Generaci¨®n postKronen, 25 a?os despu¨¦s
Un proyecto de la fot¨®grafa Laura Ortega retrata a la juventud actual y la compara con la novela de Jos¨¦ ?ngel Ma?as y la cinta de Montxo Armend¨¢riz
¡°Yo cuando oigo decir eso de vaya movida m¨¢s chunga, me suena como muy antiguo¡±, dice Michel Carmona, de 21 a?os. Tiene la edad que, hace 25 a?os, ten¨ªan en la ficci¨®n los protagonistas de la pel¨ªcula Historias del Kronen, dirigida por Montxo Armend¨¢riz. En aquella historia, basada en la exitosa novela de Jos¨¦ ?ngel Ma?as, de la que public¨® una secuela a finales de 2019, un grupo de chavales afrontaba un t¨®rrido y aburrido verano en Madrid, como este, dispuestos a llenarlo de aventuras juveniles a base de sexo, drogas y rock and roll trazadas sobre el plano de la urbe. ?Qu¨¦ hay de aquella juventud en la actual?
Carmona es uno de los participantes en el proyecto El ma?ana no existe, encargado por el festival Veranos de la Villa, del Ayuntamiento, a la fot¨®grafa y actriz ¡°A nosotros ya nos dec¨ªan que ¨¦ramos una generaci¨®n perdida, como le dicen a la actual¡±. La idea de partida era recorrer los espacios de la pel¨ªcula y basar en ellos el proyecto fotogr¨¢fico. ¡°Pero luego llega la frustraci¨®n y la nostalgia (de la mala)¡±, explica Ortega, ¡°porque muchos de esos sitios ya han cambiado mucho¡±. Perviven id¨¦nticos, por ejemplo, el t¨²nel de AZCA y el puente de Juan Bravo, sobre la Castellana, donde se cuelgan haciendo el gamba los protagonistas en la escena m¨¢s ic¨®nica del filme. Algunos de los borrados por el tiempo son las salas de conciertos El Templo del Gato o la sala Rev¨®lver.
A nosotros ya nos dec¨ªan que ¨¦ramos una generaci¨®n perdida, como le dicen a la actualLaura Ortega, creadora del proyecto fotogr¨¢fico 'El ma?ana no existe'
¡°Vi la soluci¨®n en reflexionar en qu¨¦ sucede cuando tienes 21 a?os y te quedas en verano en Madrid¡±, dice la fot¨®grafa, ¡°y en contraponer la generaci¨®n que fuimos j¨®venes cuando el Kronen y los que lo son ahora¡±. Al final se decant¨® por las personas antes que los espacios. As¨ª fue reuniendo a un nutrido grupo de j¨®venes que no necesariamente ten¨ªan que recrear a los estereotipos de la pel¨ªcula, sino que diesen una muestra, necesariamente incompleta, de la juventud actual.
¡°A nosotros ya nos dec¨ªan que ¨¦ramos una generaci¨®n perdida, como le dicen a la actual¡±, apunta Ortega, que ten¨ªa 15 a?os cuando se estren¨® la pel¨ªcula y que, como muchos de su quinta, vieron en ella sus juergas del inmediato futuro. ¡°Hab¨ªa mucha prisa por vivir¡±. El proyecto, que mezcla los fotogramas con una imagen detallada de los j¨®venes de hoy, sus pelos, sus camisas floridas, sus minishorts y sus mascarillas, se puede descargar gratuitamente en la web de Veranos de la Villa.
Aquella fue una generaci¨®n sin tel¨¦fonos m¨®viles (¡°era m¨¢s importante hacer las cosas que contarlo¡±, dice Ortega), a la que se le critica por su hedonismo y su apoliticismo. La actual est¨¢ m¨¢s concienciada, sobre todo en cuestiones como el ecologismo, el feminismo o la comunidad LGTBI+. ¡°Me ha costado identificarme con los personajes del Kronen porque los chicos son muy chicos y las chicas son muy chicas, en su manera de ser y relacionarse, y creo que hoy en d¨ªa los perfiles de g¨¦nero no est¨¢n tan definidos como en aquella ¨¦poca¡± explica Cira Cabas¨¦s.
Carmona, que viene de un pueblo de Burgos no lo ve tan claro: ¡°Eso se ve m¨¢s en las grandes ciudades, yo vengo de un pueblo y creo que all¨ª todav¨ªa hace falta que cambien estas cosas: sigue habiendo actitudes mis¨®ginas¡±. Han sido maltratados por las ¨²ltimas crisis, sobre todo la financiera del 2008 y la pandemia en curso. ¡°No lo tienen f¨¢cil, pero tienen una mirada bonita, no est¨¢n nada perdidos¡±, dice la fot¨®grafa.
¡°A m¨ª me da un poco de envidia aquella juventud de los 90, me hubiera gustado vivir en aquella ¨¦poca¡±, dice Maia Robles. ¡°Yo creo que no somos tan diferentes, pero s¨ª que llevamos la vida de una manera diferente, con algo m¨¢s de relax¡±, dice C¨¦sar Murciego. Por ejemplo, la cultura de bar de copas que aparece reflejada en el Kronen (que era el nombre un bar) parece ir desapareciendo en favor de las gastrotecas y las vinotecas, h¨¢bitat de los talluditos, y la juventud se resguarda en los bancos del parque con dos litronas y un altavoz, o en las discotecas, ¡°donde ya vas espec¨ªficamente a bailar¡±, dice Robles. Las drogas se siguen tomando, pero no con la misma urgencia y ansiedad, sino con m¨¢s cabeza. ¡°Hay m¨¢s concienciaci¨®n e informaci¨®n, aunque la misma rebeld¨ªa e inquietud¡±, seg¨²n Ra¨²l Garc¨ªa. No le gusta que los ¡°garitos¡± cierren pronto.
Tampoco les gusta que la ciudad se haya hecho m¨¢s ¡°comercial¡±, llena de turismo (al menos hasta marzo de este a?o) y franquicias. No les gusta el calor de agosto y lo manifiestan, como lo manifiestan sus mayores. Y la tecnolog¨ªa, claro, es omnipresente para ellos, como para todos. ¡°La tecnolog¨ªa nos ha hecho unirnos m¨¢s, pero como al mismo tiempo somos todos m¨¢s distintos, tendemos a relacionarnos en grupos m¨¢s recogidos¡±, concluye Mar¨ªa Fern¨¢ndez.
A continuaci¨®n, pueden verse algunas de las im¨¢genes que componen el proyecto El ma?ana no existe, que intercala fotograf¨ªas de Laura Ortega con fotogramas de la pel¨ªcula de Armend¨¢riz.
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