Los olmos de la Casa de Campo, al borde de la extinci¨®n
Todos los ¨¢rboles afectados por la grafiosis est¨¢n siendo talados
Un diminuto escarabajo que lleva en sus patas las esporas del hongo asesino tiene amenazados a los Olmos de la Casa de Campo. Una vez infectado el ¨¢rbol, solo queda cortarlo. La falta de cuidados de estos ¨¢rboles, recrudecida durante la cuarentena, ha favorecido la expansi¨®n de los hongos que los mata.
Este problema lleva muchos a?os y a lo largo de este tiempo han surgido diferentes iniciativas para evitar que desaparezcan. Fumigaciones y tratamiento con inyecciones fungicidas han sido algunos de los remedios fallidos. La ¨²nica cura para evitar la expansi¨®n del hongo es talarlos, seg¨²n Ecologistas en Acci¨®n.
La grafiosis del olmo es una enfermedad que aparece en Europa en la primera Guerra Mundial y mata gran cantidad de olmos en Espa?a. La etimolog¨ªa del nombre de la enfermedad revela el efecto que produce en los ¨¢rboles. La grafiosis, que toma como ra¨ªz el verbo griego 'grafein' (escribir), se come la madera del olmo de tal manera que, al talarlo, parece que este estuviera escrito.
A partir de los a?os 80 y 90 se descubri¨® que el hongo hab¨ªa mutado. Desde ah¨ª le llaman a este tipo de plaga grafiosis agresiva. ¡°La mutaci¨®n es tan grande que ya siquiera se puede mezclar con el hongo original, es una especie distinta¡±, seg¨²n relata Santiago Soria, subdirector general de Parques y Viveros del Ayuntamiento de Madrid. La grafiosis agresiva ha desplazado a la grafiosis normal.
Esta nueva especie ha sido descrita como la nueva grafiosis del olmo y esta es la que los est¨¢ matando. ¡°Estuvimos haciendo una campa?a por toda Espa?a y vimos que la enfermedad avanzaba en promedio 20 y 25 kil¨®metros al a?o¡±, recuerda Soria. Se intent¨® controlar el hongo a base de inyecciones al ¨¢rbol de fungicidas, pero era una misi¨®n pr¨¢cticamente imposible, porque era muy dif¨ªcil llegar a todos los ¨¢rboles. ¡°Era car¨ªsimo y relativamente t¨®xico¡±, afirma Soria.
Al ver que esta opci¨®n no era rentable se intent¨® atacar la enfermedad desde otro ¨¢ngulo. Ah¨ª decidieron luchar contra los escarabajos escol¨ªticos que son los que llevan en sus patas las esporas del hongo. ¡°El problema es que los tratamientos ten¨ªan que ser diez veces al a?o y no pod¨ªa llover, eran insecticidas que mataban a los escarabajos, pero tambi¨¦n arrasaban con muchos otros insectos¡±, explica Soria.
Cuando se vio que era pr¨¢cticamente imposible controlar la enfermedad lo que hizo el Ministerio del Medio Ambiente fue buscar Olmos resistentes de la mano de la escuela de montes.
En busca de ¡°clones¡±
El proceso para conseguir los clones se inicia con el rastreo de los ¨¢rboles supervivientes por toda la geograf¨ªa espa?ola. Los investigadores toman muestras de ellos para reproducirlos in vitro y obtener clones, unos miniarbolitos que crecen en peque?os recipientes esterilizados. En la Casa de Campo todav¨ªa quedan 17.000 olmos entre clones y viejos. Se calcula que mueren 1.000 olmos al a?o.
Desde el Ayuntamiento aseguran que ¡°no hay m¨¢s remedio que ir talando los ¨¢rboles enfermos y plantar clones resistentes que ya ha creado el Ministerio y escuela de montes ir sustituyendo los ejemplares que van muriendo por ejemplares resistentes¡±. ¡°Estamos tratando de retrasar la muerte de los olmos¡±, afirma Soria.
El consistorio acepta que no puede contra el hongo, ni contra los escarabajos y lo ¨²nico que puede hacer ahora es talar los olmos afectados para que no contaminen al resto. ¡°La falta de personal y el confinamiento ha hecho que estos d¨ªas salte a la vista en un simple paseo por la casa de campo decenas de olmos enfermos¡±, asegura Juan Garc¨ªa Vicente, integrante de Ecologistas en Acci¨®n y fundador de la plataforma vecinal Salvemos la Casa de Campo. Y se?ala que habr¨¢ que esperar 80 a?os a que crezcan los olmos resistentes para volver a tener olmos de 100 a?os en la Casa de Campo.
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