Los amigos abandonan a Eduardo Zaplana
El expresidente valenciano y exministro del PP se enfrentar¨¢ el martes, en el juicio del ¡®caso Erial¡¯, a los testimonios de un colaborador y dos empresarios que pueden desmoronar su estrategia
El expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro del PP Eduardo Zaplana se sienta estos d¨ªas en el banquillo acusado de seis delitos por los que la Fiscal¨ªa le pide 19 a?os de c¨¢rcel. Los tres m¨¢s destacados son prevaricaci¨®n, por la presunta adjudicaci¨®n ama?ada de los parques e¨®licos y las ITV de la Comunidad Valenciana; cohecho, por el cobro de mordidas a los hermanos Cotino, que se llevaron parte de las concesiones; y blanqueo de capitales, por la operativa desplegada supuestamente para evadir al extranjero el dinero de las comisiones ilegales y despu¨¦s retornarlo a Espa?a en forma, sobre todo, de patrimonio.
Seg¨²n la acusaci¨®n, esa trama del llamado caso Erial fue dise?ada y ejecutada por personas de la entera confianza de Zaplana: un amigo de la infancia, su asesor fiscal, su jefe de gabinete y su secretaria, fundamentalmente. Todos ellos est¨¢n acusados tambi¨¦n. Esta semana, en su declaraci¨®n ante el tribunal de la Audiencia de Valencia que lo juzga, Eduardo Zaplana lo neg¨® todo: el ama?o, las comisiones y, de forma tajante, que en alguna ocasi¨®n haya tenido dinero en el extranjero: ¡°Nunca jam¨¢s¡±, dijo. Lo que no neg¨® en ning¨²n caso es la amistad, en unos casos por relaci¨®n personal y en otros profesional, con todos los miembros de ese c¨ªrculo que manejaba los hilos de lo que Anticorrupci¨®n considera un ¡°grupo criminal¡±.
Esa amistad fue en la que argument¨® que la Guardia Civil le incautara documentos sobre la operativa o el estado de las empresas mercantiles destinadas a mover el dinero de procedencia il¨ªcita. Estaban en su poder, aleg¨® Zaplana, porque ofrec¨ªa consejos o hac¨ªa de mediador para alguno de sus ¡°amigos¡±, no porque ¨¦l obtuviera beneficio alguno.
El primer rej¨®n a su defensa lleg¨® el mi¨¦rcoles, cuando una de las personas de este c¨ªrculo, su amigo de la infancia Joaqu¨ªn Barcel¨®, apodado Pachano, admiti¨® ser testaferro de Zaplana. Barcel¨® aparece como titular de mercantiles, propiedades y cuentas en el extranjero cuyos fondos, seg¨²n dijo ante el juez, eran propiedad del exministro. Pachano no dud¨® en ning¨²n momento: ¡°C¨®mo voy a vivir en ese piso, si no era m¨ªo¡±, lleg¨® a decir al ser preguntado por uno de los bienes que, seg¨²n la investigaci¨®n, se compr¨® en Espa?a cuando se pudo ¡°repatriar¡± el dinero. Barcel¨® manifest¨® que firmaba lo que le dec¨ªan y ¡°sin rechistar¡±. Confiaba en Zaplana y pens¨® que se lo ped¨ªa por mantener una buena imagen dentro de la pol¨ªtica pero que se trataba de dinero l¨ªcito, procedente de negocios legales, por el que, como mucho, no tributaba. ¡°Me ha utilizado¡±, se?al¨® al final de su declaraci¨®n.
Los amigos no se saludaron ni al principio ni al final de la sesi¨®n. Eduardo Zaplana sospechaba que Pachano pod¨ªa tirar de la manta. Sobrevolaba la posibilidad de que este, adem¨¢s de otros acusados, hubieran acordado con la Fiscal¨ªa la colaboraci¨®n con la justicia a cambio de una rebaja en la petici¨®n de c¨¢rcel. El testimonio fue demoledor, pero es solo el testimonio de un acusado que podr¨ªa haber cambiado su versi¨®n para obtener alg¨²n beneficio judicial. La mayor¨ªa de los documentos omiten el nombre de Zaplana, quien se cuid¨® mucho de aparecer en las sociedades o en las cuentas en las que, seg¨²n Anticorrupci¨®n, se movieron hasta 20,6 millones de euros. En cualquier caso, fue el primer golpe, el que certificar¨ªa el delito de blanqueo.
El pr¨®ximo martes, el expresidente valenciano puede sufrir otros dos reveses que le pueden llevar a las puertas de la c¨¢rcel. De la actitud y decisiones adoptadas por las defensas se desprende que el ex jefe de gabinete de Zaplana, Juan Francisco Garc¨ªa, y los empresarios que se llevaron las adjudicaciones y que, presuntamente, pagaron las mordidas ¡ªJos¨¦ y Vicente Cotino¡ª podr¨ªan haber llegado tambi¨¦n a un acuerdo y traicionar al dirigente del PP confirmando la tesis de la Fiscal¨ªa.
El primero presidi¨® la mesa de contrataci¨®n de una de las adjudicaciones, la de las ITV. Seg¨²n la investigaci¨®n, tambi¨¦n cobr¨® por ello. Pero, adem¨¢s, Anticorrupci¨®n sostiene que el ama?o fue instado por el propio Zaplana pese a que ¨¦l, directamente, no interven¨ªa en la contrataci¨®n. En el caso de que Garc¨ªa mantenga ante el juez que recibi¨® instrucciones del entonces presidente de la Generalitat para que los hermanos Cotino fueran los adjudicatarios en un concurso ama?ado, la acusaci¨®n de prevaricaci¨®n se cargar¨ªa de peso.
Para la acusaci¨®n de cohecho, la semana que viene se desvelar¨¢ tambi¨¦n la declaraci¨®n de los empresarios que, seg¨²n el sumario, obtuvieron unos beneficios de 86,5 millones de euros con la venta de participaciones de las empresas adjudicatarias de las ITV y de los parques e¨®licos. Si estos confirman la tesis del fiscal de que los pagos a las empresas en las que figura el amigo de Zaplana y las entregas en met¨¢lico eran para el exdirigente popular, la imputaci¨®n por cohecho estar¨ªa refrendada.
El tribunal tendr¨¢ que decidir cu¨¢nto peso tienen las declaraciones de estos acusados y de quienes se mantendr¨¢n en la l¨ªnea de defensa del dirigente popular. Entre ellos estaba el asesor fiscal del exministro, Francisco Grau, que neg¨® que el popular estuviera detr¨¢s de sociedades en Luxemburgo y cuentas en Andorra.
¡°El juicio acaba de comenzar¡±, insiste el exministro cada vez que entra o sale de la Ciudad de la Justicia de Valencia en la que se celebran las vistas. Estas se prolongar¨¢n, previsiblemente, hasta finales de mayo o principios de junio. Son muchas sesiones en las que puede haber alguna sorpresa de la defensa, pero tambi¨¦n en las que se hablar¨¢ de la ¡°hoja de ruta¡± de la trama, un documento que, seg¨²n la acusaci¨®n, resume los tr¨¢mites efectuados para las adjudicaciones, el importe que deb¨ªan abonar los licitadores y la creaci¨®n de sociedades residenciadas en el extranjero ¡°carentes de actividad mercantil y que recoger¨ªan el importe de los sobornos (...), ocultando a los verdaderos titulares de las sociedades¡±.
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