La intimidad del poder
La atracci¨®n en Madrid por las puertas que pueden cruzar pocos
A las cinco y media ha convocado el presidente. Nervios, apuestas, wasaps, cuchillos, portatrajes preparados, susurros, miedos, euforias, decepciones, lexatines, ceses autom¨¢ticos, anhelados nombramientos, sue?os, ca¨ªdas, ganadores y perdedores. ?Entramos en directo! En Madrid, un cambio de Gobierno es un terremoto. Esa urbe acostumbrada al poder, que lo mima, que lo lleva en el ADN, que lo retuerce, que lo exhibe y disimula a la par... y que le sobra cuando cae la noche.
Madrid es vivaracha, bulliciosa, acalorada. Pero le encantan tambi¨¦n las puertas que no se ven, esas que cruzan pocos. Verdades y leyendas jalonadas con cuadros oficiales. Ese ecosistema en el que se repite la palabra despachar y en el que resuenan los timbres para avisar de que el ministro sale o entra. Ese universo en el que Justicia es el palacio de Parcent y Pol¨ªtica Territorial es el casopl¨®n del Marqu¨¦s de Villamejor, y en el que nombrar el edificio de Semillas de La Moncloa hace sudar a m¨¢s de uno.
Puertas que se atraviesan en silencio y en las que uno se encuentra de repente con un inmenso globo terr¨¢queo en mitad del despacho de Margarita Robles en pleno paseo de la Castellana. O esos aires del El¨ªseo que se respiran al entrar en la sala Goya esperando a Isabel Cela¨¢ para una entrevista en el Ministerio de Educaci¨®n, con cuadros de disc¨ªpulos del pintor aragon¨¦s salpicados de retoques dorados en cada esquina. Y con la cortina jugueteando con la confluencia entre la calle Alcal¨¢ y la Gran V¨ªa. Muchos trabajadores cruzan con v¨¦rtigo a la vez el marm¨®reo patio en el que antes se achuchaban los periodistas en eras precovid durante las conferencias sectoriales.
Esa sequedad carpetovet¨®nica de los Nuevos Ministerios. Pero en la esquina de su despacho Yolanda D¨ªaz ha decidido crearse un peque?o oasis literario, apilando libros de Irene Vallejo, Angela Davis, Sara Mesa, Ali Smith y Jeanette Winterson. El calor de las palabras¡ ?Es la biblioteca de Harry Potter! Nooo, es la del Senado. Refugio de parlamentarios e investigadores entre hierro forjado y tinteros. Pura delicia, con buena parte de la confiscada colecci¨®n del infante Carlos Mar¨ªa Isidro de Borb¨®n, llena de ex¨®ticas obras que se regalaban entre las casas reales desde Jap¨®n y el lejano Oriente.
Hay que mirar al cielo, y m¨¢s en el poder. Manuela Carmena lo hac¨ªa en el jardincito de lavandas que plant¨® en uno de los torreones de Cibeles. Unos pocos metros m¨¢s all¨¢, en el Congreso las mejores vistas siempre las han tenido los despachos de Esquerra Republicana, en las ¨²ltimas plantas del edificio de ampliaci¨®n, despleg¨¢ndose frente a sus diputados el Madrid m¨¢s abrumador con el Retiro en su magnitud y los desafiantes pin¨¢culos de Los Jer¨®nimos. ?Un poco de aire! La terracita del grupo del PNV tambi¨¦n en la C¨¢mara Baja es lanzarse a ese mundo de tejados rojizos que domina el barrio de las Letras y que nos recuerda que esta ciudad es el mayor de los pueblos. Puertas que se abren y que se cierran.
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