El Sol quiere brillar con m¨¢s fuerza a los 40
La m¨ªtica sala celebra su aniversario con m¨¢s de 30 conciertos, una exposici¨®n y nuevas fiestas noct¨¢mbulas
El 9 de octubre de 1979 era martes, Su¨¢rez dirig¨ªa el incierto destino del pa¨ªs desde la Moncloa, la UCD ultimaba el articulado de la Ley del Divorcio, Tierno Galv¨¢n declaraba la guerra al combustible di¨¦sel de taxis y autobuses en sus primeras semanas desde la alcald¨ªa, las Juventudes Comunistas suger¨ªan la legalizaci¨®n del porro y los vallecanos tomaban las calles para exigir la instalaci¨®n en el barrio de un aparato de rayos X. Y mientras tanto, en la c¨¦ntrica calle de Jardines, un rec¨®ndito s¨®tano al que se acced¨ªa a trav¨¦s de una escalera de caracol abr¨ªa sus puertas por vez primera con el prop¨®sito de convertirse en referencia musical y noct¨¢mbula en aquel Madrid reci¨¦n nacido a la democracia y a las puertas de la movida. Mucho ha cambiado la ciudad desde entonces, pero no a fisonom¨ªa sinuosa de esa escalinata que ha conducido hasta un rinc¨®n que contabiliza sus buenos 5.000 conciertos y sabe Dios cu¨¢ntos romances, confesiones, soponcios y saltos de alegr¨ªa. Y ahora, con el 40 aniversario a la vuelta de la casa, ya tocaba ir preparando la fiesta y las velas.
¡°El Sol se ha convertido en s¨ªmbolo de la evoluci¨®n social de este pa¨ªs. Hemos crecido juntos y seguimos sirviendo como lugar de encuentro en la ciudad¡±, resum¨ªa este martes Miguel Calvete, codirector de este emblem¨¢tico club, en la presentaci¨®n de la programaci¨®n especial con la que sus paredes ser¨¢n testigos del cuadrag¨¦simo cumplea?os. La banda guipuzcoana Tulsa abrir¨¢ el 11 de septiembre una relaci¨®n de 31 conciertos ¡°con el rocanrol cl¨¢sico, el soul y el country como las principales se?as de identidad de siempre, aunque cada vez m¨¢s abiertos a la experimentaci¨®n y los nuevos sonidos¡±, en definici¨®n de la programadora del espacio, Mar Rojo. A los recitales se sumar¨¢n, ya para los m¨¢s trasnochadores, varias sesiones golfas entre las que destacan una madrugada LGTBI, la sexta temporada de las fiestas electr¨®nicas del Truebo Club (los s¨¢bados) y la ¨²ltima gira del m¨ªtico Alexander Robotnick, un genio del italodisco que muchos sit¨²an a la altura de Giorgio Moroder.
El men¨² para estos cuatro meses de aniversario combina los grandes nombres internacionales (The Dream Syndicate, Eileen Jewel, The Long Ryders, Jay-Jay Johanson, Palace o Black Midi, una de esas bandas de las que este a?o no para de hablar todo el mundo) con formaciones espa?olas ¡°que suelen acudir a salas de mucho mayor aforo, pero que sienten un cari?o, cercan¨ªa y vinculaci¨®n afectiva especial con El Sol¡±, seg¨²n Rojo. Son los casos de Los Secretos (que ofrecieron en la calle Jardines el primer concierto de su historia, en 1980), Airbag o Delaporte, grupos que con seguridad pulverizar¨¢n las 300 entradas del aforo con holgura. Tambi¨¦n hay hueco para nombres j¨®venes de la escena local (Biznaga, Monterrosa, Ruise?ora¡), por aquello de acentuar las conexiones matritenses, y para abanderados de sonidos m¨¢s at¨ªpicos hasta ahora en los carteles de este refugio mel¨®mano, desde Nunatak a Blanco Palamera o los Hermanos Mu?oz.
La idea, seg¨²n el otro copropietario, David Novaes, ¡°es seguir en la vanguardia, respetuosos con nuestro legado pero sin dejar de mirar a los nuevos p¨²blicos¡±. A partir de finales de mes, todo el arco de la ic¨®nica escalera de entrada ser¨¢ cubierto con un gran panel de dos metros de altura que acoger¨¢ las mejores fotos realizadas en la sala que han podido recopilar sus directores. Y en diciembre, un encuentro de profesionales servir¨¢ para imaginar ¡°c¨®mo ser¨¢ El Sol y, en general, la m¨²sica en vivo cuando lleguemos a las celebraciones del 60 aniversario¡±.
Javier Olmedo, director gerente de La Noche en Vivo ¡ªla agrupaci¨®n de locales que engloba hasta 50 escenarios de la capital¡ª, se felicit¨® de que la frase ¡°He llenado El Sol¡± siga siendo ¡°sin¨®nimo de orgullo entre cualquier banda de este pa¨ªs, porque esta es una sala creadora de tendencias¡±. Marta Ruiz, de Sex Museum (la banda que cierra el programa de aniversario, el 3 de enero de 2020), anim¨® a los propietarios a que apuesten por la m¨²sica en vivo incluso en el mes de julio, cuando la actividad se reduce al m¨ªnimo ante la feroz competencia de Las Noches del Bot¨¢nico o el MadCool. ¡°El Sol debe servir de referente en Madrid como el Whisky a Go Go lo es en Los ?ngeles¡±, resumi¨®. ¡°Es una sala con una personalidad propia y caracter¨ªstica, desde sus grandes cortinas rojas a ese aire de teatr¨ªn¡±.
Alguien m¨¢s que unos pocos amiguetes
Los 299 espectadores de capacidad de El Sol constituyen casi una frontera psicol¨®gica entre las salas peque?as y las de tama?o mediano. "Es un aforo muy grande para la gente que est¨¢ empezando", advierte el guitarrista y productor madrile?o Manuel Cabezal¨ª, que ha tocado en numerosas ocasiones en el n¨²mero 3 de la calle Jardines al frente de su banda, Havalina, pero tambi¨¦n con otros proyectos paralelos. Cabezal¨ª debut¨® en ese escenario hace 15 a?os, en unas semifinales del certamen de rock Villa de Madrid a las que apenas asist¨ªan unas cuantas docenas de curiosos. "Fue en 2009, cuando estrenamos en El Sol nuestro disco Imperfecci¨®n, la primera vez que vimos entre el p¨²blico rostros de personas que no eran ni familiares ni amigos. Ese es el verdadero punto de inflexi¨®n para cualquier grupo", se sonr¨ªe.
Bandas tan acostumbradas a los grandes pabellones como Amaral o Vetusta Morla recuerdan veladas en El Sol como algunos de sus mejores momentos en vivo.
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