El mosaico romano que recorri¨® 14.112 kil¨®metros vuelve a su punto de partida en Galicia
El pavimento descubierto en Panx¨®n en el siglo XIX, vendido y perdido en el mercado internacional, fue reencontrado en 2018 en Nueva York y regresa a casa tras un tortuoso proceso de compra y repatriaci¨®n por los vecinos
Naci¨® en el siglo III para estar siempre en casa, pero desde que fue descubierto, en una finca particular durante unas obras, antes de 1850, ha completado un periplo de al menos 14.112 kil¨®metros a lo largo y ancho del planeta hasta volver al punto de partida, en Nigr¨¢n (Pontevedra). As¨ª lo calcula y lo cuenta por WhatsApp el abogado de ra¨ªces gallegas Gonzalo Fern¨¢ndez-Tur¨¦gano mientras tira de la wifi del avi¨®n que lo lleva a Nueva York y lo aleja del lugar a donde este mi¨¦rcoles, tras un largu¨ªsimo y tortuoso viaje de retorno, se trasladaba por fin el Mosaico Romano de Panx¨®n. La pieza que representa una escena marina fue durante muchos a?os un fantasma. Una imagen so?ada a partir de alguna menci¨®n, alguna descripci¨®n y alguna foto antigua de estudiosos del pasado, pero su rastro se hab¨ªa perdido en los vaivenes del mercado internacional del arte. Hasta que en 2018 Fern¨¢ndez-Tur¨¦gano, amante de los objetos art¨ªsticos, de los libros, los museos y las galer¨ªas, muy vinculado a Nueva York por razones de trabajo, redescubri¨® el mosaico entre la colecci¨®n de la casa de antig¨¹edades Carlton Hobbs, de Upper East Side, en Manhattan.
De ni?o, Fern¨¢ndez-Tur¨¦gano ya sent¨ªa fascinaci¨®n por la historia y el arte, y se quedaba obnubilado contemplando la foto en blanco y negro del mosaico que aparec¨ªa en un grueso libro sobre la historia del ¨¢rea de Vigo, en casa de sus t¨ªos. La imagen reproduc¨ªa el fragmento ¡ªde casi un metro cuadrado¡ª que se conservaba de un pavimento romano mucho m¨¢s grande y ya destruido, que hab¨ªa decorado una estancia de una antigua villa en O Castro de Panx¨®n, una pen¨ªnsula lamida por las olas del municipio pontevedr¨¦s de Nigr¨¢n. Aquel retazo representaba un m¨²jol y un par de almejas trazadas con teselas que hoy se sabe que son de colores. Los animales aparec¨ªan sobre un mar que se resolv¨ªa con trazos conocidos como ¡°moscas de agua¡±, el mismo s¨ªmbolo hallado en otros mosaicos ib¨¦ricos de tem¨¢tica oce¨¢nica. El texto que acompa?aba en aquel libro la imagen recog¨ªa explicaciones del arque¨®logo ya fallecido Fernando Acu?a Castroviejo, que hab¨ªa perseguido la pieza. Fue as¨ª como, durante d¨¦cadas, el mosaico marino que lo fascinaba en las vacaciones gallegas de su infancia qued¨® grabado en la retina del letrado y ejecutivo de banca afincado en Madrid.
Hace siete a?os, el redescubridor de esta joya se la encontr¨® ¡°por casualidad¡± en el cat¨¢logo de Carlton Hobbs y con un grupo de amigos, familiares, expertos en arte y vecinos de Nigr¨¢n impuls¨® una iniciativa ciudadana para recobrar el mosaico y devolverlo a su tierra. El colectivo logr¨® la implicaci¨®n del Ayuntamiento, y entre la aportaci¨®n del consistorio, 40.000 euros, y una campa?a de micromecenazgo, la Asociaci¨®n por la Repatriaci¨®n del Mosaico logr¨® reunir en 2022 el dinero necesario, 58.000 euros, para comprar el objeto, que se conserva encastrado en una mesa del siglo XIX.
El proceso de recuperaci¨®n fue muy lento, por momentos desalentador: ¡°Hemos tenido mil dificultades¡±, recuerda Fern¨¢ndez-Tur¨¦gano. ¡°Cuando est¨¢bamos constituyendo la asociaci¨®n, surgi¨® la pandemia de covid; el micromecenazgo fue despacio; el vendedor acord¨® entregarnos el mosaico en Londres y por el Brexit se present¨® un nuevo escollo, el IVA en la importaci¨®n a Espa?a... pasaron meses hasta conseguir la exenci¨®n¡±, enumera el abogado los problemas. ¡°Pero al final, con la colaboraci¨®n econ¨®mica del Ayuntamiento de Nigr¨¢n y de todos los amigos y donantes hemos logrado el objetivo¡±, celebra mientras vuela sobre el Atl¨¢ntico.
