Refugiados sirios crean en Madrid la primera revista editada en ¨¢rabe y espa?ol
La redacci¨®n de ¡®Baynana¡¯, que significa ¡°entre nosotros¡±, est¨¢ integrada por reporteros curtidos en la guerra y represaliados por el r¨¦gimen de Bachar el Asad
La Primavera ?rabe derrib¨® hace ahora 10 a?os muchos de los muros que constre?¨ªan las ansias ciudadanas por expresarse o por protestar. Emergieron grafiteros, cantantes, escritores o activistas que se despojaron de inmediato del velo de la censura. Esas revoluciones tambi¨¦n obligaron a improvisar el periodismo informal. Su misi¨®n fue doble: servir de altavoz frente al silencio que dejaba la versi¨®n de la maquinaria medi¨¢tica del r¨¦gimen y alumbrar all¨ª donde no alcanzaban los focos de diarios, agencias, radios o televisiones extranjeras que ansiaban contar los levantamientos. Entre ellos, Siria sigue siendo uno de los conflictos m¨¢s cruentos pese a que los combates permanecen aletargados estos meses. La realidad es que m¨¢s de la mitad de sus 20 millones de habitantes viven hoy desplazados.
Cuatro de esos ciudadanos convertidos en reporteros a base de protestas y disparos en la ciudad sure?a de Deraa han acabado asentados en Madrid desde 2019 tras verse obligados a dejar su pa¨ªs. En plena pandemia, adem¨¢s, se han convertido en aventureros medi¨¢ticos e incipientes empresarios. Ayham al-Ghareeb, de 32 a?os, vive con su mujer y sus dos hijas en San Blas; Okba Mohamed, de 22, en Orcasitas; Mussa al Jamaat, de 29, con su mujer e hijo en Pueblo Nuevo; y Muhammad Shubat, de 31, en Vallecas. Son las dos aur¨ªculas y los dos ventr¨ªculos con los que ha empezado a latir un nuevo medio de comunicaci¨®n. Baynana, que significa ¡°entre nosotros¡± en ¨¢rabe, es la primera revista digital del pa¨ªs fundada y gestionada por refugiados que se edita en ¨¢rabe y espa?ol.
En sus primeros d¨ªas de vida la web ya recoge reportajes sociales, deportivos, gastron¨®micos o culturales. Se puede leer sobre qu¨¦ impulsa a los espa?oles a aprender ¨¢rabe, futbolistas marroqu¨ªes de la Liga, el influencer que lucha contra el racismo o la realidad de las mujeres en el asentamiento de la Ca?ada Real. A los integrantes de la redacci¨®n les gustar¨ªa abordar otros temas como los CIEs (centros de internamiento de extranjeros), ahondar los v¨ªnculos hist¨®ricos entre espa?oles y ¨¢rabes o dar voz a refugiados que hayan desarrollado iniciativas de ¨¦xito. Okba Mohamed planea un viaje a la ciudad aut¨®noma de Melilla para interesarse por los menores no acompa?ados de la frontera.
¡°Tras escapar de la muerte en Siria, queremos seguir en Madrid vinculados al periodismo pero sin ver al refugiado como una v¨ªctima o un delincuente¡±Muhammad Shubat, reportero de Baynana
Es un intento de ¡°abrir una ventana ¨¢rabe¡±, se?ala Ayham al-Ghareeb, para poder hablar m¨¢s del ¡®todos¡¯ y menos del ¡®otros¡¯ o ¡®ellos¡¯. La revista aspira a ser no solo la voz de los desplazados sino a convertirse en un nuevo canal para una poblaci¨®n de unos dos millones de personas de los que aproximadamente un tercio son marroqu¨ªes. Adem¨¢s, buscan que los espa?oles tengan un nuevo punto de vista de esa realidad, aunque no todos los contenidos van a ir en los dos idiomas. ¡°Tras escapar de la muerte en Siria, queremos seguir en Madrid vinculados al periodismo pero sin ver al refugiado como una v¨ªctima o un delincuente. Necesitamos ver que nuestra vida no est¨¢ varada¡±, comenta Muhammad Shubat, que ya trabaj¨® durante nueve meses en Turqu¨ªa para un canal de televisi¨®n de la oposici¨®n siria.
