La Casa de la Cultura de Chamber¨ª se niega a entregar la llave
El movimiento vecinal ha decidido pelear en los tribunales una pr¨®rroga de la cesi¨®n de las instalaciones que el Ayuntamiento ha negado
Apenas unas horas antes del l¨ªmite que le hab¨ªa fijado el Ayuntamiento de Madrid para la entrega de llaves y el fin de la actividad, el abogado de la Casa de la Cultura de Chamber¨ª se dirigi¨® a la Junta de Distrito con un mensaje: no van a devolver la llave. El movimiento vecinal ha decidido pelear en los tribunales una pr¨®rroga de la cesi¨®n de las instalaciones que el Ayuntamiento ha denegado ya. La Asociaci¨®n mantiene que ten¨ªa derecho a esa pr¨®rroga.
Hace 20 a?os, Sonia del R¨ªo, que ahora tiene 63, se instal¨® en el barrio de Chamber¨ª. All¨ª vive con la mujer de su padre y su nieta. Corr¨ªan las peores semanas de la pandemia, las del confinamiento total en mitad de la devastadora primera ola, y al ir a echar mano de su monedero tras hacer la compra en su supermercado de siempre, se da cuenta de una realidad sencilla, pero ineludible: no tiene dinero para pagar. No le queda m¨¢s remedio que descartar toda la compra excepto un paquete de salchichas. Tras leer el p¨¢nico en el rostro, la cajera le susurra: ¡°Si necesitas ayuda, en la despensa solidaria de Chamber¨ª te pueden echar una mano¡±.
La Casa de la Cultura del barrio re¨²ne a 24 asociaciones y colectivos muy diversos del barrio. Cada semana, los 300 metros de la casa se llenan de vida con los cientos de personas que se re¨²nen para jugar al ajedrez, poner en com¨²n los problemas que se dan en los colegios de la zona gracias a las reuniones conjuntas de varias AMPA, o descargar decenas de verduras y hortalizas listas para intercambiar con los vecinos, entre otras muchas tareas. En el ¨²ltimo a?o, los gestores del espacio cifran en 572 las actividades realizadas. Entre todas, sumaron unos 8.910 participantes, seg¨²n los registros de la Casa de la Cultura.
Despu¨¦s de trabajar toda la vida en una compa?¨ªa de seguros, Del R¨ªo se encontr¨® sola, jubilada y sin recursos. Pero la necesidad pudo m¨¢s que la verg¨¹enza. Se acerc¨® a la despensa y all¨ª la acogieron. ¡°Me explicaron que para recibir alimentos ten¨ªa que trabajar cuatro horas recogiendo comida en los distintos puntos de los supermercados que ten¨ªan, y que a la semana siguiente podr¨ªa recoger un lote de comida para mi familia¡±, recuerda Del R¨ªo. Acept¨® feliz. Como ella, m¨¢s de 100 familias vulnerables se benefician de un proyecto que funciona en la Casa de Cultura de Chamber¨ª gracias a la solidaridad vecinal.
Centro asociativo
Este local fue cedido por el Estado al Ayuntamiento ¡°con destino a centro de participaci¨®n asociativa del distrito de Chamber¨ª, promoci¨®n cultural y educativa¡±. Sus actuales gestores afirman que se trata de una misi¨®n que se ha cumplido con rigor durante estos primeros cuatro a?os. Sobre todo, durante la emergencia sanitaria, con unos Servicios Sociales del Ayuntamiento desbordados que no han tenido m¨¢s remedio que derivar gente a la despensa. ¡°Nos siguen llegando casos de gente que viene por recomendaci¨®n de los trabajadores sociales del barrio y que no tienen con qu¨¦ comprar comida¡±, afirma un portavoz de la Casa de la Cultura. Por su parte, el Ayuntamiento lo niega. ¡°El 100% de las familias que han llamado a nuestra puerta han sido atendidas por los Servicios Sociales del distrito¡±, afirma un portavoz de la junta de Chamber¨ª.
Juguetes el d¨ªa de Reyes para los m¨¢s peque?os
Otra de las beneficiarias de la despensa de la Casa del Cultura es Maribel ?lvarez, de 47 a?os. Acude a este espacio en busca de ayuda desde que se qued¨® sin trabajo en junio por la pandemia. ¡°Una amiga me llev¨® porque yo ya no sab¨ªa c¨®mo iba a alimentar a mis hijos¡±, afirma ?lvarez, a quien han informado ya de que hasta nueva orden no va a poder seguir contando con una comida que cubre la alimentaci¨®n de 15 d¨ªas de sus dos hijos. ¡°La despensa ha significado una luz en medio de esta situaci¨®n tan dif¨ªcil que estamos viviendo. El d¨ªa de Reyes yo no ten¨ªa dinero para darles nada a mis hijos, y en la despensa organizaron una recogida de regalos y as¨ª pudieron recibir alg¨²n juguete¡±, recuerda ?lvarez.
La primera planta de la Casa de la Cultura est¨¢ llena de cajas con arroz, pasta, leche, lentejas, aceite y pa?ales que quedaron de la recogida del s¨¢bado pasado. Por ahora, su ¨²ltima recogida en la calle de Bravo Murillo, 37. Ahora, buscan un local en donde poder seguir realizando su labor social hasta que el juez dictamine qu¨¦ pasar¨¢ con la Casa de la Cultura.
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