Rosario Porto: ¡°No creo que jam¨¢s se me cicatrice la herida sangrante que padezco¡±
La mujer condenada por el asesinato de Asunta Basterra habl¨® del crimen que siempre neg¨®, de la vida con su hija y de sus intentos de suicidio en una carta enviada a El Pa¨ªs en 2017
En verano de 2017, meses despu¨¦s de acabar hospitalizada por un intento de suicidio en la c¨¢rcel coru?esa de Teixeiro, Rosario Porto hac¨ªa llegar una carta de su pu?o y letra a la corresponsal¨ªa en Galicia de EL PA?S explicando por qu¨¦ lo hab¨ªa hecho. A lo largo de nueve p¨¢ginas en hojas arrancadas de una libreta cuadriculada, la mujer condenada a 18 a?os junto a su exmarido, Alfonso Basterra, por el asesinato de su hija, la peque?a Asunta Yong-Fang (¡°aroma eterno¡±), en 2013, hablaba tambi¨¦n del ¡°amor profesado¡± a la ni?a de origen chino. Daba su visi¨®n sobre la instrucci¨®n dirigida en Santiago por el juez V¨¢zquez Ta¨ªn y repasaba abundantes detalles que seg¨²n ella se hab¨ªan querido obviar para construir la historia que se buscaba, tanto desde la justicia y la Guardia Civil como desde los medios de comunicaci¨®n.
La larga misiva nunca lleg¨® a publicarse. Porto dio su consentimiento expreso para ello, pero entonces se consider¨® que era una nueva amenaza de suicidio de una convicta. En la carta Porto hablaba sobre el reciente intento de quitarse la vida con una sobredosis de ansiol¨ªticos de la que hab¨ªa hecho acopio a escondidas y libraba de toda culpa a su psiquiatra. ¡°La ¨²nica responsable fui yo¡±, insist¨ªa, ¡°que de forma serena y muy meditada, pensada y razonada, trat¨¦ de acabar con mi amarga existencia porque, en ese momento, ese era mi ¨²nico deseo y lo que percib¨ªa como uno de los pocos derechos que todav¨ªa poseo: El derecho a decidir sobre mi propia vida y muerte¡±.
Despu¨¦s de intentar acabar con su vida en las prisiones de Teixeiro y A Lama (Pontevedra), Rosario Porto apareci¨® ahorcada con el cintur¨®n de su bata malva el pasado mi¨¦rcoles por la ma?ana en la celda que ocupaba actualmente en la c¨¢rcel de Brieva (?vila). Desde que ten¨ªa 20 a?os, esta abogada que ahora ya hab¨ªa cumplido los 51 hilvan¨® largas temporadas de depresi¨®n que se agravaron en los ¨²ltimos meses de vida de Asunta Basterra y despu¨¦s de su encarcelamiento. Porto fue detenida mientras velaba el cuerpo de la ni?a en el tanatorio de Santiago, al principio de la investigaci¨®n que se abri¨® en la madrugada del 22 de septiembre de 2013, cuando dos hombres descubrieron el cad¨¢ver colocado junto a un camino forestal del municipio de Teo, lim¨ªtrofe con la capital de Galicia.
La autopsia revel¨® que la chiquilla hab¨ªa sido drogada con al menos 27 comprimidos de Orfidal y asfixiada por oclusi¨®n de la boca y la nariz con un objeto blando. Los padres, que manten¨ªan buena relaci¨®n tras su divorcio, hab¨ªan denunciado la noche del 21 su desaparici¨®n. La madre fue arrestada el 24, antes del funeral, y el padre, periodista de profesi¨®n, poco despu¨¦s. Los an¨¢lisis del cabello de la v¨ªctima, que estaba a punto de cumplir 13 a?os, revelaron que desde hac¨ªa al menos tres meses su cuerpo estaba recibiendo ansiol¨ªticos como los que ten¨ªa pautados Porto por el psiquiatra.
En su carta, escrita desde la prisi¨®n de A Lama, la madre describ¨ªa el ¡°fat¨ªdico y asqueroso d¨ªa¡± de la muerte de su hija. ¡°Desear¨ªa que todos los d¨ªas 21 desapareciesen del calendario¡±, comentaba: ¡°Siento enloquecer y me hundo todav¨ªa m¨¢s en un negro y profund¨ªsimo pozo de desgarro, dolor y desesperaci¨®n¡±. ¡°No creo que jam¨¢s se me cicatrice la herida sangrante que padezco¡±, lamentaba la reclusa.
