Zaplana, de intocable a sentarse en el banquillo
La Fiscal¨ªa pide 19 a?os de c¨¢rcel al exministro y expresidente valenciano por cobrar y blanquear comisiones de adjudicaciones
Cuentan que Eduardo Zaplana recibi¨® el chivatazo de que iba a ser detenido pero que no lo crey¨®. Fue en 2018 cuando, despu¨¦s de tres d¨¦cadas en la pol¨ªtica y tras su paso por la presidencia de la Generalitat Valenciana y el ministerio de Trabajo, no imaginaba que podr¨ªa caer en las redes de la justicia tal y como les hab¨ªa ocurrido a una decena de sus consejeros, investigados por corrupci¨®n.
Zaplana, nacido en Cartagena hace 67 a?os, lleg¨® a la alcald¨ªa de Benidorm en 1991 con el voto de una tr¨¢nsfuga. Coincidi¨® con el momento en el que empez¨® a hacerse famoso por aparecer en una grabaci¨®n de otro presunto caso de corrupci¨®n en la que se le o¨ªa decir que necesitaba mucho dinero para vivir. Despu¨¦s de eso se puli¨®. Se convirti¨® en un pol¨ªtico h¨¢bil y embaucador. Embarc¨® a la Comunidad Valenciana en la era de los grandes proyectos que supusieron el comienzo de la gran deuda auton¨®mica. Durante lustros fue intocable. Lo controlaba todo, no dejaba nada al azar, se rode¨® de leales que le acompa?aron en su carrera.
Pero esa imagen de omnipotencia, de impunidad, se rompi¨® hace poco m¨¢s de cinco a?os, cuando fue detenido acusado de prevaricaci¨®n, cohecho y falsedad documental, entre otros delitos, por los supuestos sobornos recibidos tras la adjudicaci¨®n de dos grandes servicios: las concesiones p¨²blicas de las ITV y los parques e¨®licos de la Comunidad Valenciana. Solo aquel d¨ªa, en el que Zaplana fue uno de los pocos extra?ados por el arresto, en su semblante, raramente palidecido, se borr¨® su eterna sonrisa. Estuvo en prisi¨®n provisional durante nueve meses, momento en el que la jueza que instru¨ªa el caso decidi¨® ponerlo en libertad despu¨¦s de bloquearle 6,3 millones de euros en Suiza y tras cinco solicitudes de libertad en las que aleg¨® la leucemia que padece.
A partir del jueves, Eduardo Zaplana se sentar¨¢ por primera vez en el banquillo de los acusados por el llamado caso Erial. Y lo har¨¢ durante las casi 30 sesiones que durar¨¢ el juicio en el que se pondr¨¢ bajo la lupa el supuesto entramado creado, con personas de su entera confianza, para cobrar comisiones, blanquearlas y hacer regresar a Espa?a esos beneficios il¨ªcitos con los que se adquirieron pisos, barcos, parcelas, veh¨ªculos, entre otros, tal como acusa Anticorrupci¨®n. La Fiscal¨ªa pide 19 a?os de c¨¢rcel al exministro de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar por los 20,6 millones de euros que la investigaci¨®n calcula que fueron movilizados por la organizaci¨®n a la que le achaca tambi¨¦n el delito de grupo criminal.
El origen de la investigaci¨®n: Cinco hojas escritas a m¨¢quina y con tachaduras fueron el origen de la investigaci¨®n. Estas fueron halladas, seg¨²n el relato de la Fiscal¨ªa, por un ciudadano sirio, que habit¨® en una vivienda que hab¨ªa pertenecido a Zaplana, y que se las entreg¨® a Marcos Benavent, conocido como el yonqui del dinero despu¨¦s de comenzar a colaborar con la justicia en resolver varias tramas de corrupci¨®n. Los folios eran, seg¨²n Anticorrupci¨®n, un resumen de los tr¨¢mites efectuados para obtener las concesiones de las ITV y los parque e¨®licos con los importes que deb¨ªan abonar los licitadores para la obtenci¨®n de las adjudicaciones.
Los imputados: Adem¨¢s de Zaplana, en el banquillo se sentar¨¢ otro expresidente de la Generalitat Jos¨¦ Luis Olivas, a quien la Fiscal¨ªa atribuye haber concluido el proceso de la licitaci¨®n ama?ada y haber cobrado una parte del soborno, 580.000 euros. De hecho, Olivas ya fue condenado por falsedad documental y contra la hacienda p¨²blica porque, para justificar el abono de ese supuesto soborno realizado por los Cotino, se cre¨® una factura falsa por el presunto pago de unos honorarios por un trabajo que nunca existi¨®.
