Arrimar el hombro
Ahora es cuando toca hacer memoria y apoyar al comercio peque?o que se ha desdoblado para no dejarnos tirados

Parece que la pesadilla sanitaria est¨¢ perdi¨¦ndole el pulso a la vida, aunque para llegar hasta aqu¨ª, miles de personas se hayan quedado sin ella. Es dif¨ªcilmente asumible lo que ha sucedido por la cantidad de gente que ha fallecido y porque no ha habido adioses. As¨ª es muy dif¨ªcil entender que la escritura vital cesa y que hay que ponerle punto final.
Entre tanto, el personal sanitario, el de limpieza y cuidados o quienes trabajan en los supermercados vuelven a respirar tras contener el h¨¢lito meses. Al parar para llenarse los pulmones, tal y como narraban en el reportaje de este mismo medio, ¡°Los que se enfrentaron a la curva¡±, les da tiempo a pensar en todo lo que han pasado y solo ahora pueden llorar. Resolvieron corriendo, apagaron mil fuegos y en la actualidad tienen que intentar extinguir los que llevan dentro, los de sus recuerdos. Les toca el turno a los psic¨®logos hacer su trabajo, aunque siempre quedar¨¢n brasas. Para el trance que hemos atravesado nadie est¨¢ preparado.
Muchas personas, a¨²n caminando entre las sombras, se preguntaron qu¨¦ pod¨ªan hacer en lugar de esperar a que hicieran por ellas
Sin embargo, cuando no ve¨ªamos luz al final del t¨²nel, muchas personas, a¨²n caminando entre las sombras, se preguntaron qu¨¦ pod¨ªan hacer en lugar de esperar a que hicieran por ellas. Desde los barrios se han creado un mont¨®n de iniciativas hermosas, cuidados paliativos en ¨¦pocas complicadas que readaptados podr¨ªan seguir y que quiz¨¢, tengan que continuar con el fin de asistir a las v¨ªctimas de la crisis econ¨®mica que suceder¨¢ a la de la covid-19.
Tal es el caso de la Cocina Solidaria 2020, una asociaci¨®n nueva que tiene su base de operaciones en las cocinas del polideportivo Parque Lisboa de Alcorc¨®n desde donde, diariamente, un equipo de voluntarios distribuye m¨¢s de medio millar de comidas por la capital.
Sin duda, es momento de seguir arrimando el hombro, de volver a despertar la creatividad de los lugares peque?os, de las periferias, de los pueblos e, incluso, de los portales para que la que nos viene, o m¨¢s bien, ya est¨¢ aqu¨ª, se vea un poco amortiguada gracias a la coordinaci¨®n y actuaci¨®n vecinal colectiva.
Ahora es cuando toca hacer memoria y apoyar al comercio peque?o que se ha desdoblado para no dejarnos tirados, cuando ¨ªbamos con el abrigo, la capucha subida, mascarilla, guantes y gel hidroalcoh¨®lico en el bolsillo, hasta a tirar la basura por si nos contagi¨¢bamos. A esa gente que de d¨ªa abr¨ªa sus locales y nos atend¨ªa con ojeras y con sonrisas. Las sonrisas afloraban debido a que ve¨ªan a su clientela de siempre y comprobaban que estaban bien y tambi¨¦n, obvio, a que sent¨ªan que algo bueno habr¨ªan hecho si toda esa gente les estaba siendo fiel. Lo de las ojeras ten¨ªa sentido porque han perdido horas de sue?o. Dec¨ªa Mar¨ªa Jos¨¦ D¨ªaz de la fruter¨ªa alcorconera ¡°La perita en dulce¡± que hab¨ªa d¨ªas en los que su jornada laboral comenzaba a las 9 de la ma?ana y conclu¨ªa a las 11 de la noche por tener que preparar los env¨ªos para un reparto que, en demasiadas ocasiones, se alargaba hasta las tantas. Hay viviendas sin ascensor y otras que est¨¢n en zona peatonal, no era f¨¢cil llegar a todos lados, pero lo han intentado y, casi siempre, lo han logrado.

Coronavirus: preguntas y respuestas
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