Rafael Montesinos, entre Sevilla y Madrid
Este 2020 se cumple el primer centenario de nacimiento del poeta
Frente al n¨²mero 19 de la calle de Valderribas, en Pac¨ªfico, se levanta una palmera. Es un singular emplazamiento para esta especie, poco frecuente en Madrid, que suele encontrarse en climas m¨¢s c¨¢lidos como el de Sevilla. La casualidad quiso que en ese n¨²mero, el 19, viviera durante d¨¦cadas un ilustre sevillano: el poeta Rafael Montesinos (1920-2005), que en 2020 habr¨ªa cumplido cien a?os.
Con motivo de su primer centenario, la editorial sevillana El Paseo ha reeditado sus memorias, publicadas por primera vez en ?nsula, en 1952, bajo el t¨ªtulo Los a?os irreparables, tomado de un verso de Jorge Guill¨¦n. Ha habido varias reediciones. La de 1981, a¨²n en vida del poeta, respet¨® la versi¨®n ¨ªntegra sin tener que hacer ya frente al yugo de la censura. Lo novedoso de la nueva edici¨®n de El Paseo es, adem¨¢s de la inclusi¨®n de varios escritos autobiogr¨¢ficos y period¨ªsticos ¨Calgunos in¨¦ditos¨C de Montesinos, la contextualizaci¨®n a cargo del profesor Rafael Roblas Caride, doctor en Teor¨ªa de la Literatura y Cr¨ªtica Literaria que ha dedicado gran parte de su trayectoria investigadora a la figura y la obra de Montesinos, responsable de la nueva edici¨®n de Los a?os irreparables y autor de un completo y certero estudio que introduce las memorias del poeta. Los a?os irreparables est¨¢ formado por un conjunto de prosas autobiogr¨¢ficas centradas en su infancia y adolescencia, que tuvieron lugar en Sevilla. Hay lirismo y emoci¨®n nublada por el paso del tiempo.
Fue en la primavera de 1951 cuando el poeta ¡°se sorprendi¨® a s¨ª mismo¡± escribiendo las primeras palabras de aquellas memorias de infancia. Para entonces, viv¨ªa ya en Madrid. Se hab¨ªa trasladado con sus padres en 1940, con veinte a?os, cuando ya hab¨ªa comenzado el declive econ¨®mico de la que hab¨ªa sido una familia acomodada. Aunque se alojaron durante un breve per¨ªodo de tiempo en un piso de la calle Princesa, su primera residencia importante estuvo en el n¨²mero 72 de General Pardi?as, donde vivir¨ªa hasta 1955. En 1942 public¨® su primer poemario, Resurrecci¨®n, con pr¨®logo de Manuel Machado. R¨¢pidamente fue introduci¨¦ndose en el ambiente literario madrile?o: frecuentaba el Caf¨¦ Gij¨®n ¨Cdonde conoci¨® a Jos¨¦ Garc¨ªa Nieto, fundamental en su evoluci¨®n art¨ªstica¨C, escrib¨ªa habitualmente en revistas como Garcilaso o Espada?a, y entabl¨® una s¨®lida amistad con Gerardo Diego y D¨¢maso Alonso.
Dirigi¨®, desde 1954, la Tertulia Literaria Hispanoamericana, que se celebraba, desde 1958, en un edificio situado en Avenida de los Reyes Cat¨®licos, 4, dentro de Ciudad Universitaria. Era la sede del antiguo Instituto de Cultura Hisp¨¢nica, m¨¢s tarde Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana y hoy Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo. Gracias a la dedicaci¨®n de Montesinos, pasaron por la Tertulia numerosos poetas de diferentes generaciones: Luis Rosales, Leopoldo Panero, Carmen Conde, Concha Zardoya, Rafael Morales, Gloria Fuertes, Leopoldo de Luis, L¨®pez Anglada, Jos¨¦ Hierro, ?ngel Gonz¨¢lez, Caballero Bonald, Angelina Gatell, Claudio Rodr¨ªguez, Francisco Brines e incluso algunos del 27: Aleixandre, Alberti, Gerardo Diego D¨¢maso Alonso... Los consagrados se codeaban con los j¨®venes autores en un espacio culturalmente enriquecedor. Cuenta su viuda, Marisa Calvo, que Brines, reciente Premio Cervantes, confesaba que le gustaba leer all¨ª sus libros in¨¦ditos porque ¡°le tra¨ªa buena suerte¡±. Hizo numerosas intervenciones entre 1961 y 1995. Desde la muerte de Montesinos en 2005, la Tertulia contin¨²a bajo la direcci¨®n de Marisa y la coordinaci¨®n de su hijo, Rafael C¨¦sar Montesinos, aunque ahora se celebra en el Colegio Mayor Guadalupe. Pronto se inaugurar¨¢ el curso 68. Se ha convertido en la actividad literaria m¨¢s longeva de Espa?a.
