Residencias de mayores: la arquitectura tambi¨¦n importa
Berta Brusilovsky, especializada en ¡®accesibilidad cognitiva¡¯, reclama centros adaptados al usuario que faciliten la orientaci¨®n y el aislamiento sanitario
Las residencias de mayores madrile?as se convirtieron en una suerte de presidio durante el estado de alarma. Y sus inquilinos, recluidos en habitaciones sin poder recibir visitas, fueron reos atemorizados que a diario lamentaban la muerte de otro compa?ero m¨¢s. Este retablo de la devastaci¨®n, humano y por tanto subjetivo, lo han dibujado profesionales, familiares y residentes. Unos testimonios que para la arquitecta Berta Brusilovsky no solo hablan acerca de la necesidad de medicalizar los centros, sino tambi¨¦n sobre ¡°las deficiencias en su dise?o y concepci¨®n espacial¡±.
¡°En las residencias se ha promovido un estilo de inmueble hotelero, con largos pasillos que distribuyen las estancias¡±, detalla la proyectista. ¡°Se trata de un sistema laber¨ªntico, donde los mayores se desorientan con facilidad. Adem¨¢s, resulta dif¨ªcil de aislar, porque los espacios comunes son ¨²nicos y compartidos por todos los residentes¡±, agrega sentada en el patio de su domicilio, situado en una breve colonia de la Ciudad Jard¨ªn madrile?a. El complejo es similar a otros recogidos en los planes de ordenaci¨®n urbana y conservaci¨®n patrimonial que impuls¨® durante las d¨¦cadas de los 80 y 90 por toda la regi¨®n. Incluido el del centro hist¨®rico de la capital.
Despu¨¦s pein¨® casi toda Latinoam¨¦rica al servicio del Programa de las Nacionales Unidas para el Desarrollo. All¨ª Brusilovsky trabaj¨® en la recuperaci¨®n de escuelas, el asfaltado de carreteras o la instalaci¨®n de iluminaci¨®n viaria. A su vuelta a nuestro pa¨ªs, hall¨® en la neurolog¨ªa de la conducta una nueva puerta de entrada a la arquitectura. Y estudi¨® la anatom¨ªa cerebral y sus anomal¨ªas. Esta insospechada ruta le permit¨ªa mejorar el espacio construido, cuenta, adaptando los patrones de dise?o a las funciones sensoriales, cognitivas y motoras de cada cual: ¡°Las residencias de mayores podr¨ªan inspirarse en las terminales sat¨¦lite de los aeropuertos, edificios sectorizados que cuentan con zonas independientes. Si clausuras un ¨¢rea, las dem¨¢s mantienen su actividad con normalidad¡±, declara.
¡°Muchas personas mayores tienen problemas de desenvolvimiento espacial o de memoria. Imag¨ªnatelos, durante la pandemia, aislados en sus habitaciones. Sin entender del todo la situaci¨®n, confusos y aturdidos. Esa ha sido la experiencia de estos meses¡±, agrega Brusilovsky. La arquitecta ha ideado un conjunto de apoyos ¡ªrecursos de formas, colores o iluminaci¨®n¡ª que facilitan a los individuos con demencia o p¨¢rkinson circular por un edificio. El m¨¦todo se contrast¨® con los afectados y desde 2016 se ha aplicado a ocho centros de d¨ªa para mayores, dependientes del Ayuntamiento de Madrid. El objetivo fue ¡°mejorar la experiencia sensorial, la comprensi¨®n del espacio y provocar acciones motoras que influyen en su actividad neurol¨®gica, aportando calidad de vida¡±.
