La embajada que se convirti¨® en una ONG
La legaci¨®n de Colombia ayud¨® a miles de compatriotas a superar situaciones de hambre, de malos tratos y a poder regresar a su pa¨ªs
La embajadora Carolina Barco (Boston, 69 a?os) desembarc¨® en Madrid con un mandato claro de su presidente. Hab¨ªa que relanzar las relaciones entre Colombia y Espa?a a corto y medio plazo. Su misi¨®n consist¨ªa en cerrar la visita de los Reyes a su pa¨ªs y que el m¨¢ximo mandatario la devolviera meses despu¨¦s. Para ello, contaba con ocho a?os de experiencia al frente de la legaci¨®n en Washington, nombrada entonces por ?lvaro Uribe. Sin embargo, la pandemia del coronavirus trastoc¨® todos los planes y hubo que reconvertir la embajada para ayudar a todos los compatriotas. Hoy es el ¨²ltimo d¨ªa que estar¨¢ al frente de su destino. Deja la labor diplom¨¢tica para regresar con su familia a Washington. Reconoce que se va con pena de un pa¨ªs en el que ya estuvo hace 40 a?os.
Carolina Barco es hija del presidente Virgilio Barco (1986-1990) y fue ministra de Relaciones Exteriores de su pa¨ªs entre 2002 y 2006, adem¨¢s de ocupar numerosos cargos en una carrera profesional muy dilatada. Formada en la Universidad de Harvard, complet¨® sus estudios en Madrid hace cuatro d¨¦cadas con un m¨¢ster en Administraci¨®n de Empresas del Instituto de Empresa Business School. De ah¨ª, que todav¨ªa tenga amigos de esta ¨¦poca. Antes de la pandemia, pudo visitar algunos de los siete consulados que tiene Colombia en Espa?a. Justo iba a presentar sus credenciales en Andorra -de la que tambi¨¦n ha sido embajadora-, cuando se decret¨® el estado de alarma. Le pill¨® en Zaragoza. ¡°Tan solo pude hablar con su alcalde [Jorge Azc¨®n] y volver r¨¢pidamente. Nos hicieron la PCR a todos los que est¨¢bamos en la embajada y nos empezamos a confinar. Cuando eres extranjero y vives sola sin una red de apoyo, es muy importante generar una comunidad con los tuyos y estar en contacto¡±, reconoce Barco.
Desde el primer d¨ªa del estado de alarma, todo su equipo se volc¨® en que los miles de colombianos que se quedaron fuera del pa¨ªs mientras estudiaban o hac¨ªan turismo, pudieran regresar cuanto antes. Fue un aut¨¦ntico encaje de bolillos. La embajada de Madrid coordin¨® el retorno de 4.906 personas procedentes de 37 pa¨ªses tan distantes como Ghana, Sur¨¢frica, Etiop¨ªa, Turqu¨ªa o la India. Todo hab¨ªa que hacerlo al segundo, porque los que llegaban al aeropuerto de Barajas no pod¨ªan entrar en suelo espa?ol. Para ello, hablaron con los responsables del Ministerio de Interior para que agilizaran los permisos como casos extraordinarios y no fueran detenidos al estar en tr¨¢nsito. Tan solo en un solo caso, y debido a un cambio de guardia en la zona internacional, se arrest¨® a un colombiano sin visado.
Se dieron casos muy extraordinarios, como un hombre con minusval¨ªa de la ciudad de Cartagena que estaba en un crucero procedente de Brasil. Las autoridades portuguesas dejaron que el barco atracara en sus costas, pero hab¨ªa que montar todo el operativo para que ese viajero llegara a Madrid antes de que despegara el vuelo a las nueve de la ma?ana. ¡°Estuve en contacto de madrugada con la polic¨ªa de la frontera entre Espa?a y Portugal y controlar incluso el cambio de guardia para que no hubiera ning¨²n problema¡±, reconoce Barco con cierta emoci¨®n. La embajadora tambi¨¦n se moviliz¨® ante el abuso de algunas aerol¨ªneas que comenzaron a subir los precios con la llegada del estado de alarma. Las llam¨® directamente y les pidi¨® que los mantuvieran ya que de otra forma muchas personas no podr¨ªan regresar a Colombia. Su mediaci¨®n fue de tal calibre que consigui¨® incluso 85 pasajes gratis.
