Los madrile?os en el extranjero, entre la abstenci¨®n y la ¡°pesadilla¡± de rogar el voto en plena pandemia

Los madrile?os que residen en el extranjero temen quedarse otra vez sin voz en las pr¨®ximas elecciones a la Comunidad de Madrid. Desde que se modificara la norma del voto rogado a principios de la d¨¦cada pasada, la participaci¨®n de este colectivo se derrumb¨® del 19,8% de 2007 a apenas el 3,85% en 2011 o el 5,32% en 2019. Desde Marea Granate, un movimiento que aglutina a los espa?oles residentes en el extranjero en defensa del voto y otros servicios b¨¢sicos, definen el proceso como una ¡°pesadilla¡± y creen que la pandemia dar¨¢ la puntilla a los 329.130 madrile?os que est¨¢n convocados a las urnas el pr¨®ximo 4M.

El voto exterior creci¨® de manera continua desde 1999. Pero con la reforma aprobada en enero de 2011, la abstenci¨®n de los votantes madrile?os inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) ha superado el 90% en todas las elecciones auton¨®micas (2011, 2015 y 2019). Al mismo tiempo, la emigraci¨®n que trajo la crisis de 2008 ha hecho que este tipo de electores no haya parado de subir, de los 143.736 en 2007 a los 329.130 en 2021, el equivalente en poblaci¨®n a la provincia de Salamanca y un 6,4% de los llamados a votar.

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Ya se puede pedir el voto por correo para las elecciones en Madrid

El voto rogado y el voto por correo son dos cosas diferentes. El primero es el que ejercen los espa?oles desde el extranjero. Para poder acceder a ¨¦l tienen que registrarse en el CERA (en el consulado pertinente y de manera presencial) y despu¨¦s ¡°rogar¡± para poder votar. El voto por correo, en cambio, es aquel que se solicita para votar a distancia desde Espa?a, es decir, si un madrile?o de Tres Cantos vive en Sevilla, tendr¨¢ que solicitar las papeletas por esta modalidad.

Berta Burguete vive en Copenhague (Dinamarca) desde hace 20 a?os, y es portavoz de Marea Granate. ¡°He experimentado varios m¨¦todos de voto rogado, y ha pasado de ser un proceso relativamente sencillo a una pesadilla¡±. Antes las papeletas llegaban de oficio y, en cuanto se ratificaban las listas electorales, eran enviadas autom¨¢ticamente a todos los votantes residentes en el extranjero. Sin embargo, ahora y desde 2011 tienen que solicitarlas a la autoridad competente para que les introduzcan en el proceso y poder recibir las papeletas, siempre despu¨¦s de haber ¡°rogado¡±, un t¨¦rmino que levanta ampollas. ¡°Un derecho fundamental [como el voto] no se ruega¡±, protesta Burguete.

Pero superar todos los procesos del ruego a veces no es suficiente, si los votos llegan tres d¨ªas despu¨¦s de las elecciones, ya no cuentan. ¡°Aunque no se te pase el plazo para pedir y enviar el voto, queda la incertidumbre de si llega o no a tiempo¡±, asegura Burguete. Actualmente las papeletas salen de Espa?a por correo postal y tienen que volver a tiempo para que cuenten. Los plazos estipulados para ello son los mismos para aquellos que votan desde Francia que desde Australia. Burguete prev¨¦ un panorama desolador, con el tr¨¢fico a¨¦reo mundial y la movilidad general a medio gas a causa de la pandemia, teme que muchos votos no lleguen a tiempo: ¡°Ya se not¨® en las elecciones de Euskadi y Galicia¡±. La participaci¨®n de los votantes del extranjero en estas elecciones fue del 5,86% y del 4,34% respectivamente. ¡°Para estas no estimo m¨¢s de un 3,5%¡±, lamenta Burguete.

Alberto Ca?as quiere votar. Pero le va a resultar imposible. Este joven de 33 a?os se muda el 7 de abril a Italia, donde ha encontrado trabajo como investigador. A partir de aqu¨ª la historia empieza a retorcerse hasta convertirse en un relato kafkiano. Ca?as tiene hasta el 5 de abril para inscribirse en el CERA, pero como debe hacerlo presencialmente en el Consulado General espa?ol de Roma, la fecha se le escapa por dos d¨ªas. La otra opci¨®n ser¨ªa pedir el voto por correo, pero las papeletas no se empiezan a enviar hasta el d¨ªa 14 de abril, por lo que tampoco podr¨¢ ejercer su derecho por esa v¨ªa, ya que cuando le lleguen las papeletas, ¨¦l ya no estar¨¢ en Espa?a. Desde el consulado, donde se ¡°volcaron¡± en intentar ayudarle, le dijeron que la alternativa que le quedaba era volver a Espa?a el d¨ªa de los comicios: ¡°La ¨²nica opci¨®n que tengo para votar es tener que gastarme un vuelo de ida y vuelta y lo que me cuesten dos pruebas PCR...¡±.

Ca?as, al principio, pensaba que le faltaba informaci¨®n. ¡°Pas¨¦ de la incredulidad al enfado¡±, relata. La presencialidad obligada para rogar el voto es una de las principales quejas de los espa?oles en el extranjero. ¡°Es il¨®gico que pueda darme de alta como aut¨®nomo telem¨¢ticamente, hacer la declaraci¨®n de la renta, pedir cita en el m¨¦dico y que tenga que rogar el voto presencialmente¡±, cuenta.

Estar inscrito en el CERA es indispensable, pero hay veces que el papeleo no termina ah¨ª. Dentro del CERA est¨¢n las categor¨ªas de residentes temporales y los permanentes, y si no se cambia de un estado a otro, los problemas vuelven. Este cambio supone la p¨¦rdida de derechos en Espa?a que tocan la cobertura sanitaria o el acceso a una vivienda social, seg¨²n denuncian los entrevistados para este reportaje. Alberto Arroyo lleva 5 a?os en Dresde (Alemania), donde se fue a hacer su m¨¢ster y luego un doctorado en m¨²sica contempor¨¢nea. A este madrile?o de 31 a?os, votar el pr¨®ximo mayo le presenta un dilema. La embajada en Berl¨ªn le ha comunicado que debe hacerse permanente para poder votar. ¡°B¨¢sicamente me hacen decidir entre perder derechos y prestaciones o poder votar¡±. Y a?ade: ¡°Cuando cuento esta situaci¨®n a mis colegas centroeuropeos les parece incre¨ªble, se llevan las manos a la cabeza¡±.

Actualmente hay una Propuesta de Ley presentada por Unidas Podemos y el PSOE admitida a tr¨¢mite para modificar los requisitos del voto rogado y que por el camino no se pierdan la gran mayor¨ªa de los mismos. La Marea Granate aprecia ¡°puntos positivos¡±, como la posibilidad de que el voto se reciba digitalmente o que las papeletas se vuelvan a enviar de oficio. Sin embargo, para Burguete el clima pol¨ªtico que se ha instalado en Espa?a, donde ¡°no dejan de convocarse elecciones¡±, no da pie a cantar victoria y tener la fiesta en paz.