Tambi¨¦n estar¨¢n en ese banquillo un supuesto testaferro de Zaplana, uno de sus amigos de la infancia, Miguel Barcel¨®; el supuesto cerebro financiero de la trama, Francisco Grau, la secretaria del exministro de Trabajo, Mitsouko Henr¨ªquez, su exjefe de gabinete, Juan Francisco Garc¨ªa, y los hermanos empresarios Vicente y Jos¨¦ Cotino Escriv¨¢, familia del exdirector general de la Polic¨ªa Juan Cotino.
Concesiones y comisiones: La investigaci¨®n, en manos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, asegura que los concursos para las adjudicaciones se dise?aron estableciendo unas ¡°condiciones subjetivas¡± con el fin de que las empresas de los Cotino ganaran las licitaciones ¡°por cuanto contaban con la informaci¨®n informativa necesaria de las condiciones y requisitos favorables a su concesi¨®n, en perjuicio del resto de los posibles competidores, limitando en lo posible la competencia y, en definitiva, creando las condiciones en los ¨®rganos pol¨ªticos del m¨¢s alto nivel para que ello fuera posible¡±. En su informe, la Fiscal¨ªa se?ala que tras las adjudicaciones, el grupo de empresas de los Cotino vendi¨® participaciones de las concesionarios que les reportaron 86,5 millones de euros ¡°lo que justifica el alto importe de las comisiones¡±.
El operativo: La trama movi¨® el dinero procedente de las mordidas por para¨ªsos fiscales como Luxemburgo, Panam¨¢ o Andorra. Y, para el retorno a Espa?a, se dise?¨® ¡°una estructura societaria encargada de recoger los fondos delictivos y transformarlos a trav¨¦s de diferentes mecanismos que tienen por objetivo ocultar el origen de los mismos y su titularidad para introducir el met¨¢lico en el circuito financiero aprovech¨¢ndose la organizaci¨®n de las ganancias ilegalmente obtenidas¡±.
El ¡°ausente¡± Zaplana: El ahora expresidente auton¨®mico y exministro de Trabajo tuvo sumo cuidado en no aparecer formalmente en las empresas que forma parte de la trama. ¡°En la creaci¨®n y gesti¨®n de las sociedades permanece oculta la participaci¨®n de Eduardo Zaplana, que no aparece formalmente en los registros de ninguna de las sociedades, aunque est¨¢ presente en las reuniones que configuran la constituci¨®n de las mismas y en las decisiones que se toman¡±, relata el fiscal para quien, acorde a la investigaci¨®n, todos los indicios apuntan a que el dirigente popular era el que dirig¨ªa el entramado y quien se benefici¨® de las mordidas.
La diversidad de los testigos: El elenco de testigos que pasar¨¢n por la sala de la secci¨®n cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, que juzga el caso al no haber ning¨²n imputado con cargo p¨²blico que lo convierta en aforado, es de lo m¨¢s diverso. Pasar¨¢n empleados de Zaplana, como la mujer que limpiaba en uno de los pisos comprados en Madrid con fondos supuestamente il¨ªcitos y que asegur¨® que ¨¦l era el ¨²nico que viv¨ªa en el inmueble y quien le pagaba pese a que este nunca figur¨® a su nombre. Tambi¨¦n est¨¢ llamada a declarar la sobrina del esp¨ªa Francisco Paesa que durante tres a?os fue la encargada de crear sociedades en Luxemburgo para la recepci¨®n de m¨¢s de 10 millones de euros procedentes de Espa?a y Suiza y de origen supuestamente il¨ªcito. Tambi¨¦n declarar¨¢ el excomisario Jos¨¦ Manuel Villarejo, quien laz¨® dudas en una comisi¨®n de investigaci¨®n, a preguntas del propio PP, sobre el inter¨¦s de los socialistas por ¡°destruir al se?or Zaplana¡±.
El blanqueador confeso: Una de las principales bazas de la acusaci¨®n es el testimonio de Fernando Belhot, el abogado uruguayo que sustituy¨® a Paesa y que se encarg¨® de la ¡°optimizaci¨®n fiscal¡± de los activos del entramado y que, seg¨²n dijo, siempre supo que Zaplana, con el que se reun¨ªa varias veces al a?o, estaba detr¨¢s de la operativa. Belhot entreg¨® 6,7 millones de euros a la oficina de recuperaci¨®n de activos (ORGA) que, supuestamente, forman parte de los 20 millones que Anticorrupci¨®n cree que se recibieron fraudulentamente.
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