Abascal pide a Feij¨®o que le acepte como socio con promesas inasumibles para el PP
El l¨ªder de Vox propone derogar leyes como las del aborto, eutanasia, bienestar animal, violencia de g¨¦nero o cambio clim¨¢tico, entre otras
Santiago Abascal no quiere atacar a Alberto N¨²?ez Feij¨®o, a pesar de que sus electorados se solapan. Lo dijo este s¨¢bado a la entrada del Palacio Municipal de Congresos, en la Feria de Madrid, donde celebr¨® su primer mitin de la precampa?a del 23-J. ¡°No queremos perder ni un segundo en hacer un reproche a quienes est¨¢n llamados a reconstruir la alternativa pol¨ªtica con Vox¡±, aleg¨®.
El objetivo del l¨ªder ultra es que el PP le acepte como socio de coalici¨®n en el mayor n¨²mero de ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas y, pasadas las elecciones generales, si cuadran los n¨²meros, en el Gobierno de la naci¨®n. Tras el trauma que supuso su ruptura con el entonces l¨ªder del PP Pablo Casado, en la fallida moci¨®n de censura de octubre de 2020, Abascal quiere mantener a toda costa los puentes abiertos con su sucesor.
Su modelo son los gobiernos de coalici¨®n con el PP en Castilla y Le¨®n y la Comunidad Valenciana. Este s¨¢bado, los vicepresidentes de ambas, Juan Garc¨ªa-Gallardo y el torero Vicente Barrera, el primero ejerciente y el segundo in pectore, se sentaban en la primera fila de butacas, junto a los m¨¢ximos dirigentes del partido. Abascal present¨® el acuerdo de Valencia como un ejemplo ¡°de lo que Vox quiere hacer en toda Espa?a¡±, y elogi¨® la ¡°sensatez¡± de los populares en la regi¨®n. Vox no oculta su satisfacci¨®n por un pacto cuya rapidez pareci¨® pillar con el pie cambiado a G¨¦nova: el portavoz del PP, Borja S¨¦mper, hab¨ªa puesto como ¡°l¨ªnea roja¡± que el cabeza de lista de Vox, Carlos Flores, condenado por violencia de g¨¦nero, no fuera vicepresidente; y Abascal no tuvo el menor empacho en desembarazarse de ¨¦l mand¨¢ndolo de candidato al Congreso. Problema resuelto.
¡±A la pregunta de qu¨¦ queremos hacer, la respuesta es: lo de Valencia¡±, insisti¨® Abascal. ¡°Lo que no queremos es lo de Extremadura¡±, a?adi¨®. Lo de Extremadura es la negativa frontal de la candidata del PP a la Presidencia regional, Mar¨ªa Guardiola, a meter en su Gobierno a un partido que no condena la violencia de g¨¦nero o ¡°tira a la basura¡± ¡ªen alusi¨®n a la lona que cubre la fachada de un edificio del madrile?o barrio de Salamanca¡ª a la comunidad LGTBI. ¡°Nos insultan, nos demonizan, como hace la izquierda, y luego nos dicen que estamos obligados a darles los votos¡±, se quej¨® ayer Abascal. Y, parodiando a Guardiola, a?adi¨®: ¡°Usted es un capullo, pero usted me va a votar a m¨ª'. Se?ora, por favor¡±.
Vox no tiene prisa. Dice que ¡°hasta el ¨²ltimo minuto¡± hay tiempo para llegar a un acuerdo y considera la amenaza de repetir elecciones como un chantaje del PP al que no piensa ceder. El PP ofreci¨® a Vox la Presidencia de la Asamblea extreme?a sin entrar en el Gobierno, la misma oferta que el partido ultra ha aceptado en Baleares o Arag¨®n, pero en M¨¦rida la rechaz¨®, porque considera que la situaci¨®n es diferente.
Abascal lo expres¨® con claridad el viernes por la noche, en El Toro TV: ¡°La idea general es que, donde nuestros votos sean necesarios, se respete a nuestros votantes. Eso significa que podamos formar parte de los gobiernos alternativos¡±. Es decir, donde al PP le baste con la abstenci¨®n de Vox, el partido ultra no exige estar en el Gobierno. Pero donde el PP necesita el s¨ª de sus diputados, es ineludible obtener consejer¨ªas. As¨ª sucede en Comunidad Valenciana y Extremadura.
Vox alega que la ¨²nica forma de asegurar que se cumplen los acuerdos de investidura es estar en los gobiernos y que su mala experiencia en Andaluc¨ªa o Madrid demuestra que, si no est¨¢ en el Ejecutivo, no puede forzar su cumplimiento. Lo cierto es que Vox est¨¢ negociando acuerdos program¨¢ticos en comunidades de cuyo Ejecutivo no formar¨¢ parte. La raz¨®n de fondo para mantenerse firme es que Abascal no quiere sentar un precedente que Feij¨®o pueda usar para exigirle sus votos, si los necesita despu¨¦s de las inminentes elecciones generales, sin darle ministerios a cambio.
Abascal carga contra el PP extreme?o, al que califica de ¡°socialismo azul¡±, una nueva versi¨®n de la ¡°derechita cobarde¡±, como tachaba a los populares en la etapa de Rajoy, pero matiza que se refiere solo a ¡°una parte¡± del partido y, por ahora, no mete en ese saco a la direcci¨®n nacional. Este lunes acudir¨¢ a la constituci¨®n de las Cortes valencianas, el primer acto de este tipo al que asiste, para enfatizar la importancia que atribuye al pacto en dicha comunidad. Por la tarde dar¨¢ su primer mitin en Galicia, una comunidad que no pis¨® en la pasada campa?a electoral, lo que permitir¨¢ medir si mantiene su no beligerancia en la tierra de Feij¨®o.
El problema para este es que Abascal acompa?a su oferta de mano tendida con un programa indigerible para un partido que forma parte de la familia popular europea, como el PP. El s¨¢bado se comprometi¨® a derogar una retah¨ªla de leyes: las de aborto, eutanasia, trans, memoria democr¨¢tica, solo s¨ª es s¨ª, bienestar animal, vivienda, educaci¨®n e incluso cambio clim¨¢tico. Las leyes ¡°del socialismo¡± no solo ¡°del sanchismo¡±, como quiere Feij¨®o.
Abascal no cit¨® expresamente la de violencia de g¨¦nero, pero se dedujo de sus palabras que est¨¢ incluida. Y eso a pesar de que, para disipar los reparos del PP a pactar con ¨¦l, ha empezado a usar la expresi¨®n ¡°violencia machista¡±, sin explicar la raz¨®n del cambio (hasta ahora solo hablaba de ¡°violencia intrafamiliar¡± o ¡°violencia contra las mujeres¡± como m¨¢ximo), como si siempre lo hubiera hecho.
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