El paradigma de la Comunidad Valenciana: pide agua y ¡°exporta¡± agua
La valenciana es la autonom¨ªa con mayor capacidad de desalaci¨®n. El boom inmobiliario e industrial proyect¨® cinco desalinizadoras que est¨¢n infrautilizadas mientras se siguen pidiendo trasvases
La historia pol¨ªtica de la Comunidad Valenciana est¨¢ plagada de reivindicaciones h¨ªdricas. Primero, el trasvase del Ebro y despu¨¦s el del Tajo, que sigue vigente y con el que se pretende satisfacer las necesidades de los regantes del sur del territorio. Sin embargo, la Comunidad Valenciana se puede convertir tambi¨¦n en exportadora de agua, en el caso de que se ejecute la decisi¨®n del Gobierno de trasladarla en barcos desde la desalinizadora de Sagunto (Valencia) a Barcelona.
Espa?a cuenta con cerca de 800 plantas desaladoras, seg¨²n los datos de la Asociaci¨®n Espa?ola de Desalaci¨®n y Reutilizaci¨®n, AEDyR. La Comunidad Valenciana dispone de la m¨¢s grande de Espa?a, en Torrevieja, con una capacidad de producci¨®n de 80 hect¨®metros c¨²bicos anuales de agua (la ciudad de Barcelona consume 91,5 y la de Valencia unos 45) y que no pudo arrancar a pleno rendimiento por problemas de capacidad de suministro el¨¦ctrico. La Comunidad Valenciana es, adem¨¢s, la autonom¨ªa que mayor capacidad de desalaci¨®n tiene, seg¨²n los datos de la misma asociaci¨®n. A pleno rendimiento, contando solo con las grandes infraestructuras que se dedican a la desalaci¨®n de agua marina, estas tienen m¨¢s del doble de capacidad de las instaladas en Catalu?a (94 frente a 200 hect¨®metros c¨²bicos) y un 80% m¨¢s que las grandes desalinizadoras de Andaluc¨ªa, seg¨²n las mismas fuentes.
Pero el agua desalada es a la que se recurre en ¨²ltimo t¨¦rmino, sobre todo en ¨¦pocas de sequ¨ªa y cuando los recursos escasean en superficie o en acu¨ªferos. Es cara y algunos agricultores no la quieren. As¨ª, la diferencia entre la capacidad y la producci¨®n en estas infraestructuras es elevad¨ªsima, es decir, est¨¢n infrautilizadas. Seg¨²n datos de la empresa p¨²blica estatal Acuamed, que tiene en su red cinco desalinizadoras en el territorio valenciano, durante el pasado a?o y hasta el mes de abril, estas produjeron, de media, poco m¨¢s del 3% de su capacidad. No siempre es as¨ª. En 2015 y 2016 la planta de Mutxamel permiti¨® superar una severa sequ¨ªa y evit¨® problemas de suministro al sur de Alicante. Y la de Torrevieja produjo en 2022 un 80% de su capacidad.
La mayores desalinizadoras construidas Alicante, Valencia y Castell¨®n proceden del programa AGUA que aprob¨® Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en 2004 como respuesta a la derogaci¨®n del trasvase del Ebro. Y, tal como explica el catedr¨¢tico de la Universitat Polit¨¨cnica de Val¨¨ncia Jaime Lora, ¡°las demandas se sobreestimaron¡±.
Fueron los a?os del boom inmobiliario. Decenas de municipios valencianos aprobaron desarrollos urban¨ªsticos que inclu¨ªan campos de golf, hoteles y zonas residenciales. Fue el caso del proyecto Marina d?Or Golf, una macrourbanizaci¨®n sobre una superficie de m¨¢s de 18 millones de metros cuadrados, entre Oropesa del Mar y Cabanes, que proyect¨® la construcci¨®n de tres campos de golf, siete hoteles y m¨¢s de 30.000 viviendas, lo que supon¨ªa una poblaci¨®n estimada de 94.000 personas frente a los poco m¨¢s de 10.000 de aut¨®ctonos que sumaban los dos pueblos.
En Moncofa, con apenas 5.000 habitantes, se aprob¨® un proyecto con campo de golf de 18 hoyos, zona hotelera con 800 plazas, una zona residencial y, colindante, dos establecimientos de aguas termales y m¨¢s hoteles.
