Lo que queda de ETA en Euskadi
Los casi 400 cr¨ªmenes sin resolver, la ausencia de memoria entre los j¨®venes y las reclamaciones de los presos son hoy las huellas de un pasado terrorista que ya no centra la campa?a
Hace m¨¢s de 12 a?os que en Euskadi han desaparecido los asesinatos pol¨ªticos. Tampoco existe la extorsi¨®n ni la violencia callejera. La preocupaci¨®n por ETA es casi cero, como se?alaba recientemente el Deustobar¨®metro. El rechazo a la violencia pol¨ªtica est¨¢ muy extendido, tanto que el 89% de los vascos la considera injustificable, 10 puntos m¨¢s que hace ocho a?os. El reconocimiento a las v¨ªctimas del terrorismo, aunque tard¨ªo, est¨¢ extendido institucional y socialmente. La Ley de V¨ªctimas del Terrorismo es considerada ejemplar en el entorno internacional.
El clima pol¨ªtico vasco es mucho m¨¢s distendido que el nacional. Los debates est¨¢n centrados en las preocupaciones cotidianas y alejados de las cuestiones identitarias del pasado. Consecuentemente, la convivencia como problema figura en el puesto 22 de las preocupaciones ciudadanas, que encabezan la sanidad y la vivienda. Una situaci¨®n que se aleja de la de otros pa¨ªses que, tras padecer una intensa violencia pol¨ªtica, como Irlanda del Norte y Colombia, a¨²n sufren secuelas materiales. Es la realidad que revelan las encuestas y la que perciben muchos de quienes vivieron el terrorismo etarra y la presi¨®n de su entorno. Materialmente, nada queda de ETA. Por eso chirr¨ªan en Euskadi algunos discursos de la derecha pol¨ªtico-medi¨¢tica que equiparan a EH-Bildu con ETA y proclaman el disparate de que ETA hoy manda m¨¢s que nunca.
Sin embargo, esta realidad tiene un lado oscuro: en estas elecciones la fuerza emergente es una coalici¨®n, EH-Bildu, cuyo n¨²cleo duro, Sortu, aunque hoy rechaza la violencia, no ha ajustado cuentas con su pasado c¨®mplice con ETA. Seg¨²n todas las encuestas, la mayor¨ªa de los j¨®venes que votar¨¢n el pr¨®ximo domingo lo har¨¢n a EH-Bildu. No votan a una ETA inexistente, pero s¨ª a una formaci¨®n que, aunque cumple la legalidad ¡ªsus estatutos rechazan la violencia¡ª y goza de una participaci¨®n parlamentaria plena, sufre a¨²n un d¨¦ficit ¨¦tico en su n¨²cleo duro.
?Por qu¨¦ se produce esa fuerte subida de EH-Bildu, pese a estos condicionantes? Porque muchos vascos han percibido su evoluci¨®n positiva de rechazo a la violencia y colaboraci¨®n institucional. Para ellos, Batasuna ¡ªhoy Sortu¡ª pas¨® de ser parte del problema terrorista a ser parte de la soluci¨®n, al presionar a ETA para que pusiera fin al terrorismo a partir del fracaso del proceso dialogado de 2006.
Pero Sortu, y con ella EH-Bildu, se ha beneficiado tambi¨¦n de la ausencia de memoria juvenil. Mar¨ªa Silvestre, directora del Deust¨®metro, lo explicaba hace unos meses: ¡°Muchas familias han querido olvidar para perdonarse y proteger a sus hijos del pasado violento, y la educaci¨®n no ha cubierto esa ausencia¡±. Ofrec¨ªa un dato significativo: el 44% de los vascos limita su libertad de expresi¨®n para evitar situaciones inc¨®modas.
