El escurridizo voto juvenil del 28M

En las elecciones del pr¨®ximo domingo est¨¢n llamados a las urnas unos 7,5 millones de electores menores de 30 a?os. Representan alrededor de uno de cada cinco de los m¨¢s de 37 millones de ciudadanos con derecho a voto en Espa?a, y algo m¨¢s de un mill¨®n van a poder ejercer el voto por primera vez. Son un contingente muy importante desde el punto de vista num¨¦rico, pero no lo son tanto si atendemos a la atenci¨®n que les prestan las diferentes candidaturas, aunque al principio de la campa?a hubo alg¨²n anuncio que parecer¨ªa orientado hacia el electorado juvenil: mejoras en el alquiler y en las hipotecas, un elemento clave si se pretende rebajar la edad de emancipaci¨®n en Espa?a, de las m¨¢s tard¨ªas de toda la Uni¨®n Europea. Pero una vez iniciada la campa?a, los mensajes para el voto juvenil han pr¨¢cticamente desaparecido.

La clave podr¨ªa encontrarse en la naturaleza ambivalente del voto juvenil. Por un lado, los menores de 35 a?os se muestran como el colectivo m¨¢s indeciso, seg¨²n los datos de la encuesta preelectoral del CIS. Casi el 25% dice no saber a¨²n a qu¨¦ partido votar¨¢ el 28-M, o si tan siquiera acudir¨¢ al colegio electoral. Son m¨¢s de dos millones de votos, una bolsa muy atractiva, sobre todo en un escenario donde el resultado final en muchas de las batallas locales y auton¨®micas se va a decidir por un pu?ado de papeletas. Pero ah¨ª viene la otra cara del voto juvenil, su querencia por la abstenci¨®n. Solo el 66% de los menores de 35 declaran estar seguros de que acudir¨¢n a votar, son ocho puntos menos que el total del electorado y 12 menos que los mayores de sesenta y cuatro a?os.

El voto juvenil adem¨¢s es mucho m¨¢s imprevisible. M¨¢s del 60% dice que vota seg¨²n lo que m¨¢s le convenza en ese momento y son el grupo que muestra una decisi¨®n de voto m¨¢s tard¨ªa. El 36% dice que decide el partido al que votar (o si vota a alg¨²n partido) durante la ¨²ltima semana de campa?a. De ellos, m¨¢s de uno de cada diez se decidir¨¢ entre la jornada de reflexi¨®n y el domingo 28. Se podr¨ªa decir que esto ha sido siempre as¨ª, que el voto juvenil siempre ha sido menos previsible que el de la gente mayor, pero algo nuevo est¨¢ pasando en los ¨²ltimos a?os. Entre los padres y madres de los j¨®venes de hoy en d¨ªa, cuando tambi¨¦n eran j¨®venes, all¨¢ por 1996, solo el 21% declaraba decidir su voto a lo largo de la ¨²ltima semana de campa?a. Es decir, ha habido un aumento de 15 puntos en el voto tard¨ªo entre una y otra generaci¨®n.

No deber¨ªa sorprender. Los j¨®venes de hoy tienen un comportamiento m¨¢s impulsivo que sus progenitores en casi todos los aspectos de su vida, tambi¨¦n en el voto. Est¨¢n acostumbrados desde peque?os a tomar decisiones a gran velocidad. Son la primera generaci¨®n de nativos digitales, que han crecido pegados a un ordenador. Su acercamiento a la pol¨ªtica sigue un patr¨®n similar. Para la mayor¨ªa de ellos, la pol¨ªtica es un ¨¢mbito m¨¢s del que reciben impulsos a los cuales prestan atenci¨®n de forma intermitente. No son ni m¨¢s participativos ni menos, por definici¨®n. Participar¨¢n si se sienten llamados, si hay algo que les llame la atenci¨®n en el momento preciso y con suficiente fuerza. Su voto es imprevisible en buena medida porque va a depender de algo incontrolable que pueda suceder en el ¨²ltimo minuto. Algo que ning¨²n partido ni ninguna encuesta es capaz de predecir.

Recibe cada tarde el bolet¨ªn Diario de elecciones, escrito por el director adjunto de EL PA?S Claudi P¨¦rez. Y aqu¨ª, la radiograf¨ªa de todas las comunidades que van a las urnas.