¡°Hemos aprendido que est¨¢bamos haciendo las cosas demasiado r¨¢pido¡±
Gerbass, el bajista de la banda madrile?a Sidecars, conecta a trav¨¦s de FaceTime para contarnos el papel del pop y el rock en estos d¨ªas de aislamiento y darnos un par de recomendaciones musicales
Sidecars es una de las muchas bandas que se han subido al abstracto escenario de lnstagram para completar el cartel de festivales virtuales que amenizan la crisis del coronavirus. Hermanado con Pereza, el tr¨ªo forma parte del fen¨®meno del barrio de Alameda de Osuna que tambi¨¦n ha visto nacer a formaciones como Buenas Noches Rose y Le Punk. Gerbass, el bajista del grupo, conecta a trav¨¦s de FaceTime para contarnos el papel del pop y el rock en estos d¨ªas de aislamiento y darnos un par de recomendaciones musicales.
?Hab¨ªa tocado Sidecars en redes sociales antes del confinamiento?
Ha sido la primera vez. Le ha tocado a nuestro cantante Juancho actuar solo con la guitarra y representarnos a m¨ª y Ruly (bater¨ªa). Por mucha tecnolog¨ªa que haya para poder comunicarnos a distancia, tocar a la vez en estas circunstancias es un l¨ªo de coordinaci¨®n.
?C¨®mo eval¨²a estas semanas de encierro colectivo?
Hay que tranquilizarse. Las primeras semanas ha sido un proceso de adaptaci¨®n para quienes teletrabajan. Es el caso de mi mujer, por ejemplo, que es profesora. Nos ha tocado a todos controlar herramientas y protocolos diferentes a los que conoc¨ªamos. Espero que el hecho de haber asumido ya que tenemos que estar encerrados para proteger a personas m¨¢s vulnerables nos haga llevarlo mejor.
?C¨®mo ha afectado esta situaci¨®n al grupo?
Nos ha pillado mezclando el nuevo disco. Mi situaci¨®n es como la de un deportista de ¨¦lite, que no para de entrenar. No soy el mejor bajista, as¨ª que siempre hay algo que aprender. No dejas de tocar por tu cuenta. Quiz¨¢ es un momento de usar todo este tiempo para conocerse a uno mismo.
?Qu¨¦ echa de menos de Madrid ahora que no puede salir?
Mi Madrid son los paseos, las ca?as con los amigos, irte a conciertos cada dos por tres o a la presentaci¨®n de un libro. Pero las ca?as con los amigos al menos las puedo hacer v¨ªa FaceTime como lo estoy haciendo contigo, el Prado lo puedes visitar virtualmente, los conciertos los estamos dando desde casa¡ Toda esta cultura gratis en Internet es ¨²til para quitarnos el mono de todo el ocio que nos ofrece la cuidad mientras se agotan estos meses de espera hasta que recuperemos las calles, pero no es lo mismo. Salir de la sala de conciertos con el o¨ªdo zumb¨¢ndote tras ver a una banda tocando con sus amplificadores es muy diferente a que alguien en su sal¨®n toque en plan unplugged.
Siempre se habla del poder curativo de la m¨²sica cl¨¢sica. ?Con la m¨²sica popular pasa lo mismo?
Claro. Si est¨¢s con ansiedad, lo mejor es que te pongas algo tranquilito, como Richard Hawley o a Ron Sexsmith. Si te sientes con energ¨ªa, un buen rock. Y si estas m¨¢s relajado, por qu¨¦ no ponerte a Bach mientras lees un libro.
Las bandas no pueden vivir de las ventas digitales, lo hacen del directo.
Nosotros tres, como cabezas visibles de Sidecars, estamos m¨¢s cubiertos porque seguimos ingresando algo de dinero por derechos de autor. Pero nuestros otros tres compa?eros que tocan con nosotros en los conciertos, est¨¢n m¨¢s desprotegidos. Nuestra gira se ha retrasado y tambi¨¦n las otras en las que participan. Tendr¨ªa que haber un plan de contingencia de cara a a m¨²sica. Deber¨ªan buscarse nuevos ep¨ªgrafes laborales para todos los currantes de la m¨²sica y otros tantos profesionales. Es muy probable que este tipo de situaciones vuelva a ocurrir. Deber¨ªamos estar cubiertos para que no seamos unos vagabundos del futuro, esperando a ver qu¨¦ nos depara. Es bastante inquietante.
?Es un momento de aprendizaje?
Totalmente. En todos los ¨¢mbitos. Desde que empez¨® el siglo XXI hemos idos cogiendo una velocidad que nos ha llevado a una inercia imparable. Lo ¨²nico bueno de esta desgracia es que nos ha obligado a parar y darnos cuenta de que estamos haciendo las cosas demasiado r¨¢pido. No podemos controlarlo todo. El clima se nos va a la mierda y estamos destrozando nuestros recursos. Quiz¨¢ puedan surgir nuevas formas de organizaci¨®n en las que empaticemos m¨¢s con todo.
Aunque Sidecars no es rock cl¨¢sico, esto que dice no es un discurso muy rock & roll.
El pensar que no hay futuro y abrazar el lema del vive r¨¢pido y muere joven lo dejo para el punk. En el gremio musical est¨¢bamos en un momento saludable. La gente iba a muchos conciertos y volv¨ªa a consumir mucha m¨²sica. Nos estaba dando el suficiente trabajo como para no tener tiempo de estar poni¨¦ndonos hasta el culo.
Pero Madrid sigue sin resolver su eterno problema de alojar salas de capacidad media.
Seguimos igual desde que cerr¨® la sala Aqualung hace 15 a?os. En esta ciudad pasamos de La Riviera, que es para unas 2.000 personas, a un gigante como el Wizink Center. Aunque pueda acotarse a eventos desde 3.000 asistentes en adelante, es un lugar bastante impersonal. Es muy triste que no tengamos salas intermedias como en otras ciudades europeas. Incluso las de aforo de 400 personas, como puede ser la sala Sol, est¨¢n muy solicitadas y no es f¨¢cil encontrar fechas. Los gobiernos madrile?os no han prestado mucha atenci¨®n al ocio nocturno y a las salas les ha costado sobrevivir. Yo vivo al lado de los cines Canciller, que antes fue una sala de conciertos cerca la de plaza de Las Ventas, y tengo que ver c¨®mo est¨¢n haciendo un Lidl dentro.
Durante a?os, nos hemos preguntado qu¨¦ daban de comer en el barrio de Alameda de Osuna para que hubiera tantos m¨¢s grupos de m¨²sica. ?Sigue siendo as¨ª?
Cuando ten¨ªamos 16 o 17 a?os y la generaci¨®n anterior ten¨ªa unos 25, el plan era salir a la calle. Siempre ha sido un barrio tranquilo, cercano al aeropuerto y similar a un pueblo. Tenemos zonas verdes cerca, a diferencia de los del centro. Los m¨¢s guays eran los que llevaban guitarra, que adem¨¢s se iban de gira y conoc¨ªan mundo. As¨ª que no quer¨ªamos jugar al f¨²tbol como en otros barrios, quer¨ªamos ser guays tocando m¨²sica. Pero antes no hab¨ªa Netflix ni tantos videojuegos. Ya no es lo mismo.
A continuaci¨®n, un par de recomendaciones de Gerbass para relajarse en casa.
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