oposici¨®n y durante a?os se pudo leer en una pared la pintada Ni gigantes en el r¨ªo ni enanos en el Ayuntamiento pero, finalmente, el 29 de diciembre de 1990 el Gulliver abri¨® sus puertas y desde entonces ya nadie discute al gigante varado sobre el antiguo lecho del r¨ªo.
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