El independentismo busca su br¨²jula el 12-M
Las fuerzas secesionistas llegan a las urnas con grandes dudas sobre si reeditar¨¢n su mayor¨ªa absoluta, con proyectos soberanistas poco diferenciados y falta de credibilidad para repetir coalici¨®n
¡°Probablemente en estas elecciones ocurra algo que hace muchos a?os que no pasa: un desempate en este empate t¨¦cnico que hay en el mundo independentista y que nos ha paralizado¡±. El expresident y candidato de Junts, Carles Puigdemont, planteaba as¨ª, al inicio de la campa?a, su lectura personal de los resultados del independentismo el 12-M. Y pese a que las encuestas parecen auparlo, nada hace pensar que las urnas resuelvan ese contencioso abierto tras el fiasco de 2017, despu¨¦s del refer¨¦ndum ilegal del 1 de octubre y la suspendida declaraci¨®n unilateral de independencia.
Con el ¡°empate t¨¦cnico¡±, Puigdemont se refer¨ªa a la peque?a diferencia en votos que ha separado a su partido de Esquerra Republicana en las dos ¨²ltimas elecciones al Parlament y que ¨¦l ans¨ªa ensanchar considerablemente el domingo. En diciembre de 2017, con el r¨¦cord de participaci¨®n en unos comicios catalanes (79%), Junts se impuso por 12.372 sufragios y dos esca?os a los republicanos, con Ciudadanos como fuerza ganadora. En febrero de 2021, cuando el PSC se alz¨® con el primer lugar, los del actual president Pere Aragon¨¨s se adelantaron por 35.024 votos y un diputado de m¨¢s a Junts, aunque con la abstenci¨®n en su m¨¢ximo registrado (48,7%) a causa de la pandemia.
Esos resultados, acompa?ados de una mayor¨ªa absoluta independentista en la C¨¢mara, es lo que ha permitido que la coalici¨®n de Junts y ERC haya retenido el poder de la Generalitat, altern¨¢ndose la jefatura del Govern. Seis a?os en los que los llamamientos a la unidad independentista en p¨²blico y los continuos roces en el Palau se alternaban con los reproches sobre a qui¨¦n le hab¨ªan temblado m¨¢s las piernas en 2017 y calificativos como ¡°traidor¡± hacia Esquerra por su apuesta la v¨ªa del di¨¢logo y la negociaci¨®n.
Ese enfrentamiento sin cuartel solo se justificaba entonces por la primac¨ªa del independentismo en las instituciones y tuvo su momento cumbre en octubre de 2021, cuando Junts rompi¨® el Govern y Esquerra opt¨® por mantenerlo en solitario pese a solo tener 33 de 135 diputados. La pol¨ªtica catalana es prolija en giros de guion y uno de los m¨¢s sorprendentes lleg¨® el pasado mes de septiembre, cuando el propio Puigdemont desde Bruselas, donde buscaba evitar la acci¨®n de la justicia espa?ola, se abri¨® a pactar la investidura de Pedro S¨¢nchez, aparcando as¨ª la visi¨®n m¨¢s confrontadora en su b¨²squeda por la secesi¨®n.
Semejante historial de desencuentros hace muy dif¨ªcil que el veredicto de las urnas del domingo pueda leerse con la claridad que Puigdemont reflej¨® en su entrevista al diario Ara. No solo por cuestiones de pol¨ªtica auton¨®mica. ERC y Junts ya hacen del carril de la negociaci¨®n con el Gobierno tambi¨¦n un escenario para su agotadora competici¨®n y sus caminos para lograr el refer¨¦ndum son bastante similares, con la condici¨®n de ¨¢rbitros en el Congreso como principal palanca para avanzar. Otra cosa es la ret¨®rica con que cada uno quiera adornarlo. En Catalu?a, el apoyo al independentismo sigue siendo considerable pese al descenso en cuestiones como la simpat¨ªa por el llamado ¡°Estado propio¡±. El ¨²ltimo CIS catal¨¢n mostr¨® un empate, al 31%, en los ciudadanos que prefieren que Catalu?a sea una comunidad aut¨®noma y los que quieren una naci¨®n independiente.
En esa lucha interna tambi¨¦n encaja que la campa?a de Puigdemont haya querido poner el acento en la necesidad de recuperar un liderazgo supuestamente perdido en lugar de responder a la pregunta de c¨®mo lograr culminar el proc¨¦s independentista. ¡°El refer¨¦ndum ya lo hemos hecho, la declaraci¨®n de independencia ya la hemos hecho. Hoy el an¨¢lisis de fortalezas y debilidades es mucho m¨¢s profundo y contrastado que en octubre desde 2017¡å, reflexion¨® Puigdemont el pasado 3 de mayo, preguntado en una rueda de prensa sobre c¨®mo pensaba lograba llegar a la existencia del Estado catal¨¢n. ¡°Me comprometo a reunir a todo el independentismo en una sola mesa¡±, apostill¨®.