Ahora el titular del mosaico es el consistorio, despu¨¦s de recepcionar la pieza en un acto oficial en la galer¨ªa Colnaghi de Madrid, tres a?os despu¨¦s de efectuarse la compra. El objeto arrib¨® a la Colnaghi de Londres, colaboradora en Europa de Carlton Hobbs, en marzo de 2023 y all¨ª tuvo que aguardar su repatriaci¨®n, despu¨¦s de un cuarto de siglo en el exilio, hasta finales de noviembre de 2024. Desde entonces el mosaico estuvo expuesto y este mi¨¦rcoles cubri¨® los ¨²ltimos 600 kil¨®metros de su agitada historia contempor¨¢nea. A partir de ahora quedar¨¢ expuesto en el sal¨®n de plenos de este municipio costero, dentro de una musealizaci¨®n de la empresa ?rbore Arqueolox¨ªa, encargada de excavaciones en la zona, hasta que se ubique en otro espacio definitivo.
Seg¨²n Acu?a Castroviejo (1945-2016), que document¨® la existencia del mosaico en los a?os setenta, la familia Puga de Nigr¨¢n se top¨® con este tesoro en una fecha anterior a 1850, durante unas obras en su parcela al borde del mar. El mosaico era mucho m¨¢s grande, aunque los Puga salvaron de la destrucci¨®n un solo fragmento, y encargaron una mesa de tijera, al estilo romano, para embutirlo y conservarlo. La primera propietaria fue Umbelina Gonz¨¢lez Lavandeira, ¡°viuda del se?or Puga¡±, seg¨²n reza un manuscrito del siglo XIX. Pero, con los a?os, aquella familia vendi¨® el mueble a Ricardo Blanco-Cicer¨®n, uno de los mayores coleccionistas de arte que ha habido en Galicia, fallecido en Santiago en 1926. Tras d¨¦cadas de silencio, en el a?o 2000 la pieza reaparec¨ªa en Castellana Subastas (Madrid) y la compraba por algo menos de dos millones de pesetas un pujador dan¨¦s. En 2012 el mosaico ya hab¨ªa llegado a Nueva York, pero en Galicia se le hab¨ªa perdido el rastro, hasta que seis a?os despu¨¦s Fern¨¢ndez-Tur¨¦gano se encontr¨® aquella imagen del pez que ten¨ªa tatuada en la memoria cuando se distra¨ªa mirando un cat¨¢logo de Carlton Hobbs en internet.
¡°En un viaje a Nueva York qued¨¦ con Carlton Hobbs para ir a verlo. [El marchante] no ten¨ªa ni idea del origen, aunque el entonces conservador de arte romano del Metropolitan Museum, Carlos Pic¨®n, lo hab¨ªa identificado como un mosaico lusitano del siglo III¡±, explicaba hace dos a?os a EL PA?S este rescatador de la pieza. ¡°Le coment¨¦ que me interesaba repatriarlo, y me dijo que si era para exponer, estaba dispuesto a rebajar el precio, de 75.000 a 58.000 d¨®lares¡å.
Constituida la Asociaci¨®n para la Repatriaci¨®n del Mosaico Romano de Panx¨®n, en octubre de 2020 el colectivo firm¨® un acuerdo de reserva con el marchante especializado en mobiliario de la aristocracia europea y la gerente de su galer¨ªa, Stefanie Rinza. ¡°Nuestro trabajo es el de encender la chispa y despu¨¦s apartarnos a un discreto plano. La gloria de cortar la cinta se la dejamos a los pol¨ªticos¡±, promet¨ªa tambi¨¦n entonces Fern¨¢ndez-Tur¨¦gano, que ha peleado, con amigos y vecinos de Nigr¨¢n, de principio a fin, pero no ha podido estar en Galicia para presenciar el final de la aventura.
Vasijas pescadas por marineros
Tal y como describe el manuscrito citado por Acu?a Castroviejo, el fragmento conservado es solo una esquina de una escena en la que habr¨ªa tambi¨¦n algo semejante a ¡°castillos¡± y ¡°mu?ecos¡±. Pero como el mosaico estaba ¡°tirado¡±, dec¨ªa aquel texto del XIX, todo eso se rompi¨®. En el lugar del hallazgo, un pe?¨®n rocoso que marca la separaci¨®n entre dos playas, junto al puerto marinero de Panx¨®n, nunca se lleg¨® a excavar, pero el top¨®nimo de O Castro siempre habl¨® de lo que la tierra all¨ª esconde bajo fincas privadas, edificios, un club n¨¢utico, un muelle y chal¨¦s de veraneo. Durante a?os, siempre fortuitamente, aparecieron varias se?ales: un taller de alfarer¨ªa romano, un ara dedicada a Mercurio o anforetas pescadas por los barcos en la bah¨ªa.
Entre la Nochevieja y el A?o Nuevo de 2023, cuando el mosaico ya hab¨ªa sido comprado y aguardaba para viajar a Londres, un fiero temporal derrumb¨® parte del acantilado. En el desplome salieron a la luz cientos de restos arqueol¨®gicos: molinos, cer¨¢mica, huesos y materiales de construcci¨®n de hace dos milenios. La casualidad quiso que el primero en descubrirlo y dar la voz de alarma fuese un vecino tambi¨¦n involucrado en el rescate del mosaico, el arque¨®logo y profesor de Historia en la ESO Gustavo Pascual, vicepresidente segundo de la Asociaci¨®n para la Repatriaci¨®n. Hab¨ªa aprovechado una tregua en la borrasca para salir de paseo y se encontr¨® con la sorpresa.
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