¡°En la investigaci¨®n del asesinato de mi princesa solo hubo precipitaci¨®n e incompetencia¡±, clamaba en otro p¨¢rrafo. Y calificaba de ¡°parad¨®jica¡± la ¡°transformaci¨®n¡± de los agentes del equipo de la Guardia Civil que llev¨® el caso, el mismo que seg¨²n Porto lo estaba haciendo ¡°tan bien¡± en el de la muerte de Diana Quer. ¡°A consecuencia de una intoxicaci¨®n medi¨¢tica y judicial que jam¨¢s hubiera podido imaginar¡±, denunciaba, ¡°nos convertimos [ella y Alfonso Basterra] en unos monstruos que tras una falsa imagen de id¨ªlica familia escond¨ªan mentiras¡±.
Durante la madrugada en la que apareci¨® el cuerpo, seg¨²n Porto ella ¡°solo ten¨ªa fuerzas y algo de lucidez para pensar que eso no pod¨ªa estar pasando¡±: ¡°Mi ¨²nica obsesi¨®n era convencerles de que seguro que [el cad¨¢ver de una menor de origen asi¨¢tico que hab¨ªa aparecido] no era mi princesita, que ella ten¨ªa que seguir viva¡±. Seg¨²n la madre de Asunta, la ¡°buena relaci¨®n¡± con su exmarido ¡°rompi¨® los esquemas¡± de los investigadores. ¡°Cualquiera que se fijase en nuestro hogar se dar¨ªa cuenta al instante de que mi ni?a era el eje gravitacional en torno al cual giraban nuestras vidas¡±, reprochaba: ¡°Es obvio que fueron incapaces de percibir el amor y dedicaci¨®n¡±. Asunta, adoptada con un a?o de edad en la ciudad de Yongzhou, era seg¨²n Porto su ¡°hija del coraz¨®n¡±.
Rosario Porto, que siempre neg¨® la autor¨ªa del crimen (al igual que Basterra) hac¨ªa adem¨¢s un prolijo repaso a los cabos sueltos de una causa que se resolvi¨® por una concatenaci¨®n de ¡°indicios¡± ante la ¡°falta de prueba directa¡±, tal y como reconoc¨ªa el magistrado de la Audiencia de A Coru?a Jorge Cid en la sentencia. ¡°Estoy tan horrible, brutal e irremediablemente da?ada con algunos colectivos profesionales que en no pocas ocasiones me cuesta evaluar mi presente situaci¨®n con mesura y racionalidad¡±, conclu¨ªa: ¡°No entiendo nada, mi perplejidad, desesperaci¨®n e impotencia son absolutos¡±.
¡°Faltaban exactamente nueve d¨ªas para celebrar el cumplea?os¡± de Asunta. ¡°Ser¨ªa el primero que iba a celebrar con sus compa?eros del instituto, y eso a m¨ª me reportaba una gran tranquilidad y alegr¨ªa¡±, recordaba la madre. ¡°Porque los dos a?os anteriores, en primero y en segundo de ESO, se notaba demasiado la diferencia de edad [la estudiante hab¨ªa sido adelantada un curso por ser considerada de ¡°altas capacidades¡±] y le cost¨® mucho encajar en el entorno. A m¨ª eso me ten¨ªa preocupad¨ªsima¡±, relataba la acusada que fue considerada culpable en 2015 por un jurado popular. El tribunal concluy¨® que los exc¨®nyuges hab¨ªan matado a su hija de com¨²n acuerdo, y Basterra sigue cumpliendo prisi¨®n en el primer penal en el que ingresaron ambos, la c¨¢rcel de Teixeiro. La sentencia fue confirmada tras sucesivos recursos que llegaron hasta el Supremo, y el Constitucional ya no admiti¨® a tr¨¢mite el ¨²ltimo intento de Porto.
¡°Me doy cuenta de lo sumamente est¨²pida y biso?a que soy¡±, escrib¨ªa Porto en referencia a esa historia ¡°falsa¡± que seg¨²n ella y su exmarido se construy¨® desde la investigaci¨®n y la prensa. ¡°Desde el minuto uno todo estuvo tan claro y transparente que no entiendo c¨®mo no lo vi¡±, dec¨ªa a rengl¨®n seguido: ¡°?A qui¨¦n le importaba lo m¨¢s m¨ªnimo lo que en realidad le hubiese pasado a mi tesoro salvo a m¨ª, ¨²nica garante de salvaguardar su memoria?¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.