De la libertad a las amenazas de muerte: seis instantes clave de la campa?a m¨¢s pol¨¦mica
La lucha electoral por la presidencia de Madrid, que se decide este martes, tendr¨¢ repercusiones nacionales
Las r¨¦plicas del terremoto que caus¨® la fallida moci¨®n de censura urdida por el PSOE y Ciudadanos en Murcia siguen golpeando hoy a Madrid, donde se decide la presidencia regional 54 d¨ªas despu¨¦s de que Isabel D¨ªaz Ayuso adelantara las elecciones. La convocatoria de los comicios fue una maniobra defensiva, seg¨²n mantiene el PP, ante la posibilidad de que el PSOE y Cs tambi¨¦n se aliaran en la regi¨®n para desplazar a la formaci¨®n conservadora del poder. Ir a las urnas, discrepa la oposici¨®n, fue un proyecto largamente trabajado por D¨ªaz Ayuso, que lo activ¨® en plena pandemia porque era lo mejor para sus intereses. Ese d¨ªa, 10 de marzo, arranc¨® una campa?a marcada por los choques entre los candidatos, la crispaci¨®n y el impacto nacional que tendr¨¢ su resultado. La lucha electoral por la presidencia de Madrid se resume en seis instantes clave:
Los huevos de D¨ªaz Ayuso. En Madrid se puede pedir una pizza llamada Madonna Ayuso. Tambi¨¦n, una cerveza con su cara en la etiqueta que se llama La ca?a de Espa?a. Y platos de calamares a la Ayuso ¡°con un par de huevos¡±. Los homenajes de los hosteleros cuentan que la apuesta por mantener los comercios abiertos y confrontar con Pedro S¨¢nchez en mitad de la pandemia le ha proporcionado a la l¨ªder del PP un nuevo nicho electoral, que no vota en clave ideol¨®gica, sino econ¨®mica y de supervivencia, lo que ha permitido que su proyecto supere los l¨ªmites de las siglas del PP. Con ese impulso, los sondeos coinciden en que ganar¨¢ las elecciones y probablemente duplicar¨¢ su resultado de 2019 (30 diputados), cuando se convirti¨® en la primera aspirante de la formaci¨®n conservadora en perder unas elecciones madrile?as desde 1987.
¡°Es una parte de la campa?a que ha ido sola, algo que nunca nos hab¨ªa pasado, porque ha sido espont¨¢neo¡±, cuenta uno de los asesores de la presidenta, que ha encontrado en esas fotograf¨ªas una forma de llenar de sentido su lema electoral: ¡°Comunismo o libertad¡±. Libertad para abrir los comercios pese a la pandemia; libertad para elegir colegio o m¨¦dico; y libertad para hacer ¡°lo que te de la gana¡±. Esa ha sido la propuesta de D¨ªaz Ayuso, que da por descontado su triunfo y mira de reojo al resultado de Vox, que es el que marcar¨¢ si un hipot¨¦tico apoyo de la extrema derecha a su investidura cotizar¨ªa lo suficiente como para entrar en el Gobierno, o no.
D¨ªaz Ayuso ha evitado confrontar con el partido ultra durante toda la campa?a, y ha recogido en su programa nuevas propuestas que son de su agrado. Por ejemplo, reducir el n¨²mero de diputados (de 136 a 101), objeciones a la ley de eutanasia, y plan antiokupas.
Para Pablo Casado, el l¨ªder nacional del PP, tambi¨¦n es una jornada importante. Si D¨ªaz Ayuso triunfa y Ciudadanos no tiene representaci¨®n, alentar¨¢ la idea de que la reunificaci¨®n de la derecha es posible a escala nacional.
