¡°Esto va a ser duro¡±: as¨ª viven 150 personas sin hogar en Ifema

Desde el viernes 150 personas en Madrid han cambiado el cart¨®n por una manta roja. El suelo por un catre de lona azul. Y el toldo de estrellas por el techo met¨¢lico del pabell¨®n 14 de Ifema, un recinto ferial en el que tambi¨¦n se ha instalado, en otra zona, recursos hospitalarios para atender a pacientes afectados por la Covid-19. ?C¨®mo es la nueva vida de estas personas sin hogar en el albergue de emergencia abierto en el recinto ferial?

¡°Sensaci¨®n de alivio, tranquilidad y descanso, porque han sido d¨ªas muy duros¡±. As¨ª describe Antonio, de 54 a?os, su llegada a la ¡°inmensidad¡± del pabell¨®n 14 tras pasar varias jornadas deambulando por Madrid y durmiendo donde le pillaba. Ante la necesidad de matar el tiempo, sus compa?eros improvisaban en la tarde de este s¨¢bado un concierto de rap.

Cuatro grandes televisiones en las que ellos mismos pueden elegir el canal es la atracci¨®n m¨¢s comentada. Aunque Antonio, fil¨®sofo, ha saboreado m¨¢s poder apartarse a leer tranquilo a un rinc¨®n. Durante el desayuno de caf¨¦ con leche y un pastel a elegir con o sin chocolate han comentado el suceso de la primera noche.

No hab¨ªa amanecido todav¨ªa el s¨¢bado cuando algunos de ellos empezaron a ver movimiento alrededor de una de las camas. Primero trabajadores del propio centro de acogida. Despu¨¦s de los servicios de emergencias. Y finalmente, tras infructuosas maniobras de reanimaci¨®n, el levantamiento del cad¨¢ver. Un hombre falleci¨®, seg¨²n fuentes municipales, debido a una ¡°parada cardiaca¡± sin que presentara s¨ªntomas compatibles con el coronavirus.

¡°Not¨¦ movimiento a mi alrededor, me despert¨¦ y vi que hab¨ªa sanitarios tratando de reanimarlo. M¨¢s de una hora¡±, relata Heliodoro, vecino de cama del fallecido. Su relato coincide con el de Mohamed, un marroqu¨ª que duerme tambi¨¦n cerca. ¡°Estuvieron con el masaje cardiaco m¨¢s de una hora¡±. ¡°Nuestra primera noche aqu¨ª y se muere uno. Estamos en shock¡±. Lo cuentan a trav¨¦s de sus tel¨¦fonos, pues no est¨¢ permitido el acceso de los medios de comunicaci¨®n.

¡°Era un hombre muy castigado y estos d¨ªas han sido agotadores. Ha podido ser eso¡±, aventura Antonio. Son decenas de personas las que han permanecido esta semana en la calle pese a las restricciones de movimiento impuestas por el decreto del estado de alarma del domingo pasado. ¡°?l ya descansa en paz. Somos nosotros los que seguimos aqu¨ª sufriendo¡±, sentencia Mohamed.

En el pabell¨®n 14 solo pueden vivir varones asintom¨¢ticos y a todos se les tom¨® la temperatura al llegar. Una vez dentro, no pueden volver a salir del recinto ferial. Uno ha intentado irse ya en las primeras horas. ¡°Aqu¨ª estamos seguros y si tenemos s¨ªntomas te llevan a otro sitio para cuidarte¡±, comenta Heliodoro, de 64 a?os y llegado a Espa?a hace 14.

El reto ser¨¢ aguantar un confinamiento que nadie sabe cu¨¢nto va a durar. ¡°Para los j¨®venes esto va a ser muy duro¡±, advierte Antonio, consciente de que algunos tendr¨¢n que luchar contra el ¡°s¨ªndrome de abstinencia¡±. No pueden ir m¨¢s all¨¢ de los alrededores del pabell¨®n, donde pueden fumar o pasear.

Coronavirus: preguntas y respuestas

La crisis global desatada por la epidemia del COVID-19 tiene un impacto enorme en distintos ¨¢mbitos. Esta gu¨ªa, en constante actualizaci¨®n, clasifica y aclara las dudas m¨¢s frecuentes.

A cada uno de los usuarios le corresponde un n¨²mero y se han organizado tres turnos: del 1 al 50, del 51 al 100 y del 101 al 150. Este s¨¢bado han comido garbanzos con bacalao, costilla de cerdo y una manzana. ¡°Aqu¨ª hay gente que quiere un hotel de cinco estrellas y que no saben convivir¡±, dice Heliodoro, de nacionalidad holandesa pero nacido en la isla de Curazao. ¡°Tenemos diez duchas y un ba?o grand¨ªsimo. Hasta podemos lavar la ropa y nos han dicho que van a traer libros¡±.

Completo nada m¨¢s abrir

El albergue se abri¨® en la tarde del viernes y sobre la marcha se completaron las 150 plazas. El Ayuntamiento reconoce que sus trabajadores ¡°est¨¢n desbordados¡± y que esta semana que entra se ampliar¨¢n las plazas, que pueden llegar hasta 600. Sigue habiendo en todo caso gente viviendo en la calle que estos d¨ªas se arriesgan a ser interceptados por la Polic¨ªa si los agentes consideran que est¨¢n incumpliendo la cuarentena.

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