Pascual-Leone, neur¨®logo valenciano: ¡°Las enfermedades cerebrales son la primera causa de discapacidad¡±
El experto de Harvard reconoce el desaf¨ªo humano de la neurotecnolog¨ªa: ¡°No soy catastrofista, aun con riesgos, trae enormes oportunidades a las personas¡±
El neur¨®logo y experto mundial en estimulaci¨®n cerebral no invasiva y neuroderechos ?lvaro Pascual-Leone (Valencia, 63 a?os) suele interpelar al oyente cuando habla de su complejo campo de acci¨®n e investigaci¨®n con ejemplos muy pr¨®ximos: ¡°Imagina que sufro un locked-in syndrome (s¨ªndrome de enclaustramiento), una lesi¨®n cerebral que bloquea la capacidad de mi cerebro de ejecutar mi pensamiento. Estoy despierto, pero no puedo moverme salvo los ojos¡±. En ese contexto, es fant¨¢stico ¡°que la tecnolog¨ªa ayude a leer su cerebro y a convertir lo que cuenta y piensa en un avatar que haga todo lo que har¨ªa porque lee directamente de su cerebro, da?ado por una lesi¨®n¡±. As¨ª, afirma, se alcanzar¨ªa la integraci¨®n de la persona-m¨¢quina: ¡°Ser m¨¢quina sin dejar de ser persona, porque quien regula esa m¨¢quina es mi cerebro¡±.
Es el primero de los muchos ejemplos con que Pascual Leone avala su apuesta por las neurotecnolog¨ªas ¡°bien usadas¡± en la entrevista que mantuvo con EL PA?S en el seno del foro Social del pasado festival de reggae Rototom Sunsplash, que se celebr¨® en agosto en Benic¨¤ssim. Sus visitas desde Estados Unidos, donde reside, a Espa?a y a su ¡°terreta¡± son habituales por trabajo. El foro abord¨® los l¨ªmites ¨¦ticos de la ciencia y la tecnolog¨ªa ante la evoluci¨®n vertiginosa de la Inteligencia Artificial (IA) y las amenazas para la condici¨®n humana. Un desaf¨ªo ante el que, incide Pascual-Leone, prefiere ver el vaso medio lleno.
Este auge, dice, da ¡°susto¡±, pero prioriza los beneficios a los riesgos. ¡°No soy en absoluto catastrofista en esto. No es algo que vamos a elegir. Son tecnolog¨ªas que est¨¢n. Podremos guiarlas, pero no pararlas¡±, dice. Y va m¨¢s all¨¢: ¡°No debemos pararlas porque con ellas, aunque vienen riesgos, tambi¨¦n llegan enormes oportunidades de beneficio a las personas¡±.
Las vinculadas con la salud cerebral son algunas de ellas. Una de cada dos personas sufre una enfermedad neurol¨®gica o psiqui¨¢trica, relacionada con el sistema nervioso, ¡°lo que convierte las enfermedades cerebrales en la primera causa de discapacidad, por encima del c¨¢ncer o las patolog¨ªas cardiovasculares juntas¡±, apunta. La neurociencia arroja esperanza para enfermedades tan ¡°temidas¡± como la demencia. ¡°Te quita la esencia de tu ser, definida por nuestro cerebro. Dejas de ser t¨². Pierdes el ?lvaro de ?lvaro¡±, apostilla.
Durante a?os se ha dedicado a desarrollar herramientas y tecnolog¨ªas para modificar la actividad cerebral de forma no invasiva y llevarlas al plano cl¨ªnico. A investigar a fondo el cerebro para determinar qu¨¦ factores de riesgo existen ¡ªy derivan en enfermedad¡ªpara modificarlos y blindar la salud.
¡°Si tienes una demencia y podemos hacer que las conexiones cerebrales adecuadas funcionen bien, y sigas reconociendo a tus seres queridos, expresando tus pensamientos y recordando, es literalmente dar vida¡±, indica para argumentar su optimismo.
No olvida, sin embargo, advertir sobre la otra cara de todo esto y urge rigor, conciencia social y regulaci¨®n para no rebasar la frontera de lo ¨¦tico cuando los riesgos afloran. Como cuando las neurotecnolog¨ªas que captan la esencia de la actividad cerebral y permiten manipular una parte concreta ¡°para poner esa otra marcha que necesitas para frenar la enfermedad¡±, pueda leerla un tercero ¡°y dejemos de tener control¡±. Todo cae cuando ¡°accedes a informaci¨®n de mi esencia que usas sin que yo quiera. Y eso est¨¢ pasando¡±.
