?rboles desprevenidos
¡®Filomena¡¯ los haya pillado sin que su principal sistema anti ca¨ªda de ramas, la madera de reacci¨®n, se preparase
Los ¨¢rboles tienen una lenta evoluci¨®n adaptativa, de ah¨ª que Filomena los haya pillado sin que su principal sistema anti ca¨ªda de ramas, la madera de reacci¨®n, se preparase.
Cuando aparecieron los primeros copos de nieve, los ¨¢rboles no sab¨ªan la que les iba a caer encima y desde luego no tuvieron los a?os suficientes para prepararse.
Si distinguimos entre los ¨¢rboles caducos y los perennes, se observa que en los ¨¢rboles de hoja caduca la nieve solo se qued¨® en los troncos de las ramas y de las ramillas y eso es poco peso para llegar a partirse, excepci¨®n hecha de todos aquellos ¨¢rboles que se les han realizado podas generalizadas como desafortunadamente se hace en muchas ciudades espa?olas.
Los cortes de poda, con el tiempo generaron pudriciones y las ramas que crecieron sobre ellas ten¨ªan una uni¨®n tan d¨¦bil que con ese peque?o peso de nieve se partieron, es lo que ha ocurrido cuando vemos ramas de s¨®foras, robinias, olmos o pl¨¢tanos en el suelo de las calles de Madrid.
Debemos aprender que las podas sistem¨¢ticas son perjudiciales para los ¨¢rboles y con el tiempo para los ciudadanos, como se ha visto. Los grandes perdedores de esta nevada fueron, sin duda, sus compa?eros, los ¨¢rboles de hoja perenne, que si sufrieron un tremendo da?o.
Los ¨¢rboles forman en la base del tronco y en la de las ramas lo que se llama madera de reacci¨®n, se trata de un grosor especial generado para sujetar la rama en las circunstancias que la envuelven; la base de una rama que soporta varias nevadas anuales, fuertes vientos o lluvias intensas siempre ser¨¢ m¨¢s gruesa que la de una rama en una calle estrecha en medio de otros ¨¢rboles.
Es cierto que los ¨¢rboles de Madrid no estaban preparados para esta ingente cantidad de nieve ca¨ªda, pero sin embargo un tanto por ciento de roturas de rama o de ¨¢rboles volcados s¨ª que pod¨ªan haberse evitado si, por ejemplo, esas perennifolias como los pinos o cedros no hubiesen sido plantados sobre pradera donde las ra¨ªces son superficiales, ya que, al irse cargando la copa de nieve, iban inclin¨¢ndose hasta que el cepell¨®n con ra¨ªces superficiales no pudo con ese peso y los ¨¢rboles fueron volcando, en algunos casos en cascada. Esto es lo sucedido en Nuevos Ministerios y algo en la Dehesa de la Villa.
En otros casos los ¨¢rboles perennes fueron plantados muy juntos unos de otros y las ramas en esta situaci¨®n de poca luz son m¨¢s d¨¦biles y crecen largas, en detrimento del crecimiento en grosor. Al ir cayendo la nieve sobre ellos, las ramas se fueron doblando hasta que al final se partieron, incluso los propios troncos, este es el caso de los aligustres de calles estrechas.
Otros grandes afectados fueron las encinas de Casa de Campo, otros grandes y hermosos perennifolios poco acostumbrados a las fuertes nevadas como la de la borrasca Filomena y cuyas ramas fueron partiendo conforme se cargaban de nieve.
Mariano S¨¢nchez Garc¨ªa es conservador y jefe de la Unidad de Jardiner¨ªa y Arbolado del Real Jard¨ªn Bot¨¢nico
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