Una bandera de Espa?a te?ida de rosa para recordar al hombre que visibiliz¨® el sida
Arco lleva a las calles de Madrid una acci¨®n art¨ªstica que homenajea a Pepe Espali¨², fallecido en 1993
Las banderas de Espa?a han proliferado en los balcones en los ¨²ltimos a?os, pero la que luce desde una de las viviendas de la plaza de Cascorro de Madrid es rosa. Su autor, el guatemalteco Esvin Alarc¨®n Lam, rinde homenaje con ella al tambi¨¦n artista Pepe Espali¨² (C¨®rdoba 1955-1993), una de las primeras personas que visibilizaron el sida en Espa?a.
¡°Me llamaron unos desconocidos al telefonillo y me dijeron que si quer¨ªa formar parte de una acci¨®n art¨ªstica. Les dije: subid ahora mismo¡±, cuenta en el sal¨®n de su casa la propietaria de la terraza en la que ahora cuelga la ense?a rosada, que prefiere identificarse con el que dice que es su ¡°nombre de guerra¡±, Brinca. Despu¨¦s de conocer su significado, la ha colocado junto a otros dos s¨ªmbolos que ondean desde hace a?os en sus ventanas. Uno es el pa?uelo verde que ha aparecido en las marchas internacionales que piden la despenalizaci¨®n del aborto y el otro es una bufanda morada feminista.
El remozado emblema espa?ol de Alarc¨®n Lam lleg¨® el domingo pasado al barrio como parte de El requerimiento, una de las propuestas que forman parte de la feria de arte Arco 2020, que se celebra en el recinto de Ifema hasta el domingo. Recal¨® en un principio en un piso del n¨²mero 4 de la plaza madrile?a, en el que vive un amigo del gestor art¨ªstico Paco Mart¨ªn (La Pelubrer¨ªa), que ha ayudado a impulsar esta acci¨®n. El voluntario, argumentando problemas con los vecinos de su bloque, prefiri¨® retirarla d¨ªas despu¨¦s. Los responsables de la iniciativa buscaron entonces a alguien que quisiera adoptarla hasta que termine el sal¨®n de arte contempor¨¢neo. As¨ª es como este viernes lleg¨® a casa de Brinca.
Alarc¨®n Lam ha querido que su particular bandera recorriera algunos de los lugares de la ciudad por los que pas¨® Espali¨² el 1 de diciembre (D¨ªa Mundial del Sida) del a?o 1992 durante su performance titulada Carrying. El artista fue entonces desde el Congreso de los Diputados hasta el Museo Reina Sof¨ªa sin pisar el suelo y con los pies descalzos. Era el representante de los excluidos por culpa del sida, una enfermedad en ese momento repudiada y por la que falleci¨® menos de un a?o despu¨¦s. La solidaridad de los muchos voluntarios, que iban cargando en sus brazos con el cordob¨¦s, le permitieron llegar a su destino. Entre ellos, se encontraba Carmen Romero, esposa del que era el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez.
Ese mismo d¨ªa, el artista publicaba una tribuna en EL PA?S titulada Retrato del artista desahuciado. ¡°Es este s¨®rdido t¨²nel el que de forma s¨²bita y violenta me ha hecho volver a la superficie. El sida me ha forzado de forma radical a un estar ah¨ª. Me ha precipitado en su ser como pura emergencia¡±, dec¨ªa en su descarnado texto. (Puedes leerlo al completo al final de este art¨ªculo)
Una de las im¨¢genes de esta gesta colectiva tomada por el fot¨®grafo Bernardo P¨¦rez fue portada del peri¨®dico. El galerista Joaqu¨ªn Garc¨ªa tambi¨¦n estuvo all¨ª en 1992. ¡°Tanto el texto como la acci¨®n fueron una bomba en aquella Espa?a. Yo era un estudiante de arte. Aprend¨ªa mucho sobre el Barroco y el Renacimiento, pero no sab¨ªa nada de las tendencias creativas del momento. Ver a un hombre plantarse as¨ª y hablar en primera persona, como no hab¨ªa hecho nadie antes, sobre la fragilidad de esa enfermedad supuso una revoluci¨®n¡±, cuenta Garc¨ªa desde Arco. Garc¨ªa organiz¨® en 2018 una antolog¨ªa de la obra del cordob¨¦s para conmemorar el 25 aniversario de su muerte y celebra haber vendido dos de sus obras en Arco 2020. Una de ellas, apunta, ha ido a parar a la colecci¨®n Masaveu, que expone parte de su cat¨¢logo en su sede del barrio de Chamber¨ª.
La bandera espa?ola del guatemalteco Esvin Alarc¨®n Lam no solo se ti?e de rosa para enfrentar un s¨ªmbolo considerado a menudo como patriarcal con ideas relacionadas con lo femenino o los derechos de la comunidad LGTBI+. El artista tambi¨¦n ha sustituido el lema imperialista Plus Ultra de su escudo por Abya Yala, nombre ind¨ªgena con el que se conoce el continente americano. Combina as¨ª s¨ªmbolos considerados opuestos ¡°para generar fricci¨®n entre ellos e invitar a un di¨¢logo, en vez de generar un enfrentamiento ideol¨®gico¡±, explica el autor por tel¨¦fono, que expone en Arco 2020 dentro del espacio Henrique Faria Fine Art de Nueva York.