Todos han conocido las mazmorras del r¨¦gimen menos Okba Mohamed, que se define como ¡°el ni?o del equipo¡± y ten¨ªa 12 a?os cuando empez¨® la guerra. Pero por mucho drama que traigan en su equipaje, son muy conscientes de que del romanticismo y la solidaridad no se come. Tienen la idea, la han desarrollado, la han gestado y la han parido. Les sobra ilusi¨®n y moral pero les faltan medios materiales y personales as¨ª como lo m¨¢s primordial, el dinero.
El principal reto ahora mismo es lograr la financiaci¨®n que permita a la criatura respirar en medio de la salvaje jungla de medios de comunicaci¨®n que luchan por sobrevivir en la red. Para ello mantienen abierta una p¨¢gina en una plataforma desde la que lograr aportaciones. Por el momento no cierran ninguna puerta y buscan trabajo de lo que sea para hacer frente a los gastos diarios que impone la capital como demandantes de asilo -paso previo al reconocimiento de refugiado de facto- y compaginarlo con la revista.
La peque?a redacci¨®n es una habitaci¨®n de un piso del centro de Madrid cedida por la Fundaci¨®n Por Causa, el principal sost¨¦n de Baynana ahora mismo. Para la espa?ola Andrea Olea, a la que llamaron desde Por Causa a finales del a?o pasado cuando todav¨ªa se hallaba de corresponsal en L¨ªbano, es un ¡°sue?o¡± poder coordinar un proyecto que a¨²na periodismo, migraci¨®n y Oriente Medio. En una especie de manifiesto fundacional para explicar la iniciativa y recaudar fondos, puede leerse que Espa?a les ha recibido a los cuatro como un pa¨ªs ¡°plural, diverso y tolerante¡±, pero, al mismo tiempo, reconocen que hay que combatir los casos de ¡°discurso del odio¡± que salpica a otros inmigrantes.
Diez a?os de guerra
El balance de la guerra de Siria en estos diez a?os se acerca al medio mill¨®n de muertos y once millones de desplazados, seis internos y cinco m¨¢s all¨¢ de las fronteras. Los reporteros de Baynana son originarios de Deraa, uno de los g¨¦rmenes de las revueltas. Como muchos otros, grababan v¨ªdeos, facilitaban datos, escrib¨ªan textos, hurgaban en asuntos inc¨®modos para el r¨¦gimen y desafiaban el cerrojazo informativo que impon¨ªa el gobierno del presidente Bachar el Asad. Tras la gran ofensiva del ej¨¦rcito de Damasco fueron evacuados al norte del pa¨ªs, justo en el extremo contrario, antes de tener que cruzar la frontera hacia Turqu¨ªa. Desde all¨ª acabaron formando parte de un grupo de informadores al que dio cobijo el Comit¨¦ para la Protecci¨®n de los Periodistas, que les abri¨® las puertas de diversos pa¨ªses europeos.
Pero la seguridad, el progreso y el derecho a emigrar no lo es todo. El desarraigo crea con frecuencia un vac¨ªo que ni la integraci¨®n plena ni el triunfo del proyecto m¨¢s innovador logran llenar. Amal -Esperanza- es el nombre de la hija peque?a de Ayham al-Ghareeb. Es lo primero que sale por la boca de este fil¨®logo al ser sondeado acerca de la incertidumbre ante la posibilidad de regreso. Todos conf¨ªan, pese al buen ¨¢nimo ante la nueva empresa, en que Europa no sea m¨¢s que un par¨¦ntesis que puedan cerrar cuando sea posible retornar. Muhammad Shubat recuerda a los familiares y amigos que dej¨® atr¨¢s y sue?a, eso s¨ª, con la posibilidad de volver a casa con la revista Baynana viva en la maleta.
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