Un museo dedicado a explicarnos c¨®mo nos enga?a el cerebro
El Museo de las Ilusiones, con sede en 18 pa¨ªses, acaba de abrir sus puertas en Madrid
Hay en Madrid un lugar en el que se sirven cabezas humanas cortadas sobre platos, se camina por pasillos donde el mundo da vueltas, se entra en habitaciones donde todo parece torcido, o boca abajo o infinito, o se comparte mesa con varias versiones id¨¦nticas de uno mismo. Al final sale uno algo confuso y mareado, pero merece la pena¡ aunque no ha sido real. Todo ha sido solo una ilusi¨®n. El Museo de las Ilusiones acaba de abrir sus puertas en la ciudad. Y esto s¨ª es real.
En sus dependencias se encuentran ilusiones como el cuarto de Ames, que cambia aparentemente el tama?o de las personas que lo transitan, el t¨²nel infinito que se genera entre dos espejos, las im¨¢genes caleidosc¨®picas o el trepidante T¨²nel del V¨®rtice: se camina a trav¨¦s de un tubo que gira y parece que todo lo dem¨¢s es lo que da vueltas. Son experiencias que ponen a prueba nuestra forma de percibir el mundo y en ellas se evidencian algunos de los trucos y aproximaciones que utiliza la mente para hacer que el mundo encaje dentro de ella. Porque el mundo no es como lo vemos, el mundo es una cosa que construimos dentro de nuestros cr¨¢neos.
¡°El estudio de las ilusiones visuales nos revela que el sistema visual es un sistema activo de procesamiento, es decir, lo que percibimos es una interpretaci¨®n del mundo que hace nuestro cerebro a partir de la informaci¨®n captada por nuestros sentidos¡±, explica Ignacio Serrano-Pedraza, profesor del departamento de Psicolog¨ªa Experimental, Procesos Cognitivos y Logopedia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). En el museo se mezclan ilusiones propiamente dichas con otros fen¨®menos no ilusorios, como explica el profesor, por ejemplo, los estereogramas (las im¨¢genes tridimensionales popularizadas en libros como El ojo m¨¢gico) o ¡°las im¨¢genes multiestables, que son im¨¢genes que tienen m¨¢s de una interpretaci¨®n, como el llamado Jarr¨®n de Rubin [ese jarr¨®n que aparece entre las siluetas de dos rostros de perfil]¡±. Otras famosas im¨¢genes ambiguas de este tipo nos confunden entre un pato y un conejo, o entre una mujer joven y otra entrada en a?os.
?Qu¨¦ pasa en nuestro cerebro para que percibamos estas ilusiones? ¡°La informaci¨®n que nos ofrece el mundo es inabarcable, bombardea nuestros sentidos y tenemos una capacidad de procesamiento limitada¡±, explica Susana Mart¨ªnez-Conde, neurocient¨ªfica de la Universidad del Estado de Nueva York, ¡°as¨ª que nuestro cerebro tiene que elegir lo que va a procesar¡±. De hecho, nuestra capacidad de recibir informaci¨®n externa es menor de lo que pensamos. Por ejemplo, solo vemos en alta resoluci¨®n en un ¨¢rea visual similar al ¨¢rea de la u?a del dedo gordo cuando extendemos el brazo. Es el ¨¢rea que usamos para leer: todo lo dem¨¢s es borroso.
El Museo de las Ilusiones naci¨® en Croacia en 2015, a partir de una idea de dos j¨®venes aficionados a este mundo
Esa elecci¨®n entre la infinidad es el mundo que se nos presenta y esta lleno de ambig¨¹edades, de espacios en blanco, de falta de informaci¨®n que el cerebro rellena, muchas veces extrapolando o inventando, creando narrativas, buscando estructuras y significados. Si uno trata de imaginarse el mundo sin filtrar por nuestro cerebro se le aparece el caos: no es f¨¢cil que el mundo tenga sentido. ¡°Solemos pensar que se trata de errores o excepciones, pero son la norma, y son necesarios para la supervivencia¡±, dice la neurocient¨ªfica: estas hip¨®tesis que la mente plantea son adaptativas y permiten tomar decisiones muy r¨¢pidas con poca informaci¨®n.
Cuando percibimos uno de esos supuestos errores, que no lo son, es cuando percibimos una ilusi¨®n. Las ilusiones pueden ser sensoriales, visuales, auditivas, etc, m¨¢s cercanas a los sentidos, o cognitivas, m¨¢s relacionadas con el procesamiento neural, con la memoria, la atenci¨®n o las decisiones. Mart¨ªnez-Conde es estudiosa de un curioso campo donde las ilusiones son cruciales: la Neuromagia. En colaboraci¨®n con magos e ilusionistas estudia c¨®mo estos enga?an al cerebro y c¨®mo conociendo estas pr¨¢cticas podemos aprender m¨¢s de nuestros procesos neurales.
El Museo de las Ilusiones es una franquicia internacional que se encuentra en 18 ciudades (entre ellas, Nueva York, Atenas, Estambul o Dubai) y que ahora llega a Madrid. ¡°El proyecto naci¨® en Croacia en 2015, a partir de una idea de dos j¨®venes aficionados al mundo de las ilusiones que conceptualizaron el museo¡±, explica Jacquelin Mendes, responsable del Marketing, ¡°no imaginaban que tendr¨ªan tanto ¨¦xito, tanto entre el p¨²blico como entre los franquiciados¡±.
Conocer estas ilusiones es divertido, pero le deja a uno algo mareado y abrumado, y genera algo de desconfianza en nuestra propia forma de percibir el mundo. Esto es interesante en un panorama tan polarizado y virulento como en el que vivimos, lleno de conspiranoia, fake news, pseudociencia y bronca pol¨ªtica: fomenta el pensamiento cr¨ªtico, nos ense?a que nuestros sentidos pueden enga?arnos, que existen diferentes puntos de vista, que nada est¨¢ tan claro, que no es lo mismo la apariencia de la realidad. Aunque, ?qu¨¦ es la realidad?
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