A Brinca, su inesperada aliada desde la plaza de Cascorro madrile?a y nieta de cubanos, le resulta muy pertinente este doble recuerdo a Latinoam¨¦rica y, en especial, al hombre que visibiliz¨® el sida en Espa?a. A finales de 2018, Espa?a llevaba una d¨¦cada sin apenas descender sus registros de nuevos diagn¨®sticos, cerca de 4.000 por a?o, seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad. ¡°Est¨¢ la gente tonta con el coronavirus, cuando el sida sigue estando aqu¨ª¡±, protesta Brinca quien tiene intenci¨®n de la bandera permanezca en su balc¨®n m¨¢s tiempo del que dure la feria de arte contempor¨¢neo en Madrid.
Retrato del artista desahuciado, por Pepe Espali¨²
Para los que ya no viven en m¨ª.
Algunos creen que el arte es una forma de entender el mundo. En mi caso, siempre fue la manera de no entenderlo..., de no o¨ªrlo. Comenc¨¦ haciendo del arte una topera en la que sobrevivir en el subsuelo, manteni¨¦ndome ajeno y protegido de una Realidad que siempre viv¨ª como insoportable. El arte ha sido mi gran coartada,... Un estar fuera de algo que siempre me fue extra?o, anclado en par¨¢metros que nunca compart¨ª.
Mi homosexualidad fue el primer signo de exclusi¨®n de ese mundo. Los homosexuales hemos aceptado cobardemente vivir dentro de un esquema social impuesto del que estamos excluidos y con el que nada tenemos que ver. Limitados por el miedo al rechazo de nuestra condici¨®n sexual, hemos abolido sus leg¨ªtimas y necesarias formas de expresi¨®n. El mundo que nos rodea en nada nos concierne: no nos concierne su modelo de estructura social, basado desde su origen solo en la idea de familia. No nos concierne su modelo jur¨ªdico, que no tiene en cuenta en ning¨²n momento la posibilidad de la existencia legal ole la pareja homosexual y que en nada contempla nuestros derechos. No nos concierne su modelo religioso, hoy dependiente de los prop¨®sitos y desvar¨ªos hom¨®fobos y reaccionarios de Juan Pablo II. No nos concierne su modelo pol¨ªtico, en el que en ning¨²n momento nos vemos representados como colectivo. No nos concierne su modelo publicitario, ya que los medios de comunicaci¨®n son reflejo de una sola forma de relaci¨®n de pareja, excluyendo de sus im¨¢genes nuestra diferente forma de ser y de amar.
Nosotros, homosexuales, hemos sido obligados a inventarnos un mundo paralelo, construido a partir de nuestro peculiar modo de entender sus leyes, sus instituciones, sus creencias y su forma de concebir el amor.
Frente a esta perpetua otredad en la que vives, frente a un estar en el mundo que ni comprendes ni te interesa, y al que sientes perennemente agresivo con todo aquello que eres y como eres, s¨®lo el arte me ofreci¨® la posibilidad de crear una silenciosa mentira que se convirti¨® en mi ¨²nica verdad, ¨²ltimo reducto de lo real... Escultor de esa topera laber¨ªntica en la que mil pasillos subterr¨¢neos se entrecruzan; perdido en sus t¨²neles sombr¨ªos, sorprendido en senderos sin final. Existencia reducida a Resistencia. En ese vivir subterr¨¢neo he o¨ªdo al mundo tan s¨®lo como un rumor que ven¨ªa de all¨¢ arriba y he desarrollado mi arte y mi ser sin conexi¨®n con una realidad que decid¨ª no ver. El artista es una paradoja, pues configura la mirada de los otros para continuar ¨¦l mismo en una completa ceguera. Inventa la visi¨®n de los dem¨¢s obteniendo a cambio la garant¨ªa de su oscuridad. En ese subterr¨¢neo que has elegido, s¨®lo percibes fragmentos imprecisos y construyes con ellos una verdad supuesta.
Un d¨ªa ese rumor de arriba se hace m¨¢s intenso. Un insistente ruido ensordece tus o¨ªdos... Est¨¢n perforando un pozo que, desde la superficie, avanza poco a poco en profundidad, atravesando la quietud de la topera. Desde ese rumor oyes que lo llaman "sida".
El sida es ese pozo por donde hoy escalo ladrillo a ladrillo, tiznando mi cuerpo al tocar sus negras paredes, ahog¨¢ndome en su aire denso y h¨²medo... Y sin embargo, es este s¨®rdido t¨²nel el que de forma s¨²bita y violenta me ha hecho volver a la superficie. El sida me ha forzado de forma radical a un estar ah¨ª. Me ha precipitado en su ser como pura emergencia. Agradezco al sida esta vuelta impensada a la superficie, ubic¨¢ndome por primera vez en una acci¨®n en t¨¦rminos de Realidad. Quiz¨¢s esta vez, y me es indiferente si se trata de la ¨²ltima, mi hacer como artista tiene un sentido pleno, una absoluta uni¨®n con un l¨ªmite existencial que siempre rond¨¦ sin conocerlo del todo, bailando con ¨¦l sin nunca llegar a abrazarlo. Hoy s¨¦ cu¨¢l es la verdadera dimensi¨®n de ese l¨ªmite. Hoy he dejado de imaginarlo. Hoy yo soy ese l¨ªmite.
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