Un ejemplo: ¡°La memoria de los gestos y las expresiones se encuentra almacenada en la zona parietal izquierda del cerebro¡±, explica Brusilovsky. ¡°Resultan muy habituales las lesiones de ese l¨®bulo durante la tercera edad, por lo que nunca colocamos pictogramas en las paredes de la instituci¨®n. Es preferible utilizar figuras a gran tama?o hechas en vinilo que, mediante la imitaci¨®n, induzcan a caminar en una determinada direcci¨®n¡±. Tambi¨¦n se recurre a la forma de la cubierta ¡ªtriangular, circular o a cuatro aguas, en funci¨®n de la zona¡ª a fin de generar recorridos continuos, libres de fracturas sorpresivas que puedan dar lugar a la inquietud. Seg¨²n la doctrina de Brusilovsky, las actividades que alberga el inmueble se ordenan en estructuras circulatorias, le¨ªdas en las se?ales que brinda el propio edificio en sus planta, secci¨®n y alzado.
Otro apoyo habitual en su dise?o es el d¨ªgito, que puede apreciarse a gran tama?o por las paredes o junto a los accesos del centro de d¨ªa Gertrudis de la Fuente, un edificio de 7.200 metros cuadrados de superficie repartidos en dos plantas, donde se dispone de salas de rehabilitaci¨®n o estimulaci¨®n sensorial. El uso del d¨ªgito no remite tanto al guarismo que representa como al s¨ªmbolo en s¨ª mismo: ¡°El n¨²mero es lo ¨²ltimo que se pierde neurol¨®gicamente hablando. Despu¨¦s puede que el paciente no sepa contar los dedos de la mano, pero reconoce el n¨²mero si lo ve pintado. A nosotros nos sirve para dirigir el trayecto de un lado a otro del inmueble y marcar los usos de las diferentes estancias¡±, cuenta Brusilovsky.
Se trata de una secuencia de espacios previsible: el usuario debe conocer qu¨¦ hubo antes y qu¨¦ habr¨¢ despu¨¦s del punto exacto donde se encuentra. ¡°Eso genera una agradable sensaci¨®n de control y autonom¨ªa¡±, plantea la arquitecta. Algunos de estos saberes ya se dominan en las residencias para mayores del estado de Baviera (Alemania) o en Zurich, Suiza. Cerca de N¨²remberg, el Centro Lindendhof, donde viven 40 residentes, cuenta con corredores circulares que facilitan la ubicaci¨®n, pues por mucho que se deambule siempre se vuelve al mismo punto. Los techos, pertrechados con placas fotosensibles, emiten distintas intensidades de luz en funci¨®n de la hora del d¨ªa. Y los dormitorios se encuentran unidos de tres en tres, formando una sala de estar compartida.
En Europa, este experimento se ha denominado Oasis de cuidado y est¨¢ dedicado a los pacientes con mayor deterioro. All¨ª la atenci¨®n especializada ha resultado coincidir con las necesidades de aislamiento y distanciamiento de cara a aplacar la crisis sanitaria: circuitos independientes, sectores separados y m¨¢s personal. Como corolario, la accesibilidad cognitiva que defiende Brusilovsky y el conjunto de prevenciones contra la covid-19 parecen darse la mano. ¡°De la misma manera que en caso de incendio hay zonas de aislamiento y espera, objetos de protecci¨®n personal, extintores y mangueras, habr¨¢ que buscar un s¨ªmil para proteger a los mayores de la pandemia¡±, indica la proyectista.
Esos recursos deben ser sanitarios, pero tambi¨¦n arquitect¨®nicos: ¡°Nos encontramos en un momento de cambio que deber¨ªa aprovecharse para repensar los espacios de mayores¡±, precisa Brusilovsky. En Madrid, a?ade, esa enmienda podr¨ªa comenzar por los centros de titularidad p¨²blica, donde el Gobierno regional tiene mayor margen de maniobra. La arquitecta asegura que la cuesti¨®n tiene mucho de voluntad pol¨ªtica: ¡°La atenci¨®n de los trabajadores de las residencias ha sido incombustible. Han llevado a cabo su labor bajo condiciones de guerra. Ahora la sociedad debe dotarles de mejores instrumentos para afrontar lo que est¨¦ por venir¡±, zanja.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.