A pesar de las lluvias, m¨¢s de nueve millones de personas est¨¢n con restricciones de agua en Espa?a
Crecen las cr¨ªticas en las comunidades m¨¢s golpeadas por la sequ¨ªa, Catalu?a y Andaluc¨ªa, por la forma en la que gestionan sus cada vez m¨¢s escasos recursos h¨ªdricos
En septiembre y octubre llovi¨® de forma abundante en Espa?a, pero no por igual en todas partes. La sequ¨ªa sigue ceb¨¢ndose con algunas zonas del pa¨ªs, en especial con Catalu?a y Andaluc¨ªa, donde la situaci¨®n resulta ya muy preocupante. En estas comunidades hay cerca de 9,4 millones de personas con restricciones de agua, unos 5,9 en la catalana y otros 3,5 en la andaluza.
En Catalu?a, la actual crisis h¨ªdrica supera la sequ¨ªa de 2008, cuando la comunidad no contaba todav¨ªa con desaladoras y se vio forzada a traer agua en barco desde Francia para abastecer a Barcelona. Las altas temperaturas, la escasez de lluvias y los bajos niveles de los embalses, poco m¨¢s del 18% de su capacidad, han convertido la actual sequ¨ªa en la peor de su historia por su extensi¨®n (afecta a m¨¢s del 50% del territorio) e intensidad. En los ¨²ltimos tres a?os, s¨®lo han llovido 1.400 de los 1.900 litros por metro cuadrado que deber¨ªan haber ca¨ªdo. El agua que falta equivaldr¨ªa a que se inundara toda Catalu?a medio metro de altura (500 mil¨ªmetros). Y no se prev¨¦ que la pr¨®xima ventana de lluvias de abril o mayo, en base a las previsiones estacionales, revierta la situaci¨®n, como afirma Sarai Sarroca, directora del Servicio Meteorol¨®gico de Catalu?a (Meteocat). El consejero de Acci¨®n Clim¨¢tica, David Mascort, recalc¨® el pasado martes, tras aprobar el estado de preemergencia, que el agua durar¨¢ ¡°lo que seamos capaces de estirarla¡±.
La Generalitat, que realizar¨¢ obras en el Puerto de Barcelona para volver a traer agua potable con barcos, dise?¨® la preemergencia para no ingresar en diciembre en la fase m¨¢s dura del Plan Especial de Sequ¨ªa (PES) que planific¨® en 2020: la emergencia, que supondr¨ªa un duro golpe para la econom¨ªa. Se trata de un llamamiento a la poblaci¨®n para ahorrar toda el agua posible cada vez que se abre el grifo. Este nuevo estadio, no incluido en el PES, reduce el consumo a 210 litros por persona y d¨ªa para los casi seis millones de habitantes que se abastecen del sistema Ter-Llobregat, la principal fuente de las cuencas internas, y que residen en el ¨¢rea metropolitana de Barcelona y de Girona, entre otros. Aunque ya hay 37 pueblos o ciudades en los que se ha declarado el estado de emergencia donde el consumo se restringe a 200 litros y un 25% el uso industrial.
La gran sequ¨ªa tambi¨¦n se notar¨¢ en los bolsillos: el recibo del agua subir¨¢ de media un 11,5% por el incremento de gastos para paliar la falta de lluvias. En total, hasta 202 municipios entrar¨¢n el pr¨®ximo jueves en este nuevo estadio que proh¨ªbe el riego con agua potable de jardines y parques (a excepci¨®n de los espacios deportivos federados y los ¨¢rboles); la limpieza de calles y veh¨ªculos; y el llenado de piscinas privadas de uso individual o fuentes ornamentales. Las restricciones de los sectores econ¨®micos se mantienen en la reducci¨®n del 15% del agua, igual que en el escenario de excepcionalidad donde han permanecido ocho meses todos estos territorios. Son medidas presentes en la fase de emergencia del PES, pero aplicadas ligeramente m¨¢s suaves. De todas las poblaciones afectadas, hasta 115 superan el l¨ªmite establecido por el Govern, como Riudellots de la Selva (Girona) o Pacs del Pened¨¨s (Barcelona), aunque representan el 20% de la poblaci¨®n (un mill¨®n d habitantes). Las grandes ciudades como Barcelona, Badalona, L¡¯Hospitalet de Llobregat o Girona ya cumplen este consumo.
