El futuro PGOU de Alicante: entre los rascacielos y los riesgos del cambio clim¨¢tico

Alicante se prepara para dar un estir¨®n. Y bien alto, si se cumplen las previsiones del concejal de Urbanismo, Adri¨¢n Santos (Ciudadanos), cuyo departamento ha llevado al nuevo Plan General de Ordenaci¨®n Urbana (PGOU), que sustituir¨¢ al vigente, de 1987, a la casilla de salida de las tramitaciones burocr¨¢ticas. ¡°Romper la barrera de las alturas¡± con ¡°rascacielos que pueden llevar aparejada m¨¢s dotaci¨®n¡± y ¡°hacer hincapi¨¦ en la Alicante que ya tenemos¡±, equilibrando y conectando mejor los barrios ya existentes, son las l¨ªneas maestras marcadas por el edil para su nuevo modelo de ciudad, que comenzar¨¢ a perfilarse en cuanto concluyan los siete an¨¢lisis preceptivos que la concejal¨ªa acaba de adjudicar por un total de 285.608,16 euros y con los que el Ayuntamiento da por iniciados los trabajos de redacci¨®n del PGOU. El nuevo trazado de la ciudad no funcionar¨¢, sin embargo, si no se tienen en cuenta conceptos como el medio ambiente y la exposici¨®n al cambio clim¨¢tico, si no se incrementa la presencia de suelo p¨²blico o si no se articula el plan a partir de las necesidades de los usuarios, alertan varios expertos a EL PA?S.

El PGOU del 87 ¡°ha quedado desfasado en su concepto¡±, indica el concejal, pero ha sobrevivido gracias a la actuaci¨®n en el suelo que defini¨® como urbanizable y a que buena parte de sus actuaciones estaban previstas a largo plazo. Para Santos, las actuaciones m¨¢s urgentes que debe abordar Alicante ya aparec¨ªan en el ordenamiento vigente. Se trata de ¡°las operaciones integrales (OI) de la estaci¨®n de Renfe¡±, consistente en el soterramiento de las v¨ªas de tren y la construcci¨®n de un bulevar en el terreno que dejen libre, ¡°la de la estaci¨®n de Benal¨²a¡±, a la entrada de la ciudad desde Elche, que tambi¨¦n conlleva la desafectaci¨®n de las v¨ªas ferroviarias, la del barrio de Sangueta, ubicado frente al mar, al final de la playa del Postiguet, y la del entorno de la plaza de toros y el centro Cigarreras. ¡°Son las bolsas de suelo m¨¢s grandes de la ciudad¡±, se?ala el edil, ¡°pero a¨²n hay mucho tr¨¢mite por desatascar¡±.

El plan actual acarrea el lastre de varios esc¨¢ndalos, como la desestimaci¨®n en 2007, por parte del alcalde Luis D¨ªaz Alperi (PP), del proyecto presentado en 2004 por el urbanista Llu¨ªs Cantallops, quien asegur¨® haber recibido presiones para modificar su trabajo. Y, sobre todo, por el protagonismo que cobr¨® en un juicio de la trama de corrupci¨®n Brugal, en el que se acusaba a Alperi y a su sucesora, Sonia Castedo (PP), de favorecer al empresario Enrique Ortiz en el reparto del suelo a cambio de dinero y regalos. Aunque finalmente todos los implicados fueron absueltos, el PP municipal decidi¨® anular definitivamente la renovaci¨®n del plan, encargada a Jes¨²s Quesada. Sin embargo, en el plano meramente funcional, el plan vigente ¡°ha envejecido bien¡±, declara el catedr¨¢tico de Urban¨ªstica de la Universidad de Alicante (UA) Jos¨¦ Ram¨®n Navarro, quien form¨® parte del equipo que lo redact¨®. Fue r¨¢pido, se aprob¨® en apenas seis meses, y, a juicio de Navarro ¡°cumpli¨® con sus expectativas de solventar la ausencia de control de licitaci¨®n de los usos del suelo, de paliar las densidades elevadas y de reducir el impacto de los veh¨ªculos y el tremendo d¨¦ficit de equipamiento existente¡±. ¡°Ayud¨® a terminar una ciudad con un tejido urbano fragmentado¡±, a?ade Navarro, ¡°fue una labor de sutura correcta¡±.

No obstante, ¡°se han producido profundos cambios en las demandas sociales y en los h¨¢bitos de vida¡± que exigen un nuevo plan que d¨¦ respuesta a los principales retos del momento actual. Seg¨²n el urbanista, ¡°hay que desarrollar pol¨ªticas ambientales eficaces en coordinaci¨®n con municipios del entorno, como Sant Joan o San Vicente¡±, para ¡°incorporar en la estructura de la ciudad soluciones, no solo a los retos del cambio clim¨¢tico, sino a los problemas futuros que llegar¨¢n si no enfocamos bien la degradaci¨®n¡± del medio ambiente. Tambi¨¦n recomienda abordar ¡°los problemas de vivienda o los de la centralidad de los servicios¡±, as¨ª como ¡°presentar propuestas que impidan que la ciudad crezca como espacio l¨²dico para turistas¡± y acometer la movilidad ¡°ordenando a trav¨¦s del urbanismo, no del tr¨¢fico¡±.

Una l¨ªnea similar defienden Andres Silanes y Fernando Valderrama, arquitectos del estudio alicantino Subarquitectura. Sostienen que el PGOU debe tender hacia ¡°la integraci¨®n de la ciudad en el territorio¡±, incluyendo ¡°los paisajes medio salvajes que quedan, como la costa, los hitos monta?osos o las zonas verdes de la periferia¡± y abordar cada zona singular como una isla con sus propias peculiaridades. Tambi¨¦n se debe ¡°valorar el espacio vac¨ªo como espacio p¨²blico¡±, al que hay que favorecer en relaci¨®n con el privado, y ¡°recoger todas las preocupaciones a trav¨¦s de la participaci¨®n ciudadana¡± para que, con el conocimiento global de la situaci¨®n, ¡°el plan d¨¦ una propuesta transversal¡±. Finalmente, Andr¨¦s Rico, representante provincial de Alicante en el Colegio de Ingenieros de Caminos de la Comunidad Valenciana, incide en tener en cuenta los cambios sociales. ¡°El coronavirus nos ense?¨® que hay que atender a la ventilaci¨®n, la calefacci¨®n y el soleamiento de los edificios¡±, apunta, ¡°y el clima nos obliga a descarbonizar mediante un transporte p¨²blico eficiente¡± y a cambiar los usos del agua. Tambi¨¦n son nuevos ¡°los patinetes, los pisos tur¨ªsticos, el teletrabajo¡±, por lo que insta a una intensa labor sociol¨®gica ¡°que apoye a los barrios degradados y que consiga que el plan piense en el ciudadano como usuario de la ciudad¡±.