Cuidados con los vecinos
Las redes vecinales y de cuidados son un basti¨®n de resistencia contra la crisis
Hay quien viene a las grandes ciudades buscando el anonimato, ese fundirse en la masa zombi que discurre por las calles, que fluye a trav¨¦s de las puertas de los comercios, que se atasca en las terrazas y que descansa brevemente, a la noche, en su domicilio. Pueblo peque?o, infierno grande, suele decirse. Y aqu¨ª se encuentra la jungla del asfalto como forma de disoluci¨®n de la persona, de refugio donde nadie conoce a nadie y podemos comenzar un periplo vital ajeno a los ojos de los otros.
Una caracter¨ªstica de los nuevos modos de vivir es esa ignorancia del otro. Conocemos el ronquido nocturno de los vecinos, la m¨²sica de sus fiestas, tal vez sus pasos sobre nuestro techo o la mirada esquiva delante de los buzones del portal. Pero no solemos conocer su nombre, y la costumbre de llamar a su puerta para pedir sal es una leyenda, sobre todo en tiempos de pandemia. Dicen que, en otros tiempos, los habitantes de una corrala madrile?a compart¨ªan hasta el chorizo del cocido, que iba pasando de un puchero a otro para dejar en cada uno un poco de su esencia rojiza.
Dicen, tambi¨¦n, que ¡°los ciudadanos no tendr¨ªan que soportar con donaciones lo que ya pagan en impuestos: un Estado de Bienestar dise?ado para garantizar que no existan colas de verg¨¹enza¡±
?Por qu¨¦ los vecinos nos amontonamos pero apenas convivimos? Puede haber varias razones: el olvido del espacio p¨²blico como lugar de socializaci¨®n, que ahora solo transitamos para trabajar o consumir, el individualismo ideol¨®gico al que nos vemos abocados, el fin de la familia extensa, el car¨¢cter cada vez menos vivible de las ciudades, reducidas a la fantas¨ªa, el business, el gran evento y la compraventa.
En pandemia se ha evidenciado, entre tantas otras cosas, la importancia de las redes vecinales, las redes de cuidados, de solidaridad, como ¨²ltima resistencia ante el naufragio social, supliendo las fuertes carencias de lo p¨²blico. M¨¢s de 20.000 personas han sido atendidas por 58 redes creadas desde asociaciones de vecinos y colectivos barriales, seg¨²n datos de la Federaci¨®n Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAVM). 72 redes vecinales de la Comunidad han publicado un manifiesto donde reivindican su papel en esta crisis, proveyendo comida, mascarillas, hidrogel, ropa, ordenadores, acompa?amiento, cuidados y hasta asesor¨ªa legal y laboral. Denuncian la falta de iniciativa institucional y hasta la persecuci¨®n y criminalizaci¨®n (como vimos a la llegada del actual gobierno municipal).
Algunas iniciativas piden ayuda: el colectivo La Cuba, que ha operado en las instalaciones del Teatro del Barrio, donde ha montado un banco de alimentos, pide un espacio para poder seguir atendiendo a las familias de Lavapi¨¦s. Tambi¨¦n lo necesitan la Red de Cuidados Madrid Centro o Malasa?a-Chueca-Conde Duque Acompa?a. Atienden a miles de personas, tienen amplias y crecientes listas de espera, y seg¨²n explican, ¡°la situaci¨®n es cr¨ªtica¡±. Dicen, tambi¨¦n, que ¡°los ciudadanos no tendr¨ªan que soportar con donaciones lo que ya pagan en impuestos: un Estado de Bienestar dise?ado para garantizar que no existan colas de verg¨¹enza¡±.
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