Le preocupa que su mensaje llegue. ¡°?Queda claro lo que he dicho?¡±, pregunta reiteradamente, con una humildad que choca ante su extenso curr¨ªculo, en esta entrevista previa a la charla Personas vs m¨¢quinas: la ¨²ltima frontera de los derechos, que el catedr¨¢tico de Neurolog¨ªa en la facultad de Medicina de Harvard desde hace casi 30 a?os y director del centro de salud cerebral Walk Center of Memory Health, comparte con el experto en IA Andr¨¦s Pedre?o.
Su inter¨¦s en divulgar la neurociencia hace que a cada respuesta sume un ejemplo. Quiere aterrizar la complejidad del tema, y amortiguar el susto que suscita el hecho de que, ¡°por ejemplo¡±, los datos de tu actividad cerebral captados por esos aparatos en forma de diadema para ayudarte a dormir mejor, ¡°se conviertan en propiedad de la empresa que los vende, pues adem¨¢s de ver si te relajas puede saber lo que piensas. Y eso que suena muy a ciencia ficci¨®n, no lo es¡±.
¡°Manipular el cerebro no es nuevo¡±, indica. Lo que cambia ahora es que esa manipulaci¨®n es ¡°muy poderosa, artificial y con un grado de invasi¨®n potencial de estas tecnolog¨ªas sobre el individuo mucho mayor¡±.
C¨®mo regular todo esto es importante, incide. Asegura que Espa?a y Europa han dado pasos ya para proteger esos derechos y llamar la atenci¨®n sobre la importancia de regular estos datos y el procesamiento que desde la IA se haga de los mismos. ¡°La definici¨®n de derechos humanos debe expandirse e integrar a los neuroderechos¡±, asevera.
Esa regulaci¨®n debe guiar tambi¨¦n la ¡°necesaria¡± traslaci¨®n de estas tecnolog¨ªas y los datos que recaban a la parte cl¨ªnica, adecuando los sistemas de salud a su llegada y rodaje.
¡°Este aparato que tienes en la mano¡±, afirma se?alando el m¨®vil, ¡°sabe m¨¢s sobre ti y sobre c¨®mo funcionas que cualquier persona que te conoce. Si podemos extraer esa informaci¨®n y usarla, con tu permiso y control, para guiarte, podemos ayudarte a mejorar tu salud y personalizarla¡±, resume Pascual Leone acerca de la direcci¨®n ¨¦tica hacia la que deber¨ªa virar el tema.
El tel¨¦fono m¨®vil y la parte de esa esencia individual que es capaz de retener, da paso a otro dilema, el de personas versus m¨¢quinas que ha abordado en el festival de Benic¨¤ssim. ¡°Esta separaci¨®n no existe. Yo hablar¨ªa m¨¢s de personas que son m¨¢quinas, o m¨¢quinas que empiezan a ser personas. Una parte integrante de mi memoria, de mi cerebro, es este cacharrito que tengo en el bolsillo¡±, dice de nuevo tocando su m¨®vil. ¡°M¨¢quinas y personas se fusionan. Hibridan. Vamos a ser personas-m¨¢quinas, sin separaci¨®n¡±.
Sigue con los ejemplos para plasmar esta hibridaci¨®n. La representaci¨®n que el cerebro humano hace de una mano, cambia en las personas ciegas. Se hace m¨¢s grande porque, explica, ellas detectan mucho a nivel t¨¢ctil e incorporan el bast¨®n a la longitud de su brazo. As¨ª lo entiende el cerebro. Lo mismo ocurre si suplimos el bast¨®n por el m¨®vil, un port¨¢til o un reloj inteligente. ¡°Todo esto modifica nuestro cerebro para incorporarlo a ¨¦l. Hacemos cuerpo propio la m¨¢quina que es externa, y por el desarrollo actual, acabaremos con este reloj metido en el brazo¡±.
En un Rototom Sunsplash que ha abordado en otras de sus sesiones la emergencia clim¨¢tica y la migratoria, la emergencia tecnol¨®gica parec¨ªa llamada a copar el tercer v¨¦rtice. Pero Pascual Leone discrepa. ¡°M¨¢s que ante una emergencia, estamos en una era de tecnolog¨ªa que est¨¢ cambiando el mundo y que corre el riesgo de no saberse usar de forma adecuada¡±.
A su juicio, ¡°nos falta la capacidad de vivir con principios humanos, en el sentido de humanistas, en un mundo tecnol¨®gico. No somos conscientes de la implicaci¨®n que va a tener¡±. De ah¨ª su inter¨¦s en la divulgaci¨®n. En que la cara b de la neurociencia se entienda.
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