En ninguno de los dos municipios hab¨ªa recursos h¨ªdricos suficientes. Los ayuntamientos tampoco obligaron a los urbanizadores a presentar un plan para llevarlos a cabo. El PP valenciano siempres se mostr¨® contrario al uso de desaladoras pero los alcaldes acabaron reclamando su construcci¨®n como ¨²nica salida a la expansi¨®n urban¨ªstica. ¡°Los ayuntamientos vieron en las desaladoras la soluci¨®n a una formidable expansi¨®n urban¨ªstica e industrial y no dudaron en promover su construcci¨®n¡±, resumen tanto Lora como el tambi¨¦n catedr¨¢tico de la UPV Enrique Cabrera. Lleg¨® la crisis de 2008 y ninguno de los dos grandes proyectos se ejecutaron, pero las desaladoras s¨ª se instalaron.
Algo parecido ocurri¨® en Sagunto, la poblaci¨®n desde la que, en el caso de que sea necesario, saldr¨¢ agua para Barcelona. La necesidad de una desalinizadora surgi¨® por la proyecci¨®n de un parque industrial para el que, entonces, se imaginaba un futuro exitoso, inmediato e indiscutible. La infraestructura se comprometi¨® el a?o anterior al estallido de la crisis. Los cerca de 20 millones iniciales que iba a costar se convirtieron en 38. Actualmente, el parque industrial a¨²n no est¨¢ desarrollado aunque su futuro es m¨¢s cierto desde que el a?o pasado se anunci¨® la gigafactor¨ªa de bater¨ªas que el grupo Volkswagen est¨¢n construyendo en el municipio y que se convertir¨¢ en su principal cliente.
Aun as¨ª, la existencia de desaladoras es b¨¢sica y garantista, seg¨²n se?alan tanto Enrique Cabrera, que presidi¨® la Asociaci¨®n Internacional del Agua (IWA por sus siglas en ingl¨¦s), como Jaime Lora, que estudia la desalaci¨®n desde principios de los a?os 80. ¡°Es el ¨²nico seguro h¨ªdrico¡±, aseguran. Ambos defienden que las desalinizadoras no deben funcionar al 100% porque son el ¨²ltimo recurso y que deben dimensionarse. ¡°Cada vez hay menos recursos naturales y las desaladoras se van a convertir en un recursos estrat¨¦gico¡±, asegura Lora quien mantiene como prioridad una ¡°planificaci¨®n integrada con toda la red de distribuci¨®n de agua¡± y expone el caso de Mutxamel en la que no se dise?aron las infraestructuras necesarias para, por ejemplo, dar servicio a Benidorm o utilizar el pantano que est¨¢ entre ambas poblaciones para, en caso de emergencia, suministrar agua desalada a este y, de ah¨ª, trasladarla a Benidorm. ¡°En Espa?a no se hace pero en otros lugares s¨ª se rellenan acu¨ªferos con agua desalada¡±, explica. Cabrera plantea otro problema como es el del estado de la red. ¡°Cuando se habla de cortes y bajadas de presi¨®n es porque hay fugas y ah¨ª un margen para mejorar¡±, apunta.
Ambos admiten que el precio del agua desalada es un h¨¢ndicap, sobre todo, por el elevado consumo energ¨¦tico que precisan pero que, afirman, se ha reducido por las mejoras introducidas en los sistemas. No olvidan el impacto en el medio marino, consecuencia del retorno de la salmuera aunque consideran que es un inconveniente que ¡°parece superado¡± con evaluaciones de impacto ambiental y la diluci¨®n controlada de la salmuera vertida. ¡°Si la desaladora es imprescindible, nadie la discute¡±, afirman. Jaime Lora insiste: ¡°Son un seguro para disponer de agua, m¨¢s cara pero necesaria¡±. Y a?ade: ¡°La paradoja es que no cuestionemos el agua embotellada, que vale mil veces m¨¢s que el agua desalada¡±.
Sagunto como infraestructura estrat¨¦gica
La decisión del Gobierno de trasladar, en caso de necesidad, agua desalada de Sagunto a Barcelona no solo desvela el potencial de la desalinizadora del municipio valenciano sino también el hecho de que se trata de una infraestructura que aporta soluciones a la cuenca mediterránea y no solo a la población en la que se construyó. Esta es una batalla del municipio al que la sociedad estatal Acuamed reclama el coste íntegro de la desaladora al considerar que se trata de una infraestructura municipal. El Ayuntamiento ya ha ganado una batalla en los juzgados que, por deficiencias en la recepción de la obra, ha dado un respiro a la reclamación. El consistorio confía en que la decisión del Gobierno afiance la consideración de que se trata de una infraestructura estratégica.
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