La Generalitat de Catalu?a empez¨® en 2008, bajo el gobierno tripartito de PSC, ERC e Iniciativa Per Catalunya, a invertir en infraestructuras para hacer frente a los episodios de sequ¨ªa de la comunidad. Se construyeron desalinizadoras como la de El Prat (Barcelona), inaugurada en 2009, y se ampli¨® la de Tordera (Girona), que se encuentran a m¨¢ximo funcionamiento desde febrero de 2022, lo que ha evitado, por el momento, una situaci¨®n cr¨ªtica de abastecimiento en las grandes ciudades. Ahora, la Generalitat prev¨¦ generar 240 hect¨®metros c¨²bicos de agua con la inversi¨®n de 407 millones de euros hasta 2040 en infraestructuras de regeneraci¨®n de agua para suplir el 15 o 25% de lluvias que tendr¨¢ Catalu?a de forma permanente, seg¨²n advierten los expertos y el propio Govern. Mientras Aig¨¹es de Barcelona, la empresa p¨²blico-privada que gestiona el abastecimiento de los 36 municipios del ¨¢rea metropolitana de la capital catalana, lleva realizando desde septiembre pruebas en la reducci¨®n de la presi¨®n en las ca?er¨ªas de suministro para disminuir el consumo.
La gesti¨®n del agua ha sido muy criticada por entidades ecologistas como Aigua ¨¦s Vida, Ecologistes en Acci¨® de Catalunya o Greenpeace. Aseguran que el Ejecutivo catal¨¢n ha dado la espalda a las evidencias cient¨ªficas y no ha querido abordar el modelo actual de crecimiento econ¨®mico a trav¨¦s del turismo, la ganader¨ªa intensiva y la exportaci¨®n de la fruta. Sobre la estrategia de duplicar la producci¨®n de agua desalinizada y regenerada, las organizaciones alertan del impacto que estas infraestructuras tienen sobre el precio de este recurso, aunque el agua regenerada es una buena opci¨®n para el abastecimiento metropolitano ¡°siempre que se conserve la gesti¨®n p¨²blica de estas infraestructuras¡±, apuntan.
En Andaluc¨ªa, la sequ¨ªa tambi¨¦n se ha agravado, con esos 3,5 millones de personas que ya sufren restricciones. Las lluvias fueron generosas en septiembre y octubre en parte de la comunidad, pero como el escenario previo era desastroso y en noviembre apenas ha llovido, los acu¨ªferos siguen bajo m¨ªnimos y los embalses menguan hasta caer al 20% de su capacidad. M¨¢s all¨¢ de las restricciones est¨¢n los cortes de agua: solo en la provincia de C¨®rdoba hay 24 pueblos y en M¨¢laga otros 14 los sufren. El fantasma de la sequ¨ªa de 1995 ya no es tal y hay miles de vecinos que abren el grifo en ciertas horas del d¨ªa y no sale nada.
En la Sierra de C¨¢diz, el enorme pantano de Zahara de la Sierra tiene 222 hect¨®metros c¨²bicos de capacidad, pero est¨¢ pr¨¢cticamente seco y solo conserva siete ¡ªun p¨ªrrico 3%¡ª. Su cuenca, la del Guadalete-Barbate, tiene hoy el peor dato de todo el pa¨ªs, con un 14% en su decena de embalses. Mientras, la econom¨ªa contrae su crecimiento dado el peso de la agricultura y la ganader¨ªa, a pesar del tir¨®n del turismo. La desesperaci¨®n cunde entre expertos, agricultores y cada vez m¨¢s ciudadanos que sufren en sus carnes los efectos de la sequ¨ªa extrema y hace tiempo que el cambio clim¨¢tico protagoniza sus conversaciones y lamentos.
Andaluc¨ªa arrastra ya una d¨¦cada con precipitaciones por debajo de la media, situada en 562 litros por metro cuadrado los ¨²ltimos 30 a?os. Las lluvias equivaldr¨ªan a 8,3 a?os, por lo que faltan 1,7 a?os de esa d¨¦cada.
El problema a?adido al hecho de que llueva menos es que llueve peor: ¡°No solo faltan precipitaciones, sino que llueve de manera diferente, con m¨¢s danas intensas y localizadas que borrascas, que son m¨¢s extensas y regularmente repartidas¡±, ilustra Juan de Dios del Pino, delegado territorial de la Aemet en Andaluc¨ªa, Ceuta y Melilla. Si antes las lluvias se localizaban durante el invierno, ahora llegan sobre todo en oto?o y primavera, de manera m¨¢s torrencial y en menos territorio, lo que no ayuda a las cosechas y erosiona el suelo.
La regi¨®n sufre esta sequ¨ªa desde mucho antes que el resto del pa¨ªs. Si la Pen¨ªnsula sufre la escasez desde hace un a?o seg¨²n el ¨ªndice de sequ¨ªa pluviom¨¦trico estandarizado, en la cuenca del Guadalquivir empez¨® en febrero de 2021, hace ya casi tres a?os. Pocos meses despu¨¦s, en junio de ese mismo a?o, la Axarqu¨ªa malague?a tambi¨¦n fue declarada en situaci¨®n de sequ¨ªa prolongada con escasez grave o emergencia. A mediados del pasado verano arrancaron all¨ª los primeros cortes de agua en peque?os pueblos, pero tambi¨¦n en la capital: V¨¦lez-M¨¢laga (80.000 habitantes), donde no hay agua disponible durante m¨¢s de 12 horas diarias. Ayer s¨¢bado se sumaba tambi¨¦n a los cortes Rinc¨®n de la Victoria (50.000 habitantes). ¡°La situaci¨®n es extrema y los cortes nocturnos son el mal menor. Si no logramos reducir el consumo de agua, ser¨¢n m¨¢s amplios y no podremos asegurar el suministro durante el d¨ªa¡±, explic¨® su alcalde Francisco Salado.
