¡®Madrid, vila morena¡¯
S¨¢nchez bendice el cord¨®n sanitario a Vox y la izquierda evoca el 25 de abril para alertar del peligro ultraderechista. Ayuso ignora a sus rivales y dice que el objetivo es ¡°acabar con el sanchismo¡±
En un 25 de abril, 47? aniversario de la ca¨ªda de la dictadura portuguesa, la campa?a para las elecciones madrile?as se enfang¨® a¨²n m¨¢s en un choque ideol¨®gico con aroma de otras ¨¦pocas. Los m¨ªtines de la izquierda evocaron la Revoluci¨®n de los Claveles, entre los sones de su canci¨®n s¨ªmbolo, el Gr?ndola, vila morena, y advertencias de que, aqu¨ª y ahora, tambi¨¦n puede estar en peligro la democracia. En el otro lado del espectro ideol¨®gico, las alertas de la presidenta de la Comunidad y candidata del PP, Isabel D¨ªaz Ayuso, no eran menos ominosas: el 4 de mayo se elige entre ¡°el Madrid libre¡± y ¡°la Caracas chavista¡±.
La campa?a madrile?a ya no es solo una batalla nacional. Los contendientes la han derivado a una especie de conflagraci¨®n ideol¨®gica del siglo XXI librada con t¨¦rminos del siglo XX. As¨ª lo hab¨ªa planteado la derecha desde el primer minuto y as¨ª ha acabado respondi¨¦ndole tambi¨¦n la izquierda ante la belicosidad sin freno de Vox.
La izquierda ha tendido de facto un cord¨®n sanitario a Vox, desde el tumultuoso debate de la Cadena SER, el pasado viernes, y las mofas de la extrema derecha sobre las amenazas de muerte a miembros del Gobierno y al candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. La primera medida ha sido negarse a compartir m¨¢s debates con el partido de Santiago Abascal. El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, a¨²n no se hab¨ªa metido en la refriega hasta este domingo, cuando regres¨® a la campa?a para respaldar esa posici¨®n de firmeza ante la extrema derecha. ¡°Han cruzado una l¨ªnea. Y ser¨¢ la ¨²ltima que crucen¡±, advirti¨® el l¨ªder socialista en un mitin en Getafe.
S¨¢nchez defendi¨® que Vox se ha convertido en ¡°una amenaza contra la democracia espa?ola¡± y que la respuesta para combatirla es ¡°no normalizar lo que no es normal¡±. A criticar esta ¡°normalizaci¨®n¡± de la ¡°ul-tra-de-re-cha¡±, como silabe¨® con ¨¦nfasis, dedic¨® varias frases el presidente. ¡°Van a los plat¨®s de televisi¨®n y los periodistas los tratan con cordialidad¡±, se extra?¨®. S¨¢nchez volc¨® casi toda su contundente intervenci¨®n en la extrema derecha, sin ocultar que el destinatario ¨²ltimo de su mensaje es el PP y los pactos de este con Vox. Abascal le respondi¨® poco despu¨¦s con un tuit en los t¨¦rminos habituales: le llam¨® ¡°sinverg¨¹enza¡±.
Tras la convocatoria de las elecciones, S¨¢nchez hab¨ªa entrado al choque directo con Ayuso. La presidenta madrile?a lo acogi¨® encantada: era lo que buscaba desde el primer momento. Los socialistas lo atribu¨ªan a un intento del presidente de compensar la poca pegada de su candidato, ?ngel Gabilondo. Ahora, La Moncloa ha virado de estrategia. En sus dos ¨²ltimas intervenciones en la campa?a, este domingo y el anterior, S¨¢nchez no cit¨® ni una vez a la presidenta madrile?a.
Ayuso, en cambio, se subi¨® al estrado en Alcorc¨®n y no tard¨® ni un minuto en pronunciar, a¨²n en medio de las presentaciones, el nombre de S¨¢nchez. Lo acus¨® de haber ofrecido su mitin en Getafe dentro de una zona confinada. El asunto acab¨® en una de esas t¨ªpicas pol¨¦micas de campa?a. La Consejer¨ªa de Sanidad anunci¨® que estudiar¨¢ si hay motivos para sancionar a los socialistas. El Ayuntamiento de Getafe, gobernado por el PSOE, asegur¨® que el polideportivo en que se celebr¨® el acto est¨¢ operativo para todo tipo de actividades porque se accede a ¨¦l por una puerta situada fuera del per¨ªmetro confinado.
Esa fue la primera estocada de Ayuso al presidente, antes de meterse de verdad a fondo y comunicar a la concurrencia: ¡°Mi objetivo sobre todo es anunciaros una cosa: el proyecto de S¨¢nchez e Iglesias est¨¢ acabado¡±. A partir de ah¨ª, su discurso fue una acometida constante contra S¨¢nchez y ¡°el sanchismo¡±, como si no tuviese ya otro adversario en estas elecciones. Ayuso repas¨® desde las vacaciones del presidente hasta ¡°las facturas de jam¨®n de jabugo y champ¨¢n¡± de La Moncloa. Frente a ese sanchismo descrito tenebrosamente, dibuj¨® los luminosos contornos del ¡°Madrid libre¡±, un modelo que ¡°toda Espa?a querr¨ªa para s¨ª¡±. ¡°Nos llaman los amigos y nos dicen: ¡®Qu¨¦ suerte ten¨¦is de vivir en Madrid, de disfrutar de la libertad¡±. De Vox, en cambio, ni una palabra. M¨¢s bien al contrario, un reproche a la izquierda porque, seg¨²n ella, est¨¢ presentando a Madrid como una ciudad ¡°xen¨®foba y racista¡±.
En este nuevo salto que ha dado la campa?a, hasta el propio Gabilondo saca su lado m¨¢s combativo. Ante S¨¢nchez, el candidato socialista evoc¨® el 25 de abril portugu¨¦s y las escenas de la poblaci¨®n poniendo claveles en los fusiles de los soldados para apuntar: ¡°Estos d¨ªas he sentido como Madrid se rebela ante una pesadilla, una ¨¦poca de oscuridad que no va a volver nunca m¨¢s¡±.
Bajo los sones del Gr?ndola se abri¨® el mitin de Unidas Podemos en Collado-Villalba. Iglesias tampoco se resisti¨® al paralelismo hist¨®rico: ¡°Hoy es el d¨ªa para recordar a los equidistantes que dicen ¡®que ni fascismo ni antifascismo¡¯ que cada vez que manejan esas posiciones vergonzantes est¨¢n insultando a las madres y los padres de todas las democracias europeas¡±. El ¨¢nimo en las filas de izquierda ha cambiado. En los m¨ªtines de socialistas y Unidas Podemos, condicionados por las restricciones sociales, se qued¨® gente fuera. M¨®nica Garc¨ªa, de M¨¢s Madrid, celebr¨® un acto con mujeres, rebosante del entusiasmo que las encuestas han inyectado a sus seguidores. Frente a ellos, Ayuso se ha impuesto una misi¨®n que supera a estas elecciones: ¡°Vamos a acabar con el sanchismo¡±.
Con informaci¨®n de Jos¨¦ Marcos y Paula Chouza.
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