A Marisa Calvo la conoci¨® Montesinos precisamente en la Tertulia, el 21 de febrero de 1954. Seg¨²n cuenta Marisa, los present¨® Gerardo Diego, que aquel d¨ªa daba a conocer su libro in¨¦dito Amor solo. Se casaron en 1955, en el Oratorio de Nuestra Se?ora de Lourdes. En el acta matrimonial figuran las firmas de Gerardo Diego, D¨¢maso Alonso, Vicente Aleixandre, Leopoldo de Luis, Jos¨¦ Hierro y Luis L¨®pez Anglada, entre otros. Sus hijos, Ram¨®n y Rafael C¨¦sar, nacieron en Madrid. Confiesa Marisa que, aunque el coraz¨®n de Rafael siempre estuvo en Sevilla, ¡°Madrid se lo dio todo¡±. Una esposa, hijos, amigos e incluso el Premio Ateneo de Madrid en 1943. Tambi¨¦n obtuvo el Premio Nacional de Poes¨ªa (1958) y el Nacional de Ensayo por B¨¦cquer. Biograf¨ªa e imagen (1977), uno de los estudios m¨¢s completos sobre el poeta posrom¨¢ntico, cuyas Rimas editar¨ªa en 1995 en C¨¢tedra.
Fue tambi¨¦n en Madrid donde escribi¨® sus memorias, en las que se refiere a ella como ¡°esta ciudad en la que el d¨ªa menos pensado puedo ser feliz¡±. No se sent¨ªa del todo madrile?o, pero tampoco sevillano: la Sevilla de su admirado B¨¦cquer y la de su infancia era ya un ideal. Reflexiona en una de sus prosas autobiogr¨¢ficas: ¡°Nunca ¨Cquiz¨¢s injustamente¨C entr¨¦ del todo en la ciudad. Siempre tengo la sensaci¨®n de que no es m¨ªa, aunque le dedicase en alg¨²n momento m¨¢s poemas de amor al Retiro o le rezase [¡] al ?ngel Ca¨ªdo¡±. En efecto, su ¡°Oraci¨®n al ?ngel Ca¨ªdo¡± ¨Chomenajeando a la estatua que se encuentra en los Jardines del Buen Retiro, obra de Ricardo Bellver, una de las pocas esculturas al Demonio¨C, contenido en Las incredulidades (1948), pudo considerarse una osad¨ªa en plena dictadura franquista.
Por su centenario han salido a la luz dos novedades literarias: la edici¨®n de Los a?os irreparables a cargo de Rafael Roblas en El Paseo y una serie de relatos, El viaje de los magos y otras historias de aquellos tiempos ¨Cedici¨®n de Rafael C¨¦sar Montesinos¨C en Polibea. Tambi¨¦n se espera una segunda edici¨®n de La semana pasada muri¨® B¨¦cquer, un conjunto de art¨ªculos sobre el poeta sevillano ¨Cde cuya muerte se cumplen 150 a?os¨C que public¨® en 1992 y que ahora reeditar¨¢ la Universidad de Sevilla.
En Madrid, la ciudad de la que siempre fue parte sin pretenderlo, todav¨ªa arden aquellos versos suyos dedicados al ?ngel Ca¨ªdo: ¡°Lejos del parque tuyo, / l¨ªbrame del hast¨ªo / y del amor sin fuego, / se?or del Buen Retiro¡±.
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