Recientemente, Ra¨²l L¨®pez Romo, historiador vinculado al Centro Memorial de V¨ªctimas del Terrorismo, denunciaba el d¨¦ficit educativo sobre la memoria del terrorismo, la Guerra Civil y el franquismo. Precisaba que la mayor¨ªa de j¨®venes acaba la Secundaria y el Bachillerato sin haber escuchado o le¨ªdo a una v¨ªctima del terrorismo. Lo atribu¨ªa a su ausencia en asignaturas como Historia y Valores ?ticos, y propon¨ªa una aproximaci¨®n sistem¨¢tica al asunto, como existe en Alemania y Francia con las v¨ªctimas del Holocausto.
Tambi¨¦n denunciaba L¨®pez Romo los l¨ªmites de una experiencia positiva como fue la de las v¨ªctimas educadoras. S¨®lo hay cien v¨ªctimas educadoras en toda Espa?a, casi la mitad para Euskadi y Navarra, y buena parte del profesorado, sobre todo en la red p¨²blica, se muestra reacio a esta experiencia, subraya el historiador. Ese d¨¦ficit se ve parcialmente contrarrestado por la literatura y el cine ¡ªcon pel¨ªculas recientes como Patria o Maixabel¡ª y textos frecuentes en los peri¨®dicos vascos que reivindican la memoria de las v¨ªctimas.
La soluci¨®n a este problema es pol¨ªtica. Pasa por que Sortu haga autocr¨ªtica sobre su pasada complicidad con el terrorismo etarra. Recientemente ha surgido un problema a?adido procedente del flanco conservador, donde Vox boicotea las pol¨ªticas de memoria democr¨¢tica sobre la Guerra Civil y el franquismo, arrastrando al PP en comunidades donde gobiernan en coalici¨®n.
Otra secuela del pasado terrorista son los asesinatos pendientes de resolver. No solo de ETA, tambi¨¦n de la guerra sucia contra la banda, aunque los primeros son abrumadoramente superiores. Solo 21 de los 379 asesinatos de ETA sin resolver son susceptibles de ser investigados con el C¨®digo Penal vigente. El resto ¡ªla inmensa mayor¨ªa anteriores a 1982, cuando la frecuencia terrorista desbordaba las administraciones policial y judicial¡ª han prescrito. Lo afirman expertos juristas en un libro coordinado por el catedr¨¢tico de la Universidad del Pa¨ªs Vasco Antonio Rivera y por Eduardo Mateo, de la Fundaci¨®n Fernando Buesa.
Los intentos de algunas asociaciones, como Dignidad y Justicia, as¨ª como del PP y Vox, de sortear la prescripci¨®n por la v¨ªa de que las instituciones internacionales califiquen los atentados terroristas de ETA como cr¨ªmenes contra la humanidad o de genocidio han resultado fallidos. Expertos juristas y el director del Memorial de V¨ªctimas del Terrorismo, Florencio Dom¨ªnguez, abogan por que las v¨ªctimas se acojan al derecho a la verdad, reparador e imprescriptible. Dom¨ªnguez a?ade que, seg¨²n el informe de la Comisi¨®n de Peticiones del Parlamento Europeo, Espa?a es el Estado que ha resuelto un mayor n¨²mero de atentados.
En las c¨¢rceles quedan 155 presos de ETA. La inmensa mayor¨ªa cumplen largas condenas en prisiones vascas, cerca de sus familias. Las asociaciones de apoyo a los presos pretenden reducir las condenas por la v¨ªa de la revisi¨®n de la legislaci¨®n especial o el alivio del tercer grado penitenciario. Las juntas de tratamiento penitenciario, avaladas por el Gobierno vasco, han chocado en varias ocasiones con la Fiscal¨ªa y la Audiencia Nacional al defender el tercer grado para estos reclusos.
La organizaci¨®n terrorista fue derrotada, pero bastantes historiadores, como Luis Castells, matizan esa conclusi¨®n: ¡°ETA fue derrotada, pero no est¨¢ del todo deslegitimada. Hay que construir la convivencia sobre la verdad¡±, se?ala. El periodista Gorka Landaburu, v¨ªctima de la banda, lo dice de otra manera: ¡°Tenemos que pasar p¨¢gina, pero antes hay que leerla bien¡±.
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