El camino hacia la ¡°emergencia expr¨¦s¡±
La precariedad de recursos con los que cuentan los servicios sociales no ofrece una respuesta diferente a los sectores m¨¢s vulnerables, escribe el sacerdote Javier Baeza
Recordamos c¨®mo, cuando ¨¦ramos ni?os y and¨¢bamos con la familia en una casita al borde del r¨ªo, tras la comida, siempre aparec¨ªa el enfado: "Hay que dormir la siesta¡± dec¨ªa mama, ¡°no se puede bajar al r¨ªo hasta dentro de dos horas¡±. Los ni?os nos esforz¨¢bamos en intentar comprender algo irrazonable. Si hasta hace un momento el curso del agua pod¨ªa ser interrumpido por la algarab¨ªa infantil, ?por qu¨¦, tras comer, eso se tornaba imposible?. Nada, a simple vista en el cauce, hab¨ªa cambiado.
Es lo mismo que nos ocurre con esos anuncios a bombo y platillo, a trav¨¦s de las redes sociales, que hace nuestro actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid.
¡°Solo es cuesti¨®n de organizarte¡±, dicen a madres que llevan toda su vida sobreviviendo en la pobreza
Nos anuncian la ¡°ayuda de emergencia expr¨¦s¡± pero, hasta la fecha, no somos capaces de averiguar c¨®mo acceder a ella. Interminables llamadas a distintos dispositivos de servicios sociales. Es dif¨ªcil que te atiendan telef¨®nicamente. En una ma?ana, pasamos casi tres horas, en el distrito de Puente de Vallecas, para finalmente ser atendidos por alguien al otro lado de la l¨ªnea telef¨®nica. Nos dicen que no saben cu¨¢l es el camino para acceder a estas ayudas. Que ¡°suponemos¡± ser¨¢ el mismo que siempre, a trav¨¦s de las trabajadoras sociales. Y eso en otros tantos servicios sociales de otros barrios.
Y, como siempre, las familias se encontrar¨¢n con los mismos muros -si ya tienes una prestaci¨®n de RMI de 585 euros para tres personas no necesitas trescientos m¨¢s para comer todos los d¨ªas-. Volver¨¢ el insaciable juicio: ¡°Solo es cuesti¨®n de organizarte¡±, dicen a madres que llevan toda su vida sobreviviendo en la pobreza.
Eso, si consigues una cita previa y tu trabajadora social te llama y tu m¨®vil no tiene las llamadas restringidas por falta de pago. Pero han pensado en todo, y como tenemos una Administraci¨®n -adem¨¢s de medi¨¢tica- moderna, ofrecen la posibilidad de hacer dicha gesti¨®n por v¨ªa telem¨¢tica. ?Cu¨¢ntas personas de las que acompa?amos tienen esa capacidad de gestionar asuntos vitales v¨ªa internet? Por no hablar de aquellas cuya conexi¨®n telem¨¢tica es el wifi de la EMT.
Cuando has llegado hasta aqu¨ª, surge el problema de la documentaci¨®n. Resulta que muchas personas y familias, por distintas y l¨®gicas razones, no est¨¢n empadronadas en el municipio. Si no est¨¢s empadronado, nada. Y aunque mil veces el Ayuntamiento lo haya anunciado, sigue sin facilitar el empadronamiento en los centros de servicios sociales. Entonces, est¨¢s ayudas no son para los ciudadanos de Madrid, son para los empadronados en Madrid.
La precariedad de recursos con los que cuentan los servicios sociales y la escasa presencia de trabajadores p¨²blicos, m¨¢s all¨¢ del anuncio que el Ayuntamiento de Madrid vocea, no ofrece una respuesta diferente, operativa y real a los sectores sociales m¨¢s vulnerables y necesitados.
El anuncio que est¨¢n esperando las familias empobrecidas es que pasan a ser el centro de las pol¨ªticas sociales y que desde ellos, y no para los publirreportajes, se articulan las pol¨ªticas sociales del Ayuntamiento ofreciendo un recorrido real y eficaz para salir de la pobreza: existe el r¨ªo y nos podemos ba?ar.
Javier Baeza es sacerdote en San Carlos Borromeo, en Vallecas
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