Los ¨²ltimos vestigios de los barracones valencianos: ¡°Mis hijos han cursado toda primaria en un centro prefabricado¡±

El alumnado del CEIP Santo ?ngel de la Guarda, en Valencia, lleva m¨¢s de seis a?os estudiando en barracones y alejado de su barrio. Tras el derrumbamiento de sus antiguas instalaciones, durante las Navidades de 2017, el centro provisional de aulas prefabricadas se instal¨® a veinte minutos a pie de distancia, en una parcela vecina al hospital Peset Aleixandre. Y no se ha movido desde entonces, a pesar de las continuas promesas ¡ªpor parte de los dos gobiernos de distinto signo pol¨ªtico¡ª de que era una medida temporal y de que se iba a resolver sin gran demora. As¨ª lo cuenta Antonio Richart, portavoz de la Asociaci¨®n de Madres, Padres y Alumnos (AMPA) del colegio, cuya resignaci¨®n refleja los a?os de lucha en balde. ¡°?Nos atienden? s¨ª; ?cumplen los plazos? no, nunca¡±, lamenta. ¡°Mi hijo mayor, de 12 a?os, ha pasado toda primaria en las instalaciones prefabricadas y mi hija peque?a, de nueve, lleva el mismo camino¡±.

El caso de este colegio de infantil y primaria, que alberga a unos 280 ni?os, es uno de los ¨²ltimos vestigios de la situaci¨®n end¨¦mica que viv¨ªa la Comunidad Valenciana hace una d¨¦cada. En 2015, alrededor de 19.000 alumnos estudiaban en aulas prefabricadas y eran 27 los centros que se encontraban ¨ªntegramente en barracones sin ning¨²n proyecto de reforma o de construcci¨®n en marcha, seg¨²n anunciaba el consejero de Educaci¨®n en aquella ¨¦poca, Vicent Marz¨¤. Ahora, la situaci¨®n ha mejorado considerablemente y, esos 27 centros, est¨¢n ya todos construidos. Eso no quita, sin embargo, que todav¨ªa queden otros te¨®ricamente provisionales, como el Santo ?ngel de la Guarda, pero que llevan a?os y a?os estancados. Con proyecto de construcci¨®n, s¨ª, pero sin avanzar.

Los datos disponibles acerca del alumnado y de los centros en instalaciones provisionales son los facilitados por la Consejer¨ªa de Educaci¨®n. Pero no siempre se ofrecen de manera homog¨¦nea ni se pueden comparar. Para ello, es imprescindible diferenciar entre los barracones estructurales, aquellos que llevaban varios a?os con aulas prefabricadas y sin ning¨²n proyecto de mejora o de cambio, y los barracones coyunturales, creados cuando la mejora de la infraestructura requer¨ªa el traslado del alumnado. Los primeros, cr¨®nicos; los segundos, supuestamente provisionales. Adem¨¢s, hay que diferenciar tambi¨¦n entre los colegios que se encuentran ¨ªntegramente en esta situaci¨®n y los que cuentan, ¨²nicamente, con alguna aula prefabricada.

As¨ª pues, seg¨²n los ¨²ltimos datos de Educaci¨®n ofrecidos al inicio del curso pasado, en la Comunidad Valenciana todav¨ªa quedaban 33 centros completamente en barracones coyunturales y 115 con alguna aula provisional. A las preguntas de este peri¨®dico sobre la situaci¨®n al inicio del curso 2024-2025, la consejer¨ªa ha optado por no responder y por no actualizar la informaci¨®n.

La eliminaci¨®n de los barracones estructurales se explica, principalmente, por un factor determinante: el programa Edificant. Aprobado mediante decreto-ley en 2017, el objetivo de la norma era agilizar los tr¨¢mites burocr¨¢ticos para la mejora del parque p¨²blico de centros valencianos y, para ello, la consejer¨ªa ced¨ªa la gesti¨®n a los ayuntamientos que se quisieran adscribir y se encargaba de financiar los proyectos. El presidente de la Confederaci¨®n Gonzalo Anaya, que representa a 1083 asociaciones de madres y padres de alumnos, y de FAMPA Valencia, Rub¨¦n Pacheco, considera que el balance de Edificant es ¡°positivo, pero mejorable¡±. ¡°Ven¨ªamos de una situaci¨®n donde el mantenimiento de los colegios era lamentable tras casi 20 a?os de abandono¡±, explica Pacheco, y concreta que, ¡°en los proyectos de mantenimiento o de rehabilitaci¨®n y en peque?os y medianos ayuntamientos, el programa ha funcionado¡±, pero que en los grandes municipios, como la capital valenciana, ¡°la construcci¨®n de nuevas instalaciones se ha estancado¡±.