S¨¢nchez se expone lo justo. El adelanto electoral cogi¨® a contrapi¨¦ al PSOE, que estaba enfrascado en controlar los tiempos para cambiar de candidato antes de las elecciones de 2023. Aunque se opt¨® por que repitiera ?ngel Gabilondo, el ganador de los comicios de 2019, apenas ha tenido autonom¨ªa. La Moncloa tom¨® las riendas de la campa?a desde el principio. Pedro S¨¢nchez orden¨® a Iv¨¢n Redondo, F¨¦lix Bola?os y Francisco Salazar, su equipo de confianza, que se encargaran de la estrategia. Adem¨¢s, el presidente y sus ministros estrella se implicaron personalmente en apoyo del candidato, especialmente en el arranque de la campa?a, ya menos al final en el caso de S¨¢nchez, que se ha expuesto lo justo en el ¨²ltimo tramo. Pero la responsabilidad del resultado del PSOE ser¨¢ como m¨ªnimo compartida entre el candidato y el secretario general.
Con M¨¢s Madrid al alza y el PSOE a la baja, seg¨²n los sondeos, los socialistas se arriesgan a perder su suelo hist¨®rico en la regi¨®n, que est¨¢ en los 30 diputados. Aun as¨ª, esperan que la izquierda sume para llegar al poder.
Tras rejuvenecer y renovar la lista electoral, lo que ha dejado heridas abiertas en el PSOE de Madrid, las incorporaciones estrella a la campa?a han sido interpretadas en el contexto de la renovaci¨®n de liderazgos que emprender¨¢ el partido en Madrid, probablemente ya a finales de este a?o: Hana Jalloul, la n¨²mero dos de la lista; o Reyes Maroto, que ser¨ªa vicepresidenta si el PSOE gobierna, se han destacado durante la campa?a. Pero todas las opciones siguen abiertas.
Quince d¨ªas de tregua en la izquierda. La manifestaci¨®n del 1 de mayo dej¨® la fotograf¨ªa de ?ngel Gabilondo (PSOE), M¨®nica Garc¨ªa (M¨¢s Madrid) y Pablo Iglesias (Podemos) juntos y en armon¨ªa. Como siempre en Madrid, la izquierda acude dividida a los comicios, lo que ya le cost¨® que siguiera gobernando la derecha en 2015, cuando IU se qued¨® fuera de la Asamblea pese a conseguir m¨¢s de 100.000 votos. Y como nunca en Madrid, la izquierda ha competido en armon¨ªa, sin cr¨ªticas cruzadas, unificada alrededor del rival com¨²n: D¨ªaz Ayuso.
El que m¨¢s ha sufrido para encontrar su sitio en esa situaci¨®n ha sido el PSOE. Gabilondo se comprometi¨® a no subir impuestos, mientras La Moncloa aireaba un plan para hacerlo en 2022. El candidato arranc¨® anunciando que no pactar¨ªa con Pablo Iglesias (Podemos) para luego tenderle la mano. Finalmente, quiso mostrarse como una opci¨®n moderada para atraer a los votantes desilusionados con Ciudadanos, pero se hizo acompa?ar por S¨¢nchez, pese a que la oposici¨®n a su figura fue lo que catapult¨® a Albert Rivera a sus mejores resultados electorales.
M¨¢s Madrid ha logrado construir una campa?a de menos a m¨¢s, so?ando con el sorpasso al PSOE, gracias a un planteamiento propositivo, centrado en la defensa de lo p¨²blico y en las pol¨ªticas verdes, que ha tenido en su candidata a la mejor portavoz. Todas las encuestas se?alan que M¨®nica Garc¨ªa, desconocida para el gran p¨²blico, igualar¨¢ o mejorar¨¢ el resultado que logr¨® uno de los pol¨ªticos m¨¢s televisivos, ??igo Errej¨®n, en 2019. El mejor resumen de que es la revelaci¨®n de la campa?a.
