¡°Los guiris nos hacen muchas fotos pero no compran nada¡±

¡°P¨®ngame medio kilo de Cervantes y cuarto y mitad de Shakespeare¡±. En el original puesto de La Casquer¨ªa, los libros se pesan como si fueran trozos de carne y su precio los marcan sus gramos. Cada 100 gramos, un euro (m¨¢ximo, ocho euros). Susana Mor¨¢n (Madrid, 43 a?os) es una de las fundadoras de este proyecto que sobrevive a la turistificaci¨®n en el gentrificado Mercado de San Fernando, en Lavapi¨¦s.

?C¨®mo surge La Casquer¨ªa?

Hace unos siete a?os nos juntamos un grupo de amigos que quer¨ªamos abrir una librer¨ªa de segunda mano y decidimos que un buen m¨¦todo era venderlos al peso. Al ser un producto de segunda mano, ¨ªbamos a ponerle un precio al objeto en s¨ª. Y a todos el mismo precio: su peso. Adem¨¢s, los libros de segunda mano no tienen derechos de autor. En esta sociedad de internet, el libro sigue siendo un objeto; incluso nos puede gustar m¨¢s una edici¨®n de bolsillo editada en M¨¦xico, que tiene mucha historia, que una ¨²ltima edici¨®n de tapa dura.

?Y el colectivo?

Somos un grupo de vecinos de Lavapi¨¦s que nos conocemos desde hace a?os. Empezamos siendo seis y ahora somos nueve. Algunos tienen otros empleos y ayudan con ideas, otros nos repartimos el trabajo. Algunos seguimos viviendo en el barrio y otros han sido expulsados por el proceso de subida salvaje de los alquileres.

?C¨®mo lleg¨¢is al mercado?

Buscamos locales por el barrio, pero los de la calle eran muy caros. Nos daba miedo pagar un alquiler muy alto. En este mercado en 2011, en plena crisis, hab¨ªa una situaci¨®n muy complicada y la mitad de los puestos se quedaron vac¨ªos y cerrados. Los comerciantes que segu¨ªan decidieron poner carteles con los alquileres. Era una cantidad m¨¢s razonable que nos permit¨ªa iniciar el proyecto.

?De d¨®nde surge el nombre?

Nuestra esquina, que es lo m¨¢s caracter¨ªstico de este puesto, era una casquer¨ªa. Era dif¨ªcil negarse ante la fuerza de la palabra, del concepto. Nosotros vendemos libros, que no son desechos pero son cosas que parece que han perdido su valor. Al lado hab¨ªa una poller¨ªa, y juntamos los dos puestos.

?Hay otras librer¨ªas similares?

Hist¨®ricamente se han vendido libros al peso cuando ya no eran interesantes, como folletines o novelas de vaqueros. La diferencia aqu¨ª es que escogemos libros, hacemos rese?as, les damos un valor, pero los cobramos al peso. La mayor¨ªa de los que recibimos provienen de donaciones, vienen vecinos a darnos bolsas de libros. Los libros no se suelen tirar a la basura, y la gente agradece mucho que esos libros puedan interesarle a otra persona. Nuestro compromiso es que los recogemos y todos esos libros pasan por la librer¨ªa e intentamos que encuentren otro destino.

?C¨®mo era el mercado en 2011?

Hab¨ªa m¨¢s puestos de alimentaci¨®n tradicional, pero muchos de los tenderos se han ido jubilando. Hubo un bocaboca y los puestos vac¨ªos se llenaron con negocios creativos, una fruter¨ªa ecol¨®gica, proyectos de artesan¨ªa, arquitectura.

?Y c¨®mo ha cambiado?

No le dimos el valor suficiente a lo que en ese momento se gener¨® y ahora todas las actividades se han simplificado hacia el modelo de tomar algo, bebida, tapas¡­ El mercado ya no est¨¢ solucionando las necesidades cotidianas de los vecinos.

?Es la misma transformaci¨®n del barrio?

S¨ª, el mercado y el barrio en el que se inserta van de la mano. Al mismo tiempo que los vecinos se tienen que ir porque no pueden pagar las viviendas, se llena de pisos tur¨ªsticos. Y los turistas tienen otras necesidades, como desayunar o comer, pero no hacer la compra. Estamos en el centro y tenemos toda la presi¨®n de los inversores. A nosotros esta transformaci¨®n nos est¨¢ viniendo mal. Los guiris nos hacen muchas fotos, porque somos pintorescos, pero no compran nada. Pero nos importa m¨¢s el futuro del barrio que el de este puesto.

?C¨®mo hab¨¦is aguantado siete a?os?

El proyecto funcion¨® al inicio porque ten¨ªa mucho que ver con la poblaci¨®n de Lavapi¨¦s, muy diversa en todo. Nos llegaban libros muy variados y los clientes se llevaban libros muy variados, m¨¢s dif¨ªciles de conseguir en otros barrios. Eso era una riqueza. Ahora se est¨¢ simplificando.

?Da para vivir?

Sacamos una jornada laboral de unos mil euros y nos la dividimos entre tres o cuatro. Los dem¨¢s son voluntarios.

?Qu¨¦ diferencia una casquer¨ªa de una casquer¨ªa con libros?

Seguramente nuestro trabajo sea m¨¢s liviano que el de un casquero de verdad. Lo mejor de ser librera es que cada d¨ªa encuentras t¨ªtulos que te sorprende que alguien haya escrito. Tenemos libros muy variados. Por eso me apasionan las librer¨ªas de segunda mano.