Si bien la mara?a burocr¨¢tica se redujo con el decreto-ley, aparecieron nuevas trabas que volvieron a retrasar las obras, en algunos casos. Por ejemplo, el aumento del precio de los materiales de construcci¨®n provoc¨® que algunas empresas abandonaran los proyectos y obligaba a realizar un nuevo presupuesto y una nueva licitaci¨®n.

Es en este proceso kafkiano en el que se encuentra el Santo ?ngel de la Guarda, que todav¨ªa no est¨¢ en construcci¨®n tras m¨¢s de seis a?os, seg¨²n relata el portavoz del AMPA. Hay un proyecto de ejecuci¨®n aprobado, pero est¨¢n pendientes de la urbanizaci¨®n en los alrededores, por lo que en los presupuestos de 2024 no hay ni rastro del centro. ¡°Cada vez que parec¨ªa que se iban a iniciar las obras, aparec¨ªa un nuevo problema¡±, comenta Richart.

Sabedores de las tardanzas y los retrasos continuos, los padres del Santo ?ngel de la Guarda apostaron por exigir mejoras en el nuevo espacio. As¨ª, consiguieron la instalaci¨®n de un cobertizo para ampliar las zonas de sombra en el exterior y un cambio en el suelo del patio para que, cuando lloviera, no resbalara. ¡°Las aulas en s¨ª no est¨¢n mal, mientras no tengan goteras y la climatizaci¨®n sea buena, yo con eso me conformo¡±, espeta Richart, que se queja, eso s¨ª, del mal olor que desprende el descampado que envuelve el colegio por un costado, donde se acumulan diariamente las necesidades de animales.

Desvinculaci¨®n del barrio

El mayor problema para los padres, cuenta el portavoz del AMPA, es la distancia respecto a las anteriores instalaciones, que ha provocado una ¡°fuerte desvinculaci¨®n entre el barrio y la escuela¡±. ¡°Las familias participan cada vez menos en las actividades extraescolares y la relaci¨®n entre los padres se ha mermado¡­ Nos sentimos abandonados y desmotivados¡±, comenta Richart. El presidente de FAMPA Valencia advierte de que, a medida que pasan los a?os y la situaci¨®n se prolonga, ¡°los padres abandonan el centro y buscan una alternativa m¨¢s cercana¡±. ¡°En muchos casos, la opci¨®n es la concertada. Son familias que se ven expulsadas del sistema p¨²blica educativo¡±, lamenta Pacheco.

A las quejas y las reivindicaciones habituales del centro, este a?o se ha sumado una m¨¢s: el servicio de autobuses. Primero, porque de los tres veh¨ªculos que trasladaban a los ni?os por la tarde ¡ªa las dos, a las tres y media y a las cinco¡ª, ahora solo funcionan dos. ¡°Unas 40 familias se quedan sin servicio, por lo que se dificulta todav¨ªa m¨¢s la conciliaci¨®n¡±, se apena Richart. Y segundo, porque desde que se cambi¨® la empresa de autobuses, los retrasos y las incidencias se han multiplicado. ¡°Ha habido varios d¨ªas en los que los ni?os han llegado m¨¢s de media hora tarde a clase. O tambi¨¦n otros en los que, sabiendo que hay que recoger a 55, llega un autob¨²s de 35 plazas¡±, comenta Richart, y remarca que estos fallos han sido frecuentes.

Que los centros a medio construir o a medio reformar no caigan de nuevo en la situaci¨®n estructural en la que se encontraba la Comunidad Valenciana hace una d¨¦cada depende, en buena medida, de que se mantenga la inversi¨®n econ¨®mica planeada para estas infraestructuras. Sin dinero, todo se paraliza. Y es un riesgo que se encuentra latente, seg¨²n denuncian Comprom¨ªs y el Partit Socialista del Pa¨ªs Valenci¨¤ (PSPV), tras la entrada del nuevo Gobierno. De un a?o a otro, la cantidad destinada al programa en los presupuestos auton¨®micos ha bajado de 306 millones de euros a 184.

El consejero de Educaci¨®n, Jos¨¦ Antonio Rovira, del PP, argument¨® que la paralizaci¨®n se realizaba porque la delegaci¨®n de competencias en estos ayuntamientos se hab¨ªa producido ¡°con el anterior gobierno en funciones¡± y lo consideraba ¡°ilegal¡±. A principios de 2024, cientos de familias de 12 municipios afectados protestaron por la paralizaci¨®n de Edificant y el temor a no ver terminadas las obras.

Richart ha perdido la fe en que su hija vea el nuevo colegio terminado antes de finalizar los tres a?os que le quedan en primaria. Pero no se resigna a abandonar la reivindicaci¨®n. ¡°Estoy luchando para recuperar la conexi¨®n escuela-barrio y que haya un poco de dignidad¡±, sentencia.