Iglesias, finalmente, aterriz¨® en Madrid para garantizar que Podemos lograr¨ªa el 5% de los votos, que marca la frontera entre lograr representaci¨®n o no en la Asamblea. Que tuviera que dejar la vicepresidencia del Gobierno nacional porque el partido no encontraba otro candidato muestra las dificultades que atraviesa la formaci¨®n. Intent¨® el enfrentamiento con D¨ªaz Ayuso para ganar protagonismo, y solo encontr¨® silencio. Recibi¨® una amenaza de muerte, y ah¨ª cambi¨® su campa?a, que en el esprint final se ha centrado en la idea de luchar contra el fascismo. Todos los sondeos coinciden en que Podemos ser¨¢ la ¨²ltima fuerza en obtener representaci¨®n: el reflejo de la capacidad de arrastre del candidato, que ya ha insinuado que su salida de la pol¨ªtica no est¨¢ lejos.
La campa?a m¨¢s crispada. Hubo d¨ªas en los que no se habl¨® de ninguna propuesta, porque ese espacio lo ocuparon otras pol¨¦micas. Vox dio un mitin en Vallecas, y la polic¨ªa tuvo que cargar contra los manifestantes que intentaron boicotearlo, con los que se encar¨® Santiago Abascal. Los incidentes acabaron con varios detenidos, y 35 heridos leves, entre ellos 21 polic¨ªas. D¨ªas despu¨¦s se supo que uno de los detenidos por ¡°atentado contra agente de la autoridad, des¨®rdenes p¨²blicos y da?os¡± es un trabajador contratado por Podemos para tareas log¨ªsticas en la sede del partido. Pero la crispaci¨®n no acab¨® ah¨ª.
Las amenazas de muerte han ocupado un espacio como nunca hab¨ªan tenido en el debate electoral. Las recibieron Pablo Iglesias (dos en su caso), los ministros Reyes Maroto y Fernando Grande-Marlaska, Isabel D¨ªaz-Ayuso, la directora de la Guardia Civil, Mar¨ªa G¨¢mez, el expresidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero¡ Y supusieron un punto de inflexi¨®n en la campa?a. Se pas¨® del ¡°comunismo o libertad¡± que propon¨ªa la candidata del PP al ¡°democracia o fascismo¡± que lanzaron Gabilondo e Iglesias.
El debate que lo cambi¨® todo. Fue en la Cadena SER. All¨ª, Roc¨ªo Monasterio, la candidata de Vox, puso en duda las amenazas de muerte recibidas por Iglesias (una de ellas, con cuatro balas y el mensaje ¡°tu tiempo se agota¡±). Este se levant¨® y se fue. M¨¢s tarde lo hicieron Gabilondo y Garc¨ªa. Junto a Monasterio solo se qued¨® el aspirante de Cs, Edmundo Bal. Nada volvi¨® a ser lo mismo.
La izquierda pidi¨® un cord¨®n sanitario alrededor de Vox al que el PP se ha negado, intentando comparar a la extrema derecha con Podemos. Y no ha habido m¨¢s debates, porque se tuvieron que suspender los restantes.
Eso convirti¨® al cara a cara de Telemadrid en el ¨²nico al que acudi¨® D¨ªaz Ayuso y en el ¨²nico televisivo. La cita mostr¨® la incomodidad de la presidenta cuando su gesti¨®n de la pandemia fue fiscalizada con datos, su guante blanco con Vox, del que puede depender su Gobierno, y la voluntad de pacto de la izquierda.
Ciudanos, a todo o nada. El partido de Edmundo Bal se enfrenta a la posibilidad de un batacazo hist¨®rico: todos los sondeos coinciden en que pasar¨¢ de 26 diputados a ninguno, perdiendo la mayor¨ªa de los 600.000 electores que le apoyaron en 2019. En ese contexto, el candidato ha hecho una campa?a atrevida en la escenograf¨ªa, arriesg¨¢ndose a hacer gui?os al Obama de 2008 (cambiando el Yes we can por el Yes we Bal) e intentando buscar su hueco como garante de moderaci¨®n frente a los extremos. Si logra representaci¨®n, ha prometido su apoyo a D¨ªaz Ayuso. Si no la consigue, y tras la hecatombe de las ¨²ltimas generales y las ¨²ltimas catalanas, certificar¨¢ que el proyecto que impuls¨® Albert Rivera a escala nacional en 2015 corre peligro de muerte.
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