Esquerra no compra los cantos de sirena de unidad que le plantea Puigdemont cada d¨ªa y desde sus filas recuerdan que, ya para las elecciones de 2017, hicieron la digesti¨®n que tocaba: ante el fracaso del embate unilateral, la apuesta es por la estrategia de ampliar su base y forzar mediante su influencia en el Congreso el camino al refer¨¦ndum. Aragon¨¨s fue especialmente duro el pasado mi¨¦rcoles, despu¨¦s de que el socialista Salvador Illa asegurara en una intervenci¨®n en La 2 que desde Junts le hab¨ªan sondeado para intentar desplazarlo de la presidencia. ¡°No es aceptable que nos hablen de unidad los que por la puerta por detr¨¢s quer¨ªan pactar una moci¨®n de censura contra otros independentistas¡±, dijo el republicano en un mitin en Tortosa. ¡°La unidad no es abandonar al Govern cuando estamos atravesando una pandemia¡±, remach¨®.
Si de por s¨ª un nuevo Govern de coalici¨®n de ambos partidos independentistas partir¨ªa con una credibilidad cercana a cero, tambi¨¦n es necesaria una aritm¨¦tica que de momento no est¨¢ garantizada. Los Ejecutivos independentistas han sido posibles gracias a que Junts, ERC y CUP han superado los 68 esca?os de manera conjunta. Seg¨²n c¨¢lculos de este diario, teniendo en cuenta la media de las encuestas publicadas hasta el pasado lunes, esa suma solo ser¨ªa posible contando los tres esca?os del partido xen¨®fobo independentista Alian?a Catalana. De lo contrario, solo reunir¨ªan 65 esca?os.
Esto le abre una posibilidad a Illa para llegar a la presidencia, pero un pacto bien sea de la mano con Junts o mediante un tripartito con ERC y Comuns Sumar es a¨²n hoy un arma arrojadiza entre secesionistas, que ven en ese acuerdo una claudicaci¨®n real al pulso independentista. Pero republicanos, anticapitalistas y los de Junts han rechazado la posibilidad de contar con Alian?a, la formaci¨®n de S¨ªlvia Orriols, para llegar a pactos, pero no se puede pasar por alto que en investiduras y conformaciones de Govern los votos pueden ser gratis. La mayor¨ªa del movimiento independentista siempre ha intentado aislar a la vertiente de extrema derecha, un trabajo que resultaba f¨¢cil al tratarse de corrientes minoritarias.
Pero aun si se cumplieran los pron¨®sticos m¨¢s halag¨¹e?os y no fueran necesarios los votos del partido de Orriols, ser¨¢ muy dif¨ªcil leer los resultados del bloque independentista en t¨¦rminos de proyecto. La unidad, o mejor la imposibilidad de alcanzarla, fue precisamente lo que cataliz¨® el fin de la coalici¨®n de Govern la pasada legislatura. En una constante dentro de los independentistas, quien ha tenido la primac¨ªa bien sea en una instituci¨®n o tras una contienda electoral le ha negado al otro cualquier tipo de cesi¨®n.
Tras el fiasco de 2017, los republicanos no tardaron en recalcular su rumbo, aparcando la unilateralidad y madurando propuestas como el llamado Acuerdo de Claridad, una hoja de ruta que recoge las experiencias de los refer¨¦ndums de Quebec y Escocia para intentar pactar unas condiciones con el Estado para la eventual celebraci¨®n de la votaci¨®n. Junts da por hecho que lograr¨¢ arrancar el refer¨¦ndum a S¨¢nchez ¡ªincluso aboga por la misma que ERC, el art¨ªculo 92 de la Ley Fundamental¡ª aunque de momento da prioridad a su propuesta de financiaci¨®n de que la Generalitat recaude todos los impuestos. Una idea que tambi¨¦n Aragon¨¨s promovi¨® antes de la convocatoria y Junts recibi¨® con frialdad. La CUP, por su parte, pide una mesa de todos los independentistas y que se abandone el p¨¢jaro en mano en el Congreso.
?Y si sigue el ¡°empate t¨¦cnico¡±? Todo depende de qu¨¦ formaci¨®n gane en el bloque independentista, a qu¨¦ distancia y si hay alg¨²n Govern. Hay en las filas de Junts quien ve en el bloqueo y la repetici¨®n una oportunidad de oro para enterrar a los republicanos, aunque Puigdemont dijo que marchar¨ªa si no era president. En ERC tendr¨¢n que gestionar dos impulsos: perder el poder y sus mieles, como los 365 altos cargos del Govern, o iniciar una larga traves¨ªa en el desierto.
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