Esta localidad ha pasado el verano con el paseo mar¨ªtimo levantado por unas obras de emergencia para facilitar la llegada de agua desde la capital hasta la zona oriental de la provincia malague?a, donde la situaci¨®n es cr¨ªtica ante la situaci¨®n del pantano de La Vi?uela (al 7,62% de su capacidad, su m¨ªnimo hist¨®rico) y la gran demanda tanto del turismo como de los cultivos subtropicales. ?stos no pueden usar agua embalsada desde hace m¨¢s de un a?o, y ante la falta de precipitaciones la producci¨®n haya ca¨ªdo un 80% durante la ¨²ltima cosecha. Para paliarlo, la Junta de Andaluc¨ªa ha puesto en marcha diversas obras que permitir¨¢n usar agua regenerada, aunque los agricultores aseguran que, adem¨¢s de ser m¨¢s cara, es de peor calidad y afecta a la salud de sus cultivos.
¡°Las lluvias apenas se han notado y una parte de ese 20% de capacidad no existe en los embalses porque el vaso por debajo est¨¢ cada vez m¨¢s lleno de tierra. ?Cu¨¢l es el mensaje? ?Tenemos un plan b? ?Cu¨¢les son las prioridades? Hay que empezar a hablar del reparto social del agua porque crece la desigualdad. ?Por qu¨¦ no prohibi¨® la Junta regar el c¨¦sped hace seis meses? Estamos continuamente improvisando y no hay seriedad¡±, acusa Francisco Casero, presidente de la Fundaci¨®n Savia.
Andaluc¨ªa es la primera regi¨®n de cultivo con regad¨ªo en Espa?a, con 900.000 hect¨¢reas. Luis Berraquero, de Greenpeace, abunda en las cr¨ªticas por la gesti¨®n del agua de la Junta: ¡°En la cuenca del Tinto Odiel y Piedras en Huelva, tras el anuncio de un 50% de recorte, el lobby agroindustrial anunci¨® una huelga y concentraci¨®n, y el organismo de cuenca ha reculado. Con menos agua embalsada que el a?o pasado no se planean recortes¡±.
La sequ¨ªa choca con el modelo econ¨®mico andaluz, que tiene en el turismo y la agricultura dos de sus grandes motores. El sector tur¨ªstico asegura que las restricciones y, sobre todo, los cortes de agua, afectan a las reservas. El empresario Pedro Blanco, que regenta el hotel Posada del Bandolero en El Borge (M¨¢laga), perdi¨® clientes cuando este verano se cortaba el agua. ¡°Los turistas llamaban para saber si hab¨ªa cortes y, como los hab¨ªa, decid¨ªan no alojarse aqu¨ª¡±, relata Blanco, que se vio obligado en agosto a comprar un aljibe, que se llena durante el d¨ªa y as¨ª puede contar con abastecimiento propio cada noche aunque no haya suministro p¨²blico. ¡°Tambi¨¦n lo estamos viendo en las viviendas tur¨ªsticas del pueblo: la gente pregunta si puede venir. Al final todo afecta¡±, explica Gregorio Campos, alcalde del cercano municipio de Iznate.
El turismo rural es, de hecho, uno de los motores econ¨®micos de numerosas zonas de Andaluc¨ªa, que soporta la friolera de 304.000 piscinas en todo su territorio, una por cada 28 personas, seg¨²n los datos del catastro. Los datos sorprenden al revisar zonas con grave escasez como la Costa del Sol, donde la densidad se dispara. Es el caso de Marbella, que acumula 10.000 piscinas ¡ªes el tercer dato m¨¢s alto a nivel nacional tras Madrid y C¨®rdoba¡ª con una de estas infraestructuras por cada 13 habitantes. ¡°Es insostenible¡±, denuncia Javier de Luis, portavoz de Ecologistas Malaka. Llenarlas es una de las restricciones que impuso el municipio ya este verano y al que se est¨¢n sumando todos los del litoral malague?o como Estepona, Mijas, Fuengirola o la propia ciudad de M¨¢laga. Los ayuntamientos repiten que carecen de inspectores para revisar si se llenan a pesar de las prohibiciones, por lo que queda al albur de la conciencia de los vecinos darse un ba?o privado o evitar el derroche de miles de litros de agua en otros usos limitados como lavar el coche o regar jardines privados.
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