Una generaci¨®n de pol¨ªticos sacudida por el ¡®proc¨¦s¡¯
Una d¨¦cada de pulso al Estado dej¨® por el camino a algunos de los principales nombres de los partidos catalanes, mientras alumbraba tambi¨¦n nuevas propuestas
El proceso independentista de la ¨²ltima d¨¦cada ha firmado el epitafio pol¨ªtico de una extensa lista de dirigentes y mandatarios en Catalu?a. El abrazo de una parte considerable de la poblaci¨®n a esa opci¨®n, unido a ciertos movimientos de fondo en la pol¨ªtica a escala mundial, actu¨® de catalizador para que trayectorias ya dilatadas tocaran a su fin. En otros casos, las penas de prisi¨®n e inhabilitaci¨®n por los delitos cometidos en ese pulso al Estado han impuesto un par¨¦ntesis en carreras pol¨ªticas que auguraban largo recorrido. Todo ello empuj¨®, adem¨¢s, a que segundas filas asumieran, tal vez antes de tiempo, lugares destacados en los partidos.
El debate sobre el liderazgo (o su ausencia) ha planeado sobre la campa?a electoral al Parlament que termin¨® este viernes. Carles Puigdemont (Junts) y Salvador Illa (PSC) usaron constantemente ese cuestionamiento como ariete contra el president y candidato de ERC, Pere Aragon¨¨s. Pero la reflexi¨®n, opinan expertos y expol¨ªticos, es mucho m¨¢s profunda. M¨¢s all¨¢ de lo que pase el domingo en las urnas, cierto giro posibilista en el secesionismo y la vuelta del PSC a la centralidad marcan un cambio de tiempo.
Los expresidentes Artur Mas y Quim Torra; el exportavoz de CiU en el Congreso Josep Antoni Duran i Lleida; los exl¨ªderes de Iniciativa per Catalunya (ICV) Joan Herrera y Dolors Camats; la exjefa de filas del desaparecido PDeCAT, Marta Pascal; el exconsejero de Justicia de ERC Carles Mund¨®; la exportavoz de Econom¨ªa del PSC en el Parlament Roc¨ªo Mart¨ªnez Sampere o su exjefe de filas, Pere Navarro¡ Es larga la relaci¨®n de pol¨ªticos a los que el tsunami en la pol¨ªtica catalana les trunc¨® sus trayectorias.
Pero tambi¨¦n hay quienes se mantienen en primera l¨ªnea, como el l¨ªder de ERC, Oriol Junqueras, o el fundador de Junts, Carles Puigdemont. O liderazgos que se han visto catapultados aunque siguen sin cuajar en el cambiante panorama, como podr¨ªan ser el propio president Aragon¨¨s o el exconsejero de Territorio Josep Rull. O terceras v¨ªas que intentaron hacerse un sitio en la oferta pol¨ªtica catalanista y no lo consiguieron, como Astrid Barrio con la Lliga Democr¨¤tica.
?scar Barber¨¤, profesor de la Universitat de Val¨¨ncia, remarca que la transformaci¨®n en los partidos pol¨ªticos y sus liderazgos en la ¨²ltima d¨¦cada en Catalu?a no es un hecho aislado. ¡°No es solo el proc¨¦s, tambi¨¦n responde a las pol¨ªticas de austeridad que siguieron a la Gran Recesi¨®n del fin de la primera d¨¦cada de los a?os 2000¡å, apunta. ¡°Han cambiado todos los partidos, incluso los que ganaron con esa crisis¡±, a?ade, recordando que Podemos, nacido al fuego del 15-M en 2011, acusa ahora el desgaste, como tambi¨¦n en su d¨ªa la extrema derecha en Francia o Italia tuvo que renovarse.
La consultora Ver¨®nica Fumanal ve importante separar en el an¨¢lisis lo que es el liderazgo y lo que es la jefatura de los partidos pol¨ªticos. La polit¨®loga cree que, en el caso del independentismo, la autoridad de Puigdemont o Junqueras es indiscutida por sus seguidores. Y que, cuando han estado ausentes y otros jefes han tenido que asumir el mando, se ha perdido direcci¨®n en sus formaciones. Esas jefaturas, agrega, son las que administran castigos o premios y han sido esas transacciones las que han mantenido la cohesi¨®n interna de los partidos, pero sin adhesiones totales como las que genera con naturalidad el l¨ªder. Una idea en la que ahonda Astrid Barrio, que considera que los que m¨¢s han sufrido en los cambios han sido las segundas filas y no los l¨ªderes, al menos dentro del independentismo.
¡°Los liderazgos que se refugiaban en los matices, sin decantarse por el s¨ª o por el no, fueron los que peor sobrevivieron al proc¨¦s, especialmente en los partidos grandes¡±, apunta Marta Pascal. Ella misma termin¨® por sucumbir en la opa lanzada por Puigdemont sobre el PDeCAT en 2018, cuando ¨¦l buscaba imponer su visi¨®n y la exsenadora convergente quiso defender un camino intermedio entre la reivindicaci¨®n nacionalista y la aventura personal del expresident.
La ley de amnist¨ªa a los encausados por el proc¨¦s, pendiente de su ¨²ltimo tr¨¢mite en el Congreso y de lo que despu¨¦s decidan los jueces, implicar¨¢, si prospera, que los principales l¨ªderes independentistas puedan volver a la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica. Y facilitar¨¢ tambi¨¦n la reincorporaci¨®n de cargos medios que hab¨ªan visto truncada su carrera, muy especialmente en ERC. El exconsejero de Cultura de Puigdemont, Santi Vila ¡ªque en estas elecciones ha firmado un manifiesto en apoyo al socialista Salvador Illa¡ª cree que la autoridad moral derivada de haber vivido ¡°la represi¨®n¡± puede ser, sin embargo, ¡°un lastre¡±. ¡°En espacios como ERC y Junts ser¨ªa importante dar espacio a nuevas voces que planteen nuevos discursos¡±, opina.
Barber¨¤ recuerda que, habitualmente, la renovaci¨®n de caras en los partidos entre unas elecciones y otras es del 50%. Y sostiene que a las formaciones m¨¢s tradicionales a¨²n les falta implementar nuevas estrategias de comunicaci¨®n digital para llegar a nuevos p¨²blicos. Una tarea que, seg¨²n Pascal, tiene que alternarse con la de no descuidar el ¡°encuadramiento pol¨ªtico¡±, el trabajo de las agrupaciones tradicionales, y que el discurso de la nueva pol¨ªtica sataniz¨®, dice, como ¡°viejo o casta¡±. ¡°Hay innovaciones democr¨¢ticas que no llegan al gran p¨²blico¡±, apostilla el profesor de la Universitat de Val¨¨ncia.
Astrid Barrio apunta como ¨²ltimo elemento que cierta nueva pol¨ªtica en Catalu?a choca con que los espacios siguen siendo muy fragmentados, domina el personalismo y solo logran despegar plataformas de nicho muy concreto, como en su d¨ªa lo hizo Ciudadanos con la lengua o lo ha hecho ahora Alian?a Catalana con el ataque a un colectivo espec¨ªfico: los inmigrantes. Construir opciones pol¨ªticas m¨¢s abiertas, explica, es complicado porque se encuentra con un problema de base: lo caro que es montar y sostener un partido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.