Un kilo de Virginia Woolf y cuarto y mitad de Gald¨®s
En La Casquer¨ªa, los libros se pesan. Esta librer¨ªa de segunda mano llevada por una asociaci¨®n de vecinos de Lavapi¨¦s lucha contra la gentrificaci¨®n de un barrio popular y multicultural
La primera vez, a uno le asalta el pensamiento de que, a lo mejor, algo est¨¢ mal con lo que ven sus ojos: una librer¨ªa donde deber¨ªa ir una casquer¨ªa. De hecho, el letrero lo anuncia bien claro: La Casquer¨ªa. Solo que, en el amplio puesto que queda a mano izquierda de la entrada principal del Mercado de San Fernando -la de las escalinatas de la calle Embajadores-, los estantes y las b¨¢sculas no tienen los despojos del animal muerto, sino libros. ¡°Vendemos libros como si fueran salchichones¡±, dice Luis, el dependiente. ?Un kilo de Virginia Woolf y cuarto y mitad de Gald¨®s? ¡°Esa es la idea¡±, sentencia Luis, desplegando una sonrisa.
Luis lleva tres a?os trabajando en esta librer¨ªa tan peculiar del mercado de Lavapi¨¦s, s¨ªmbolo de un barrio popular, conocido tambi¨¦n como ¡°barrio rojo¡±, donde siempre han convivido culturas y etnias en pleno centro hist¨®rico de Madrid, y que ahora acoge a muchos inmigrantes y a una poblaci¨®n joven que lo elige como una primera etapa de su vida independiente. Luis revisa las ¨²ltimas donaciones de libros mientras clientes habituales recorren con calma sus distintas estanter¨ªas: libros a un euro, entre los que destacan atlas, novelitas negras, manuales de idiomas y novelas cl¨¢sicas manoseadas de la c¨¦lebre editorial Salvat; biograf¨ªas a mitad de peso, entre las que se dejan ver algunas de Luis Bu?uel, Salvador Dal¨ª y Federico Garc¨ªa Lorca; otra mesa dedicada a Forges; otra m¨¢s all¨¢ con cl¨¢sicos en libros de bolsillo de la Biblioteca El Sol, con nombres como Stevenson, Kipling, Oscar Wilde o Graham Greene; y al final del pasillo una con libros para viajar. Muchos libros, todos donados, por asociaciones, colectivos, bibliotecas, colegios y particulares. ¡°Queremos que la cultura circule¡±, comenta Luis.
Aqu¨ª no se pide la vez, pero, como cualquier visita al mercado, se viene sin prisa. Con ganas de comprar a gusto, saboreando la conversaci¨®n y atendiendo a las virtudes del producto. Es decir, al contenido del libro, ¡°al pensamiento¡±, a todo eso que, seg¨²n dice Susana, una de las fundadoras de esta librer¨ªa, ¡°no tiene precio y siempre debe ser libre¡±.
Luis sale del mostrador y acude a una de las estanter¨ªas: ¡°Voy a mirarte si la autobiograf¨ªa de Pablo Neruda est¨¢ en otra edici¨®n. Me suena que s¨ª¡±. Es una edici¨®n que pesa menos. Y en La Casquer¨ªa eso es importante: los libros se pesan como si fueran trozos de carne y su precio los marcan sus gramos. Cada 100 gramos, un euro. Aunque el m¨¢ximo son 800 gramos. Es decir, nunca se paga m¨¢s de ocho euros por un libro, aunque este pes¨¦ 900 gramos o m¨¢s. ¡°Es nuestra pol¨ªtica¡±, se?ala. ¡°Nuestra filosof¨ªa es dar una nueva vida a los libros, esos productos que alguna gente considera que ya no la tienen¡±.
La Casquer¨ªa lleva abierta nueve a?os, desde que ¡°un grupo de amigos y vecinos de Lavapi¨¦s¡± se juntaron porque quer¨ªan abrir una librer¨ªa de segunda mano. Buscaron locales por el barrio, pero eran muy caros, hasta que un d¨ªa encontraron que algunos comerciantes del Mercado de San Fernando alquilaban sus puestos ante la escasez de clientes y la falta de ayudas para mantenerlos. Corr¨ªa 2011 y, en plena crisis, surgi¨® esta librer¨ªa, ubicada en una de las esquinas del mercado y que junt¨® dos puestos: una poller¨ªa y una casquer¨ªa.
Detr¨¢s del proyecto, estaba el grupo de amigos unidos en una asociaci¨®n, que pone en valor el reciclaje y la recirculaci¨®n de la cultura y el libro a trav¨¦s de la venta del ejemplar usado a bajo precio. Actualmente, trabajan ocho personas, algunas socias colaboradoras y otras socias trabajadoras, tratando de funcionar con un modelo mixto de trabajo y colaboraci¨®n que haga sostenible este proyecto, que intenta sobrevivir a la pandemia en un mercado cerrado y, antes, y tambi¨¦n ahora, a la gentrificaci¨®n de Lavapi¨¦s.
¡°Ese es nuestro mayor enemigo¡±, confiesa Luis, que antes era un donante de libros hasta que un d¨ªa se puso a trabajar en la librer¨ªa. ¡°El negocio de la restauraci¨®n gentrificada se come a todo lo dem¨¢s¡±. No solo eso. Desde hace tiempo, se sabe que por cada Carrefour que se abre en Lavapi¨¦s se pierde una batalla por conservar la identidad multi¨¦tnica y multicultural del barrio. Sin embargo, la guerra tambi¨¦n se pierde con min¨²sculos movimientos estrat¨¦gicos como la amplitud de horarios y de ofertas insuperables. Mellan tanto al resto de negocios familiares, bares tradicionales y opciones particulares que, aunque no se vea, como la contaminaci¨®n, afecta a la salud barrial. Tal y como dice Sergio C. Fanjul, autor del interesante libro La ciudad infinita (Reservoir Books), un ensayo l¨ªrico sobre el urbanismo y la gentrificaci¨®n de Madrid, al final todos estos peque?os comercios act¨²an como ¡°centros sociales de un barrio¡±, que siempre fue ¡°un hervidero del movimiento pol¨ªtico, contracultural y tambi¨¦n de muchos colectivos y minor¨ªas¡±.
Colectivos y minor¨ªas como la que simboliza La Casquer¨ªa, donde una de las estanter¨ªas est¨¢ dedicada a las recomendaciones de los lectores, que dejan papelitos sobre los ejemplares metidos en cajas. Entre las p¨¢ginas de Gal¨ªndez, de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, un papelito sobresale y se lee: ¡°Una estremecedora historia. Se te pega al alma y te acompa?a en cada paso. Si la lees, no te olvidar¨¢s de la novela¡±. Tampoco olvidar¨¢s su precio: 250 gramos, 2¡ä5 euros.
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