Pero la colonia colombiana en la regi¨®n tambi¨¦n lo pas¨® muy mal. Algunas mujeres fueron v¨ªctimas de la violencia machista, por lo que todo su equipo se puso a trabajar para evitar que fueran agredidas e incluso asesinadas por sus parejas. La embajadora levant¨® el tel¨¦fono y habl¨® directamente con el empresario Kike Sarasola. Este aloj¨® en su hotel de la capital, el mismo en el que estuvo la presidenta auton¨®mica Isabel D¨ªaz Ayuso, a nueve mujeres. Otras fueron atendidas por ONG especializadas para salir de sus hogares. Bastaba con que fueran a una farmacia y denunciaran lo que les estaba pasando. Despu¨¦s eran acogidas en albergues o en casas protegidas. ¡°Sarasola se ha portado muy bien y le estamos muy agradecidos. En Barcelona, acogi¨® en su hotel a un equipo ciclista que hab¨ªa venido a entrenar a Espa?a. Para que no perdieran su forma f¨ªsica, les llev¨® bicicletas est¨¢ticas de otros hoteles¡±, a?ade la diplom¨¢tica.
La hambruna tambi¨¦n alcanz¨® a los cerca de 90.000 colombianos residentes en Madrid. La embajadora y su c¨®nsul Gloria Mar¨ªa Borrero -exministra de Justicia en Colombia- renunciaron a sus gastos de representaci¨®n y lo destinaron a comprar comida para los m¨¢s necesitados. Llamaron a muchas puertas y consiguieron ayudas para que 1.100 familias pudieran comprar alimentos. Otras 1.628 fueron derivadas a Cruz Roja y la Fundaci¨®n Altius. Hubo muchos casos dram¨¢ticos, seg¨²n reconoce Barco, ya que la colonia colombiana trabaja en el sector servicios. Y este cerr¨® durante la pandemia, por lo que no hubo ingresos. ¡°Uno de los casos m¨¢s dram¨¢ticos fue el de 16 personas que viv¨ªan en una peque?a casa y que no ten¨ªan nada para comer. Estaban casi hacinados¡±, a?ade. Desde Colombia, tambi¨¦n hubo transferencias de capital con car¨¢cter urgente para solucionar la hambruna.
Un aspecto muy novedoso que puso en marcha fue la ayuda psicol¨®gica a las personas que lo estaban mal, gracias a un acuerdo con el Colegio Oficial de Psic¨®logos de Madrid. ¡°Hubo personas que lo pasaron muy mal y que amenazaron incluso con suicidarse. Hab¨ªa que moverse y ayudarlas¡±, a?ade Barco. Pero tambi¨¦n hubo otra manera de acompa?amiento. A trav¨¦s del programa Colombia nos une, montaron una plataforma en Facebook en la que se dieron todo tipo de cursos, desde cocina a zumba pasando por arreglos florales, adem¨¢s de programas espec¨ªficos para los m¨¢s peque?os. Aparte, se llamaba al menos una vez a la semana a las personas mayores.
Informes diarios enviados a su pa¨ªs
Toda la labor humanitaria desarrollada por Carolina Barco y su equipo se complement¨® con informes diarios a su pa¨ªs. El Gobierno colombiano fue el primero en decretar el confinamiento en Latinoam¨¦rica, lo que le permiti¨® reducir el efecto de la pandemia y tener una incidencia m¨¢s baja, en comparaci¨®n con otras naciones vecinas. El Ejecutivo de Bogot¨¢ ped¨ªa saber en tiempo real todo lo que se estaba haciendo en el resto del mundo, en especial en Europa al ser la zona que m¨¢s r¨¢pidamente se vio afectada por el coronavirus en la primera oleada. Ten¨ªan que remitir informaci¨®n tan distinta como lo que implicaba cada fase de desescalada, c¨®mo se mont¨® el hospital de campa?a de Ifema o qu¨¦ medidas se aplicaban a los menores. ¡°Toda la informaci¨®n que mandamos a Colombia sirvi¨® para mucho, porque se tomaron medidas en funci¨®n de los datos que fuimos aportando de cada pa¨ªs¡±, destaca Barco. ¡°La pandemia no es igual para todos. Es m¨¢s dura para los m¨¢s vulnerables y con menos recursos¡±, concluye.
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