La piscina m¨¢s famosa de Instagram en Madrid
Despu¨¦s de meses de esperas y en plena pandemia, las aguas y masajes del reci¨¦n inaugurado hotel Four Seasons abren sus puertas al p¨²blico este viernes
Es una sensaci¨®n confortable. Un lujo acogedor, ni fr¨ªo ni distante. Las mullidas alfombras cuyos dibujos replican gotas cayendo, los suelos de m¨¢rmol claro y las seis largu¨ªsimas l¨¢mparas que caen desde la planta superior, a la que se accede con una escalera de barandilla dorada, impresionan al visitante que, tras pulsar el n¨²mero cinco en el ascensor, sale y flanquea las puertas acristaladas del spa del flamant¨ªsimo hotel Four Seasons. Un para¨ªso de los masajes y las aguas que esta semana, despu¨¦s de una larga espera, abre en la calle Sevilla de Madrid ya no solo para hu¨¦spedes del establecimiento o habitantes de las 22 viviendas asociadas al complejo, sino tambi¨¦n para madrile?os visitantes que quieran hacer uso de ¨¦l.
La espera ha sido larga y doble. La primera por la construcci¨®n del hotel partiendo de siete edificios reformados por el Estudio Lamela, en ese coraz¨®n de Madrid que es Canalejas, y que ha tardado ocho a?os en hacerse realidad, hasta su inauguraci¨®n el pasado 25 de septiembre. Desde entonces, eran muchos los que ¡°estaban a la expectativa¡±, reconocen desde el hotel, y que preguntaban por ese anunciado spa. Los primeros hu¨¦spedes tardaron mes y medio en catarlo: se abri¨® el 7 de noviembre. Y, despu¨¦s de varios retoques y retrasos, abre sus puertas para todo el que quiera usarlo este viernes 4 de diciembre.
El spa ¡ªque no balneario, especifican desde el hotel; esa calificaci¨®n requiere de otros permisos¡ª es el m¨¢s grande de toda la regi¨®n, gracias a 1.450 metros cuadrados distribuidos por cuatro plantas. Lo dirige con mano firme y gesto afable la vitoriana Jasone Bengoa, de 37 a?os, fisioterapeuta y formada en los mejores centros de Ibiza, Baqueira-Beret y en el hotel hom¨®nimo de la cadena en Ginebra, Suiza, donde ha pasado los ¨²ltimos seis a?os y medio hasta trasladarse a un Madrid pand¨¦mico para darle forma a este peque?o para¨ªso silencioso que no parece estar a dos minutos de la puerta del Sol.
¡°Se hacen tratamientos corporales, capilares y pr¨®ximamente faciales¡±, explica, dejando constancia de que la covid-19 todav¨ªa marca sus tiempos y posibilidades. ?C¨®mo se abre un centro as¨ª, donde el contacto es la clave, en un momento de distancia y precauci¨®n? ¡°Es un proceso de adaptaci¨®n y cambio, hay que tener la mente abierta¡±, reconoce Bengoa, acostumbrada ya a retrasos y modificaciones, pero sabiendo que lo que prima es ¡°la sensaci¨®n de seguridad¡±. ¡°Nosotras estamos tranquilas¡±, dice de su equipo, formado por una decena de f¨¦minas. ¡°?El poder de las mujeres!¡±, clama, orgullosa.
En la cuarta planta, una m¨¢s abajo de la recepci¨®n y de la zona de peluquer¨ªa, manicura y pedicura ¡ªservicios que se podr¨¢n concertar previa cita¡ª est¨¢n las ocho cabinas de masaje, casi habitaciones, denominadas Jazm¨ªn, Peon¨ªa o Clavel. En ellas, esas camas que han hecho famoso al establecimiento, convertidas aqu¨ª en camillas, comparten espacio con la calidez de las maderas, el m¨¢rmol de los ba?os y luces suaves y confortables. En ellas se realizan masajes de entre 60 y 90 minutos dise?ados espec¨ªficamente para el spa de la ciudad. El tratamiento estrella, cuenta Bengoa, es el llamado El Retiro, un corporal en profundidad que incluye radiofrecuencia y la llamada tecarterapia, realizada ¡°con un aparato, como un guante por el antebrazo, con el que no pierdes el contacto, algo superimportante¡±. La mano experta es primordial. El precio var¨ªa entre los 160 euros y los 230 euros.
M¨¢s arriba del gimnasio, que est¨¢ en la sexta, y con la s¨¦ptima planta inexistente (el hotel son una serie de edificios contiguos que ten¨ªan distintas alturas, por lo que en esta zona no existe s¨¦ptima), se llega a la octava planta. En el punto m¨¢s alto del hotel reside, como estrella del lugar y de Instagram, la piscina. Dos en realidad: la grande (a unos 26-29 grados), y la vitality pool, m¨¢s peque?a y caliente. Ambas acompa?adas en ese recinto de sauna, ba?o de vapor, fuente de hielo y dos llamadas ¡°duchas de sensaciones¡±. Por ahora su aforo es de solo seis personas, que pueden reservar para estar all¨ª entre una hora y hora y media. No es una piscina p¨²blica, ni pretende serlo. De momento solo podr¨¢n acceder clientes (ya sea del hotel o de los apartamentos contiguos) o quienes vayan tras un tratamiento, pero pagando un suplemento de 70 euros.
Tanto desde el establecimiento en general como desde su zona de aguas y tratamientos lo tienen claro y tratan de transmitir el mensaje: este es un hotel para todos los madrile?os. De ah¨ª que, aunque no tenga precios exactamente populares, busquen las visitas. Bengoa, afirma, adora su trabajo por poder pasar tiempo con gente muy distinta. ¡°Aqu¨ª vienen personas muy ricas, s¨ª, que tienen mucho y conocen el esplendor, y esa una suerte trabajar con gente as¨ª, de tantos lugares, pero tambi¨¦n es muy bonito cuando viene alg¨²n cliente no acostumbrado a esto, a darse su primer masaje, esa cara de sorpresa, esa inocencia. Ves que lo aprecia a¨²n m¨¢s¡±, reconoce.
La directora reclama el valor de ese masaje, pero tambi¨¦n de la posibilidad de una vivencia as¨ª. ¡°Queremos que sea el spa de referencia de los madrile?os, no solo el masaje sino que disfruten de una experiencia as¨ª. Como regalo de cumplea?os, de boda para unos novios...¡±, reclama. Y, como tambi¨¦n hacen ver los 250 empleados del hotel (los primeros afortunados en probar el spa, por cierto), anima a entrar, sin miedo. ¡°Quien quiera venir a verlo, que llame y nos visite. Aunque no pueda hacerlo¡±, alienta, dejando en el aire un: ¡°?Y si te toca la loter¨ªa?¡±
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