Curr¨ªculum de dise?o para los sin techo
Dos estudiantes revolucionan el tradicional cartel de cart¨®n de ¡°dame algo. tengo hambre¡± para que ayude a buscar empleo a personas sin hogar
Parece una c¨¢mara oculta pero no lo es. El hombre coge los dos carteles, los levanta y se planta en mitad de la acera. Los viandantes no saben de qu¨¦ va la pel¨ªcula. Los mayores leen los mensajes y siguen de largo. Los ni?os vuelven la cabeza ante una escena que no les parece muy normal. A la izquierda, uno: ¡°Soy Jose, vigilante, fontanero, dependiente y repartidor. ?En qu¨¦ puedo ayudarte?¡±. A la derecha, el otro: ¡°Soy Jose, estoy en C/ Santa Engracia¡±.
La performance tiene lugar a la altura del n¨²mero 17, donde se encuentra el Barnon, anta?o templo de juergas de campeonato de renombrados futbolistas. Hoy es adem¨¢s la no casa de Jos¨¦ Nevado Moreno. El mes que viene le caen los 53. ¡°Esa es mi mantita¡±, se?ala. En efecto, su edred¨®n, blanco mugre, aparece doblado en el suelo bajo la barandilla de la escalera que asciende al portal. Ahora, adem¨¢s de su cobertor y su maleta Jos¨¦ tiene su curr¨ªculum de dise?o en cart¨®n ondulado de toda la vida. Un mensaje m¨¢s rompedor y menos catastrofista que el tradicional ¡°Dame algo. Tengo hambre¡±.
El proyecto #CartonesVisibles es de Julia Tranque y ?ngel G¨®mez, ambos estudiantes de Creatividad de 22 a?os. Pensaron abrir nuevas puertas a personas sin hogar que buscan un empleo. Es un trabajo para su asignatura Taller de Ideas en la escuela Brother de la capital. Reciclan el discurso habitual, le dan la vuelta y ahora es el pedig¨¹e?o el que ofrece. Para ello elevan la dignidad de algo tan habitual en la vida de alguien que vive en la calle como es el cart¨®n. La idea les surgi¨® porque ayer lunes, 23 de noviembre, se celebr¨® el D¨ªa Europeo de los Sin Techo.
Ericksson, de Guinea Bissau, aparece sentado en la Gran V¨ªa con su curr¨ªculum de cart¨®n: ¡°Soy fot¨®grafo, hablo criollo y portugu¨¦s¡±. Johnson, de Nigeria, lo tiene en lavapi¨¦s: ¡°Soy carpintero, m¨²sico y cuido perros¡±. El venezolano Eiber, de 26 a?os y licenciado en Comunicaci¨®n Social en la Universidad Cat¨®lica Cecilio Acosta (Unica), no pudo recibir el suyo ayer. ¡°Soy periodista, productor y locutor¡±. Se le hizo tarde porque hace de p¨²blico en Pasapalabra a 9 euros el programa. Tambi¨¦n acude a La Voz. Vive acogido en el albergue de San Juan de Dios en la zona del Bernab¨¦u.
¡°Que estemos en la calle no quiere decir que no valgamos para nada¡±. A Jos¨¦ Nevado, nacido en Malasa?a, el trabajo de Julia y ?ngel le parece ¡°genial¡±. Hasta los 16 a?os fue al colegio General Sanjurjo, hoy Pi i Margall, en la plaza del Dos de Mayo. A esa edad empez¨® a trabajar y, como bien se lee ahora en un curr¨ªculum de cart¨®n, ha hecho muchas cosas. Desde que muri¨® su madre lleva ya 17 a?os sin hogar, alternando en un ¡°c¨ªrculo vicioso¡± albergues municipales, pisos de acogida y, ahora, la calle. ¡°Cada noche que me acuesto rezo para levantarme de una pieza¡±. Calcula que lleva un mes en la puerta del Barnon. ¡°Antes dorm¨ªa en ese banco de ah¨ª delante, pero me robaron tres veces¡±, explica. ¡°Nosotros tenemos parte de culpa de c¨®mo nos trata la gente¡±. Lo dice refiri¨¦ndose a aquellos con los que coincide en el centro de d¨ªa Luz Casanova y que huyen ante una posible oferta laboral. ¡°Si ma?ana me ofrecen algo a m¨ª voy corriendo¡±.
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