La gata
La yaya Julia - de esas personas que te lo dan todo y no te dejan ni dar las gracias, que cuando dicen ¡°de nada¡± es de verdad- fue la primera persona que me habl¨® de Madrid
¡°La amistad es algo que atraviesa el alma, es un sentimiento que no se te va¡±, cantaba Laura Pausini, all¨¢ por 1996, en su ¨¢lbum Las cosas que vives. Recuerdo bailarla abrazada a mis amigas, cantado a voz en grito y volvi¨¦ndonos locas en la parte en la que dice ¡°la amistad¡± . En esa edad en la que quieres hacerte mayor mientras anhelas que eso no cambie. En mi colegio hab¨ªa tres patios: la milagrosa, los naranjos y el patio de b¨¢squet; este ¨²ltimo ten¨ªa un suelo de grava que te desollaba la piel cada vez que te ca¨ªas. Hoy el tema ser¨ªa trending topic, pero en aqu¨¦l entonces a nadie le pareci¨® que pudiera ser un problema.
All¨ª, colgados de la porter¨ªa de f¨²tbol, mi mejor amigo y yo cant¨¢bamos por Laura Pausini, a d¨²o, en la intimidad. Fue en ese patio donde le pregunt¨¦: ?Hay algo que quieras contarme? Esta an¨¦cdota me la record¨® ¨¦l en una conversaci¨®n que tuvimos despu¨¦s de casi cuatro a?os sin hablar, o sin hablarnos, no lo tengo claro. Yo creo que fue la vida lo que pas¨®, sin m¨¢s.
Yo ya era mam¨¢ y si algo me ha aportado la maternidad es conseguir que todo me de un poco igual y centrarme en lo importante. Y lo importante es que ese amigo tiene fotos m¨ªas con una S¨²per Pop y pendientes de pl¨¢stico con forma de coraz¨®n rosa fluorescente, y eso no es f¨¢cil de encontrar. Poco a poco volvimos a regalarnos canciones, a re¨ªrnos de cosas que no le hacen gracia a nadie m¨¢s en el mundo y la fortuna de comenzar conversaciones con un simple¡ ?te acuerdas?.
En ese colegio siempre hubo un gran sentimiento de hermandad, compart¨ªamos mucho tiempo libre, conoc¨ªamos a las familias, pero la yaya Julia era la m¨¢s especial. Julia siempre iba vestida como si fuera a dar una conferencia, bien maquillada, u?as pintadas. Ten¨ªa un gusto exquisito. Su voz era firme, chulesca, pero ten¨ªa el don de embaucarte con esa chuler¨ªa hasta hacerte sentir parte de su vida, de su historia. Solo con verla caminar sab¨ªas que esa mujer era libre.
Fue la primera persona que me habl¨® de Madrid, era gata hasta la m¨¦dula. Del chotis, de enviudar, de la guerra¡ ?siempre era muy franca la yaya Julia! De esas personas que te lo dan todo y no te dejan ni dar las gracias, que cuando dicen ¡°de nada¡± es de verdad.
La vi discutir en infinidad de ocasiones en los dos a?os en los que fui miembro del consejo escolar despu¨¦s de hacer una campa?a que ni Kamala Harris. Y casi siempre discut¨ªa por lo mismo: darles a los ni?os la libertad de elegir su fe (que estaba guay, pero era un cole de monjas).
Ayer habl¨¦ largo y tendido con mi mejor amigo. Llam¨®, como el que llama a una hermana para decirme que la Yaya Julia, SE FUE.
Siempre en mi recuerdo.
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