La Universidad de Vigo entrega compresas y tampones gratis a estudiantes y profesoras
La Unidad de Igualdad impulsa esta medida pionera en Espa?a para hacer frente a la pobreza menstrual, tras a?os de iniciativas similares dentro del campus
Entrar a un ba?o de acceso p¨²blico es una experiencia casi rutinaria en un pa¨ªs como Espa?a. Siempre se espera encontrar lo mismo: papel higi¨¦nico y jab¨®n al acceso de todos. Parece una obviedad cuando se trata de esos elementos, pero la naturalidad se rompe cuando se introducen productos menstruales, a pesar de que tambi¨¦n son b¨¢sicos. La Universidad de Vigo ha estrenado este mes una medida que busca hacer exactamente eso, poner compresas y tampones a disposici¨®n de trabajadoras y estudiantes de forma gratuita. Este programa, pionero en el pa¨ªs, busca hacer frente a la pobreza menstrual, la tasa rosa e impulsar un cambio en c¨®mo se percibe la regla. ¡°Con esta iniciativa peque?ita, lo que queremos es sumar a ese cambio de cultura que nuestro alumnado demanda. El patr¨®n neutro siempre se pens¨® que es el hombre, entonces por eso se cree que la menstruaci¨®n es un problema secundario¡±, explica ?gueda G¨®mez, directora de Igualdad de la Universidad de Vigo.
Actualmente los productos sanitarios menstruales tienen un IVA del 10% en Espa?a. El Gobierno anunci¨® una reducci¨®n al 4%, el que llevan los productos de primera necesidad. Pero se perdi¨® con el rechazo a los presupuestos de 2019. Aun as¨ª, el problema no se ci?e solo a este gravamen: los productos para mujeres tienden al sobreprecio. Hay casos muy conocidos como el de las maquinillas de afeitar que pueden costar el doble solo por ser catalogadas como femeninas y llevar el color rosa o derivados. Sin embargo, no son los ¨²nicos. Las compresas y tampones tienen precios muy vol¨¢tiles y en ocasiones arbitrarios. En un informe presentando en abril de 2015 por la asociaci¨®n de consumidores Facua se compararon los valores de las compresas, tampones y similares en seis cadenas de supermercados. Los productos estaban etiquetados con costes que variaban hasta en un 400%.
G¨®mez recalca esos datos, que son un problema mundial, cuando recuerda que no es la primera vez que se aprueba una medida as¨ª en Europa. Escocia, por ejemplo, empez¨® con una medida similar y el a?o pasado aprob¨® el acceso universal y gratuito para todas sus ciudadanas. La encargada de Igualdad explica que el primer paso fue poner un enfoque de g¨¦nero en los presupuestos anuales de la universidad. Esto permiti¨® que se inyecten fondos a la compra de compresas y tampones para las trabajadoras y alumnas. Sin embargo, G¨®mez aclara que la nueva medida tambi¨¦n es el resultado de varios a?os de iniciativas org¨¢nicas. Se?ala una de la delegaci¨®n de estudiantes de Ourense, que dejaba cajas con productos menstruales en todos los ba?os. Adem¨¢s, asegura que la campa?a del D¨ªa Internacional de la Mujer de hace dos a?os fue clave porque se centr¨® en la menstruaci¨®n.
La historia de ese 8-M de 2019 empez¨® con una cadena de inspiraci¨®n que conect¨® a seis estudiantes gallegas con una poeta y artista india en Canad¨¢. Esta ¨²ltima es Rupi Kaur, quien rompi¨® los estigmas de la menstruaci¨®n en las redes sociales cuando Instagram descolg¨® y censur¨® varias im¨¢genes en las que se mostraba su sangre menstrual. Ante esto, Kaur escribi¨® un poema que dice, entre otras cosas: ¡°Menstruamos y lo ven como algo sucio. Una b¨²squeda de llamar la atenci¨®n. Enfermo. Como si este proceso fuese menos natural que respirar¡±. Estos versos traducidos al gallego protagonizaron ¡ªen contraste con el rojo intenso de la pintura sobre una compresa¡ª una fotograf¨ªa de la estudiante de Bellas Artes Nuria Ferreiro. Esta instant¨¢nea se convirti¨® en la imagen del D¨ªa de la Mujer en el campus e inspir¨® la exposici¨®n de cinco compa?eras de la carrera de Educaci¨®n Social sobre los estigmas que rodean a la regla.
La muestra fue organizada por Tania G¨¢ndara, Iria Junco, Sonia Leiro, Iria Li?ares y Ana Mella. Se despleg¨® por todo el edificio de facultades del campus de la Universidad de Vigo en Ourense. G¨¢ndara explica que buscaban provocar las reacciones y la participaci¨®n de todos los que pasasen por la planta baja de la edificaci¨®n. Por eso colocaron una gran compresa manchada de rojo, inspirada por Ferreiro, en la pared con una frase: ¡°M¨ªrame. No doy asco¡±. Adem¨¢s, compilaron fotograf¨ªas de activistas e hicieron peque?as pinturas con su propia sangre. Pero los elementos que causaron m¨¢s resistencia fueron carteles en los ba?os de hombres y una pancarta participativa en la entrada, seg¨²n explica G¨¢ndara. En el primer caso, se trataba de una fotograf¨ªa de un retrete manchado de sangre acompa?ado de una frase y en el segundo del dibujo de una vagina en la que cada persona pod¨ªa poner una gota de sangre con un tintero. ¡°?Qu¨¦ pas¨®?, pues que las de los ba?os de las chicas estaban ¨ªntegras y las de los chicos nos las destruyeron en una semana. La pancarta con la tinta tambi¨¦n acab¨® en la papelera¡±, relata.
Los pasillos de la Facultad de Educaci¨®n y Trabajo Social, en Ourense, hoy no tienen ninguna huella de la exposici¨®n de estas estudiantes o de las muchas otras alumnas y profesoras que contribuyeron a que tenga un impacto. Pero un peque?o anuncio en la cartelera derecha, a las puertas del edificio, es la materializaci¨®n del esfuerzo de todas: ¡°COMPRESAS¡±, dice, invitando a quien las necesite a pedirlas en la delegaci¨®n de estudiantes unos pisos m¨¢s arriba. Ferreiro y G¨¢ndara confiesan que jam¨¢s esperaron tener tanto ¨¦xito, pero no ocultan su orgullo al formar parte de una medida que puede ser copiada ahora por cualquier instituci¨®n de Espa?a. ?gueda G¨®mez insiste en que esperan que ese sea el efecto, ya demostraron que es posible.
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