¡®Visi¨®n nocturna¡¯: romper con im¨¢genes el silencio en torno a la violaci¨®n
La chilena Carolina Moscoso construye en su primera pel¨ªcula un testimonio autobiogr¨¢fico sobre lo vivido tras la agresi¨®n sexual que sufri¨® en 2009
?Cu¨¢ndo termina una agresi¨®n sexual?, se pregunta la directora chilena Carolina Moscoso en su debut, Visi¨®n nocturna. A trav¨¦s de esta cinta, premiada en el festival de cine documental FIDMarseille y proyectada en el Festival de San Sebasti¨¢n, explica que, cuando era una estudiante de cine, fue violada una noche por un joven al que acababa de conocer en Papudo, un balneario cercano a Valpara¨ªso. La herida sigue abierta m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s. ¡°Hay una cuesti¨®n muy silenciada en torno a la violaci¨®n, que lleva a que yo no haya podido hablar con nadie muchas cosas de las que he sentido. Era algo que me intrigaba, me incomodaba y me generaba un conflicto¡±, cuenta la cineasta desde Chile, a trav¨¦s de una conversaci¨®n por Zoom. La Cineteca de Madrid proyecta la pel¨ªcula en cinco sesiones hasta el pr¨®ximo 31 de marzo.
La directora recurre a su archivo personal de grabaciones, tomadas en los ¨²ltimos 15 a?os con todo tipo de dispositivos, para invitar al espectador a recorrer parte de su identidad y de su proceso de sufrimiento y sanaci¨®n. ¡°Antes de las redes sociales, las c¨¢maras port¨¢tiles hac¨ªan esa misma funci¨®n de recopilar solo los instantes felices. En mi caso, lleg¨® un momento en que comenc¨¦ a guardar tambi¨¦n los que no eran tan positivos. Registr¨¦ mi ansiedad y mi tristeza¡±, apunta. ¡°Solo tom¨¦ una de las escenas expresamente para la pel¨ªcula. El resto son tomas caseras sin un buen encuadre, ni una buena est¨¦tica. Jam¨¢s pens¨¦ que algo as¨ª pudiera ser cine, porque no cumple con la idea hegem¨®nica que tenemos de ello. Pero, cuando empec¨¦ a repasarlas, entend¨ª que ah¨ª estaban todas las emociones que necesitaba para contar mi experiencia¡±, comenta sobre este proyecto que comenz¨® en Barcelona, donde acudi¨® a cursar un M¨¢ster de Documental de Creaci¨®n.
En muchas de esas tomas, Moscoso emplea el modo visi¨®n nocturna, que permite grabar en la oscuridad. Tambi¨¦n lo mantiene activado a plena la luz del d¨ªa, lo que satura de color las im¨¢genes y ofrece, de forma metaf¨®rica, una mirada alternativa del mundo que le rodea. Tras seleccionar los extractos, la labor de montaje se prolong¨® durante m¨¢s de dos a?os y medio en un relato que comienza y acaba en Papudo, el lugar en el que cambi¨® su vida. En su recuento de lo ocurrido en esos d¨ªas de 2009, relata la broma pol¨ªticamente incorrecta que comparte con su padre cuando va recogerla en coche para regresar a su casa justo despu¨¦s de la violaci¨®n y c¨®mo pasa los d¨ªas posteriores viendo cap¨ªtulos de la serie Sexo en Nueva York. A trav¨¦s de esos peque?os detalles, a?ade de forma premeditada pinceladas de humor y banalidad a lo ocurrido y replantea la figura de la v¨ªctima. ¡°De las mujeres agredidas se espera que sufran para siempre. As¨ª ocurri¨® en el caso de La manada, cuando juzgaban a la denunciante por c¨®mo se comportaba despu¨¦s de esa noche¡±, dice.
A trav¨¦s de su experiencia, la cineasta tambi¨¦n denuncia c¨®mo el sistema legal de su pa¨ªs y el de muchos otros imponen a las supervivientes de violaci¨®n una asertividad y una determinaci¨®n psicol¨®gica impropias del trauma que han sufrido. La chilena explica en su reconstrucci¨®n c¨®mo denunci¨® casi de inmediato ante la polic¨ªa la agresi¨®n y se someti¨® a una prueba ginecol¨®gica. Y c¨®mo la doctora que atendi¨® su caso se neg¨® en un primer momento a facilitarle una p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s, alegando motivos ideol¨®gicos. Tras ese incidente, recuerda no haber sido capaz de seguir con el resto de pruebas m¨¦dicas y procesos legales requeridos. Al intentar retomar el caso tiempo despu¨¦s, esa ausencia testimonial jug¨® en su contra, comenta la autora, aunque el hecho de que el agresor fuera menor de edad fue determinante para que no pudiera completar el proceso, ya que los cargos prescriben a los cinco a?os de haberse cometido el delito.
Durante casi todo el metraje Moscoso evita usar su voz para narrar lo ocurrido, recurriendo en su lugar a textos impresos en pantalla m¨¢s propios del cine mudo. ¡°El silencio es uno de los elementos m¨¢s relevantes de la pel¨ªcula, porque lo es tambi¨¦n en la cultura de la violaci¨®n. Ha sido tan c¨®modo hasta ahora que estemos calladas, que necesitaba destacar ese silencio. Tambi¨¦n funciona como una forma de permitir que el espectador escuche su propia voz¡±. Lo que busca en definitiva es construir una autobiograf¨ªa in¨¦dita hasta ahora en el cine. ¡°Uno de los deseos que ten¨ªa con este proyecto era mostrar c¨®mo se ver¨ªa un cuerpo si fuera transparente y lo vieras sufrir; c¨®mo aparecer¨ªa en una pantalla esa herida interna¡±.
Informaci¨®n: Visi¨®n nocturna. Cu¨¢ndo: viernes 19, s¨¢bado 20, domingo 21, domingo 28 y mi¨¦rcoles 31 de marzo a las 18:30 horas. D¨®nde: Cineteca de Madrid. (Plaza de Legazpi, 8). Precio: 5 euros.
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